Yo soy el W¨¦stern
¡®Red dead redemption 2¡¯ presenta una s¨®lida candidatura a juego de la d¨¦cada, con el mejor ¨¦mulo digital hasta la fecha de la vida real
Me he rasurado la cara para parecerme a Abraham Lincoln. Fue una de esas decisiones que se toman sin pensar, del momento, tan fugaces como las de desenfundar el rev¨®lver y segar una vida. Lo hice poco antes de cantarle las cuarenta a Kieran, de re¨ªrme mientras los chicos le hac¨ªan creer que le iban a arrancar el pajarito con dos tenazas al rojo. El pajarito sigui¨® en su lugar, pero cant¨®. Cant¨® d¨®nde est¨¢n esos malnacidos de O¡¯Driscoll, en un campamento escondido en el claro de un pinar.
Ahora vamos al galope, Arthur a mi izquierda y John a mi derecha, con O¡¯Driscoll bien atado en la grupa de John, largando por esa bocaza todo lo que no deber¨ªa largar. El tipo parece tener madera para esta vida, pero le sobran unas cuantas palabras. Habr¨¢ que ver si acaba como el resto de sus compa?eros cuando lleguemos al campamento, yerto y fr¨ªo, la boca entreabierta, dos ojos en el infinito y el tercero, el rojo, sangrando desde el centro de la frente. Habr¨¢ que ver¡
Llegamos al bosque y dejamos a nuestras monturas atadas con la grupa a nuestra espalda. Qui¨¦n sabe; a lo mejor son demasiados y hay que subirse a toda prisa para salir pitando de all¨ª. Me quito el sobretodo para caminar acuclillado m¨¢s c¨®modo y compruebo que no he olvidado los cuchillos. No los he olvidado; all¨ª est¨¢n, los seis, relucientes y afilados. Tampoco he olvidado como lanzarlos.
El primer hombre de O¡¯Driscoll est¨¢ con el miembro entre las manos. Meando contra un pino y hablando con otros dos que esperan un poco m¨¢s all¨¢. Miro a John y a Arthur; nos basta con eso, una mirada. Miro tambi¨¦n a Kieran. Est¨¢ blanco como el papel, pero asiente tambi¨¦n. No parece, de momento, que quiera cambiar de bando. Si veo que la cosa va mal, lo tengo claro. La pen¨²ltima bala de mi rev¨®lver le volar¨¢ la tapa de los sesos. Pero creo que va ir bien. Creo que va ir bien.
John y Arthur han sacado sus propios pu?ales. Ellos ir¨¢n a por los de la derecha. El me¨®n, s¨ª que tiene dep¨®sito el muchacho, es para m¨ª. Tengo ya el mango en la mano, el filo hacia arriba, apuntando al cielo. Lanzo. Y lo que iba a ser un grito se convierte en un gorgoteo ahogado en sangre.
Esta breve introducci¨®n a Red dead redemption 2, un pasaje de la misi¨®n Una visita social, es un ejemplo del verbo que est¨¢ en el centro de este juego de Rockstar, probablemente, el m¨¢s esperado de la d¨¦cada. Probablemente, dig¨¢moslo ya, no decepcione esas expectativas. Volviendo al verbo en cuesti¨®n, es un verbo que no encontrar¨¢n en ning¨²n diccionario, pero es un verbo que para quien conoce el neologismo tiene una acepci¨®n honda, dir¨ªase que inabarcable, profunda y compleja a la vez. El verbo es rolear. Pero podr¨ªa ser tambi¨¦n, pues es lo mismo, vivir.
Informaci¨®n ¨²til
T¨ªtulo: Red dead redemption 2
Compa?¨ªa: Rockstar Games
Director:--
Fecha de lanzamiento: 26/10/2018
G¨¦nero: Sandbox
Precio: 69,95 €
Tras pasar unas cuantas horas con Red dead redemption 2, tengo muy claro que es el juego que m¨¢s cerca va a estar ¡ªy es un camino infinito y por lo tanto siempre destinado a un relativo fracaso y a un constante progreso¡ª de lograr llevar el rolear a la praxis. Es decir, que va a ofrecer a los jugadores un aleph de mec¨¢nicas, narrativas y personajes capaces de generar la sensaci¨®n de vivencia. De sentir que uno habita, en efecto, el mundo que propone, que en el caso de esta saga es nada menos que el lejano y salvaje Oeste norteamericano. El de los cuatreros, los indios, los Winchester y los Saloon. Me queda la duda razonable de ver a qu¨¦ altura se encuentra el Ciberpunk 2077 de los polacos de CD Projekt Red. El video que nos han mostrado hasta ahora dicen que es un rival a temer. Pero Red dead redemption 2 lo he catado, he vivido esas sensaciones con el mando. Y eso marca un abismo.
Desde siempre, el objetivo m¨¢s ambicioso de los videojuegos ha sido el lograr el habitar de otro yo. La parte interpretativa en los videojuegos, de ser un alguien en alg¨²n lugar, es uno de los aspectos m¨¢s esenciales de este arte y habitualmente menos tenidos en cuenta en su an¨¢lisis. Qu¨¦ enorme diferencia existe entre alguien que entiende en todo momento c¨®mo jugar a un Metal gear interpretando a Snake como se debiera ¡ªsigilo, elegancia y letalidad son la trinidad a alcanzar¡ª y aquel que lo hace con descuido, como si fuera un juego de acci¨®n m¨¢s. Desde c¨®mo se camina, hasta c¨®mo se mata e incluso, en casos como el de Kratos de God of war, c¨®mo se folla, los videojuegos dan constantes oportunidades para sentir la diluci¨®n de nuestro yo en ese otro digital. Para ser ¨¦l en toda su extensi¨®n. Es lo que marca la diferencia en ese espectacular videojuego que rese?¨¢bamos hace poco, el Spider-Man de PlayStation 4.
Red dead redemption 2 asume este desaf¨ªo esencial despleg¨¢ndolo a un grado de detalle y escala que, sencillamente, no se hab¨ªa visto. Es un retorno a todas las complejidades y virtudes que demostr¨® el videojuego m¨¢s influyente de todos los tiempos, Shenmue, pero en un proyecto de una envergadura y ambiciones que dejan muy atr¨¢s al recobrado cl¨¢sico de Yu Suzuki. Hacer todos los objetos del juego visibles y palpables.
Ofrecer un ciclo de d¨ªa y noche que es mucho m¨¢s que un recurso est¨¦tico. Dise?ar un sistema que emula el cansancio, el hambre, el sue?o y que demanda cumplir con todos estos avatares. Superar el efecto de bel¨¦n congelado que suelen tener todos los videojuegos cuando se entra en una ciudad, con personajes que repiten rutinas una y otra vez como si fueran figurines de una barraca de feria. Todas estas cosas est¨¢n presentes y ejecutadas en Red dead redemption 2. Unas pocas horas bastan para sentir la sensaci¨®n de v¨¦rtigo que comporta pensar en todos estos sistemas en conjunto y la experiencia que florece de su hibridaci¨®n.
Red dead redemption 2 impresiona a los que llevamos d¨¦cadas (en mi caso van a ser tres ya) jugando a videojuegos. Hay cosas que damos por sentado que son imposibles y que hay que asumir como gajes del oficio que de pronto se encuentran aqu¨ª resueltas. Les pongo un ejemplo sencillo pero tremendamente significativo. Si uno saquea un cad¨¢ver en busca de un objeto o visita una tienda para comprar algo, lo que espera es una elipsis en el que ese objeto se incorpore a un inventario, una suerte de pacto de ficci¨®n entre el jugador y lo jugado que hace patente el artificio del videojuego pero que apenas molesta porque se da por asumido. Otro ejemplo, si uno caza un animal salvaje y lo despelleja, guardando su carne y su piel para una futura venta, espera que eso quede ah¨ª, en el limbo de dicho inventario, inalterado; no se plantea, desde luego, lo que suceder¨ªa en el mundo real, que al poco esa carne se pudrir¨ªa y hervir¨ªa de moscas.
En Red dead redemption 2 sucede realmente lo que les cuento que un jugador jam¨¢s se espera: la carne se pudre; los objetos, todos ellos, est¨¢n presentes y palpables. Es un salto de una magnitud que solo pueden entender aquellos veteranos del videojuego. Para los novatos, resultar¨¢ de una naturalidad inapreciable. Y en esa naturalidad reside su grandeza.
Podr¨ªa hablar de mucho m¨¢s. Por ejemplo, de c¨®mo me impresion¨® la construcci¨®n de los paisajes, el verismo que transmiten. Estamos muy acostumbrados ya a ver im¨¢genes cuasi fotorrealistas en videojuego, bosques que parecen bosques, monta?as que parecen monta?as. Pero con el paso de las horas ¡ªrecordemos que un videojuego se habita durante m¨¢s tiempo que ninguna otra obra cultural, pudiendo pasar decenas o incluso cientos de horas¡ª se ven los artificios. Los trucos para generar ese fotorrealismo. La m¨¢quina que repite estrategias y hace que los escenarios pierdan su cualidad org¨¢nica y pasen a parecer, precisamente, de videojuego.
Pero tanto en el ¨²ltimo Spider-Man y su apabullante y colorida Nueva York, en el que cada calle parec¨ªa genuina, como en este Red dead redemption 2, comienzan a apreciarse un trabajo de sofisticaci¨®n paisaj¨ªstica que resulta equiparable a lo real. El mundo de este w¨¦stern merece ser paseado como turista ecol¨®gico, porque nos acerca a esa vida sin duda m¨¢s cruel pero tambi¨¦n m¨¢s pura, m¨¢s n¨ªtida, que el siglo XX y ya no digamos el XXI nos han arrebatado. Al menos, a la parte m¨¢s privilegiada del mundo.
De la historia, de momento, poco hay que decir. Los di¨¢logos parecen al nivel de una serie de Netflix o de HBO. La madurez y crudeza, tambi¨¦n. Impresiona la atenci¨®n a peque?os detalles cinematogr¨¢ficos, como por ejemplo c¨®mo se encienden al un¨ªsono dos cerillas contra la suela del zapato, dejando un arco de chispas. O el realismo con el que las ventanas y paredes reflejan el resultado de un tiroteo, c¨®mo saltan las astillas y esquirlas con cada impacto. El trabajo con las c¨¢maras es tambi¨¦n excepcional. Realmente todo lo es en este juego, literalmente excepcional. Esto es, en estado de excepci¨®n. Que se salta y desborda la norma; lo asumido como factible.
El ¨²nico lunar de esta primera toma de contacto fue meramente t¨¦cnico. Una Playstation 4 Pro sufr¨ªa para mover el juego, oscilando peligrosamente cerca de las 20 im¨¢genes por segundo, o por lo menos de esa percepci¨®n; esto es, peligrosamente cerca de dejar de parecer una sucesi¨®n de im¨¢genes fluida y pasar a ser una que se sienta ralentizada. Rascaba, que decimos en el argot. Rockstar asegur¨® que la versi¨®n final, que llegar¨¢ el 26 de octubre, fluir¨¢ sin problema alguno. De momento, habr¨¢ que ponerle un pendiente a este aspecto nada banal y que da, a priori, una ventaja significativa a la m¨¢s poderosa Xbox One X como plataforma ideal para gozar de este t¨ªtulo.
Ralentizaciones aparte, estamos, sin duda, ante un juego que va camino de ensanchar la leyenda de los creadores de videojuegos, con permiso de Nintendo, m¨¢s legendarios del medio. Red dead redemption 2 parece el carpetazo definitivo a esta generaci¨®n que ya se asume agotando su oto?o, camino ya del invierno y del olvido. Parece tambi¨¦n un salto cualitativo en el g¨¦nero que ha dominado los ¨²ltimos diez a?os, los sandbox, y podr¨ªa sumarse a The legend of Zelda. Breath of the wild como el juego m¨¢s importante en su reinvenci¨®n y consolidaci¨®n. Todo apunta a ello.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.