La ola y el oc¨¦ano

La vida es una ola destinada a disolver su singularidad en el oc¨¦ano de la existencia. As¨ª contempla el hinduismo el tr¨¢nsito hacia la muerte: no como un final, sino como la culminaci¨®n de un proceso donde la salvaci¨®n certifica la desaparici¨®n del ego en la unidad de todas las cosas. En una reveladora secuencia de Hotel Salvaci¨®n, opera prima del director indio Shubhashish Bhutiani, la lectura de una necrol¨®gica ¡ªque escribi¨® el propio difunto antes de morir¡ª hace que sus familiares pasen del dolor al s¨²bito estallido de la risa. En otro momento de la pel¨ªcula, un personaje, que transporta sobre los hombros el cuerpo muerto de su padre, se une a las mujeres de la familia que, con una sonrisa en sus rostros, convierten la despedida en una ceremonia gozosa.

En Hotel Salvaci¨®n, un anciano cree sentirse preparado para abandonar la vida y le pide a su hijo, sumergido en un infierno laboral de gestiones y constantes e intempestivas llamadas de negocios, que le acompa?e a la ciudad sagrada de Varanasi, a orillas del Ganges, para completar al ciclo. El establecimiento en el que se alojar¨¢n da t¨ªtulo a la pel¨ªcula: un hotel para esperar a la muerte en el que s¨®lo se puede permanecer un m¨¢ximo de quince d¨ªas. Si la muerte no ha llegado en ese momento, el responsable del local permite a los hu¨¦spedes cambiar de nombre e identidad para alargar la estancia. Uno de los personajes secundarios m¨¢s memorables de la pel¨ªcula ¡ªuna mujer viuda que lleg¨® con la intenci¨®n de morir en compa?¨ªa de su esposo¡ª lleva trece a?os en el lugar.

Shubhashish Bhutiani cuenta su historia con delicadeza, sin vender folklore para la exportaci¨®n y sin que el acercamiento emocional entre ese padre y ese hijo suene a f¨®rmula de gui¨®n. El tono oscila entre el drama y la comedia con la misma muda suavidad con la que una vela se mece en las aguas del Ganges. El modo en que la fe y el ritual se intersectan con lo cotidiano inspira algunos de los momentos m¨¢s brillantes de este certero debut.