L¨ªo en R¨ªo

Si, como sostiene Javier de las Mueles, el arte del c¨®ctel es una liturgia, el actor-director Patrick Mille parece m¨¢s bien confundirlo con una verbena en su segundo largometraje, Bienvenidas a Brasil. La mezcla de ingredientes resulta, a primera vista, imprudente como poco: una feminizaci¨®n del modelo Resac¨®n en Las Vegas (2009) con un toque de Very Bad Things (1998) y algunos ecos, vaciados de transgresi¨®n, de Spring Breakers (2012) sobre una base de comedia de ambiente ex¨®tico fundamentada en el prejuicio cultural de estirpe post-colonial. Pero nunca hay que dar nada por hecho, porque, contra todo pron¨®stico, Bienvenidas a Brasil acaba por descubrirse una inesperada pel¨ªcula con ¨¢ngel movida por una gratificante energ¨ªa l¨²dica y vitaminizada con unas micro-part¨ªculas #Metoo que quiz¨¢ nunca se atrever¨ªan a reconocer su nombre (ni su potencial combativo).

Bienvenidas a Brasil es una comedia de acci¨®n protagonizada por un grupo de amigas invitadas a la boda de su antigua compa?era de piso con el hijo de un turbio pol¨ªtico carioca. Una serie de azares les llevar¨¢ a matar al novio en defensa propia la noche anterior a la celebraci¨®n. Patrick Mille aprovecha esa situaci¨®n extrema para narrar la progresiva transformaci¨®n del cuarteto protagonista en feroces mujeres armadas contra la violencia sist¨¦mica de una masculinidad que, en el curso del relato, adopta formas diversas unidas por el com¨²n denominador de lo grimoso.

Excesiva y desaforada, la pel¨ªcula tiene sus mayores fortalezas en su reparto, donde destacan el propio Mille como sinuoso c¨®nsul con veleidades camp, una Suzana Pires que convierte su personaje de capo criminal de las favelas en una sostenida masclet¨¢ interpretativa y una Alison Wheeler que emerge como la presencia m¨¢s poderosa, por su certera modulaci¨®n de una aparente fragilidad, del grupo protagonista. Sin duda, una de las sorpresas de la cartelera veraniega.