La sombra de la comedia oto?al
Al menos del desastre de la parte de humor se pasa a un pu?ado de conversaciones mayores, y bastante m¨¢s interesantes, sobre la inevitable decadencia del cuerpo
Unas fotos de los cuatro personajes principales en su juventud, cuando deb¨ªan rondar los veintitantos a?os de edad, abren los primeros minutos de Book Club, como detalle narrativo que informa al espectador sobre su larga relaci¨®n de amistad. Sin embargo, esas im¨¢genes conjuntas tienen tambi¨¦n una brutal contrapartida, al llevar de forma irremisible a un pensamiento que es una losa para la propia pel¨ªcula: el atroz contraste entre las historias que interpretaban en la d¨¦cada de los setenta Diane Keaton, Jane Fonda, Candice Bergen y Mary Steenburgen, y la que protagonizan ahora. Algo que nada tiene que ver con la edad y seguramente s¨ª con el estado del cine. Del atrevimiento, la singularidad, la modernidad, la trascendencia y la frescura, tanto social como cinematogr¨¢fica, de obras como Annie Hall, Buscando al se?or Goodbar, Julia, California Suite, Conocimiento carnal y Camino del Sur, al adocenamiento, la espesura, la gracia meliflua y el romance l¨¢nguido de Book Club.
BOOK CLUB
Direcci¨®n: Bill Holderman.
Int¨¦rpretes: Diane Keaton, Jane Fonda, Candice Bergen, Mary Steenburgen.
G¨¦nero: comedia. EE UU, 2018.
Duraci¨®n: 104 minutos.
A trav¨¦s del c¨ªrculo de lectura formado por cuatro mujeres alrededor de la edad de jubilaci¨®n, la pel¨ªcula, con aires de picante comedia oto?al de amor y lujo, indaga en el estado emocional de una pe?a felizmente heterog¨¦nea en lo personal y en lo profesional: una casada que ha ido olvidando lo que es el sexo; una divorciada liberada y sin complejos; una viuda reciente, y una triunfadora en el trabajo que solo parece vivir para lo laboral. Pero las tres novelas elegidas, a libro por mes para el arco de tiempo en que se desarrolla el relato, no pueden ser mejores exponentes de la v¨ªa que han elegido Bill Holderman, director y escritor, y su coguionista, Erin Simms. S¨ª, lo han adivinado, la trilog¨ªa de 50 sombras de Grey.
As¨ª, la comedia est¨¢ asentada en los dobles sentidos de los di¨¢logos, con t¨¦rminos como ¡°desatascar¡± (que sale al menos dos veces), y ambig¨¹edades como ¡°la puesta a punto¡± (de la moto) y la necesidad de ¡°lubricante¡±, todo ello mientras uno de los personajes masculinos, en el colmo de la sutileza, se come un pl¨¢tano. Una decisi¨®n tonal que acaba de reforzarse cuando otro de los gags se establece a partir de la mentira de lo que est¨¢n leyendo ese mes en el club: Moby Dick, en lugar de la trilog¨ªa de E. L. James (cualquiera con ciertos conocimientos de ingl¨¦s lo pillar¨¢ sin problema).
Por suerte, del desastre de la comedia se pasa a un pu?ado de conversaciones mayores, y bastante m¨¢s interesantes, sobre la inevitable decadencia del cuerpo, la fuerza de la costumbre en el matrimonio, y la peligrosa necesidad de vender ¡°tu sentido de la vida¡± en las redes sociales, casi como una pegatina en la frente. Pero son apenas unas migajas en un conjunto que nunca merece la presencia de un cuarteto interpretativo tan formidable.
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