Mon¨®logo de un delirante psiquiatra venezolano
H¨¦ctor Manrique lleva al teatro a Edmundo Chirinos, que trat¨® a Hugo Ch¨¢vez y asesin¨® a una paciente
¨CA m¨ª nunca me sedujo, Ch¨¢vez. Tal vez sea por el oficio de uno.
Dice el actor H¨¦ctor Manrique en una butaca del Colony Theatre de Miami Beach.
Este int¨¦rprete venezolano conoci¨® en persona a ese otro int¨¦rprete venezolano llamado Hugo Ch¨¢vez, formidable animal del escenario (pol¨ªtico). Hasta lo nombr¨® al principio de su presidencia director de la Compa?¨ªa Nacional de Teatro, pero renunci¨® al poco tiempo cuando, seg¨²n ¨¦l, se dio cuenta de que a Ch¨¢vez le daba igual el verdadero teatro.
Solamente le interesaba el suyo.
La relaci¨®n entre poder y representaci¨®n, entre autoridad y carisma, una dupla que considera que ha envenenado a su patria, ha tra¨ªdo a Manrique a Miami para mostrar una obra que hace unos a?os que presenta con ¨¦xito en Venezuela, Sangre en el div¨¢n.
Es un mon¨®logo en el que encarna a Edmundo Chirinos (1935-2013), un prestigioso psiquiatra venezolano que fue muy cercano a Ch¨¢vez, hasta el punto de prestarle atenci¨®n profesional y asesor¨ªa sentimental. Chirinos fue un dandy de peinado relamido, un militante del Partido Comunista que manejaba coche de carreras, ocup¨® altos cargos en su profesi¨®n y en la funci¨®n p¨²blica y hasta se postul¨® como candidato a la presidencia de Venezuela.
Un ¡°encantador de serpientes¡± ¨Cdice Manrique¨C que acab¨® su vida en la oscuridad, sentenciado por el homicidio de una paciente (Roxana Vargas, 19 a?os) que siempre neg¨® y muriendo en prisi¨®n domiciliaria.
¡°Fue un tipo muy carism¨¢tico, muy efectista en su forma de hablar, muy inteligente, siempre el primero en su promoci¨®n, formado en los mejores lugares de Venezuela y del extranjero. Estaba en los plat¨®s constantemente y se le consultaba sobre toda clase de problemas sociales. Pero era un monstruo, un psic¨®pata con doble personalidad¡±, continua el actor. Con su obra, Manrique quiso ¡°alertar¡± de la existencia de ¡°estos personajes delirantes, personas con una capacidad de comunicaci¨®n enorme pero que la usan solo en su beneficio personal, no en el de la gente¡±, un espec¨ªmen, subraya, que campa por pa¨ªses del mundo entero.
La obra se basa en el libro del mismo t¨ªtulo de la periodista Ib¨¦yise Pacheco, que entrevist¨® a Chirinos en su casa antes de morir.
El psiquiatra siempre hab¨ªa sido un hombre narcisista con un pie en la autofabulaci¨®n, pero entonces ya se hab¨ªa descabalgado del todo. ¡°Dec¨ªa que ¨¦l hab¨ªa dado a conocer al mundo a Fidel Castro, que le dio plata al Che¡¡±, comenta Manrique, cuyos padres fueron amigos de Chirinos. El actor lo interpreta a lo largo de hora y media en un escenario austero, una suerte de quir¨®fano en el que est¨¢ acompa?ado por una calavera. Chirinos, dice Manrique, ten¨ªa huesos humanos en su casa y en su consulta. Estaba obsesionado, ¨¦l mismo lo afirmaba, con la muerte y las mujeres. Cuando la polic¨ªa entr¨® en su consultorio, hall¨® m¨¢s de mil fotos de pacientes desnudas y sedadas.
Manrique, que viven en Venezuela, es director del grupo de teatro Actoral 80, al que hace varios a?os el Ministerio de Cultura retir¨® su apoyo econ¨®mico. En el acta, cuenta el actor, el plumilla de la administraci¨®n que la redact¨® lo defini¨® como ¡°un pernicioso desestabilizador psicol¨®gico¡±.
Sangre en el div¨¢n, Colony Theatre, Miami Beach, 11 y 12 de agosto, 45-60$
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