La Duquesa Roja y la Pimpinela Escarlata, dos escocesas en la Guerra Civil
Una arist¨®crata y una anarquista extranjeras coincidieron en Espa?a en su lucha contra el fascismo
Algunas de las mujeres extranjeras que se implicaron en la lucha contra el fascismo en Espa?a fueron reconocidas en sus propios pa¨ªses y ¨¦poca, alcanzando incluso sobrenombres imbuidos de un romanticismo evocador que enmascaraban la amarga y cruda realidad a la que se enfrentaba el pueblo espa?ol. Hechos abominables frente a los que Europa eligi¨® su pol¨ªtica de no intervenci¨®n.
Con el nombre de la Duquesa Roja fue reconocida la arist¨®crata y pol¨ªtica brit¨¢nica Katharine Marjory Ramsay, duquesa de Atholl (1874-1960) y como la Pimpinela Escarlata escocesa lo ser¨ªa la anarquista Ethel MacDonald (1909-1960). Unidas por la tierra escocesa y por el a?o de fallecimiento, ambas participaron, desde sus diferentes ambientes sociales, pol¨ªticos y econ¨®micos a favor de la Rep¨²blica espa?ola. Una era perteneciente a una familia adinerada, con una solvente educaci¨®n y posici¨®n; diputada conservadora entre 1923 y 1938 y la primera mujer de su partido que en Reino Unido ocup¨® un cargo ministerial: secretaria parlamentaria del Comit¨¦ de Educaci¨®n. Ethel MacDonald era miembro del Partido Laborista Independiente y proven¨ªa de una familia obrera de la que se march¨® con 16 a?os tras un movimiento, el anarquismo, que llen¨® su trayectoria vital.
En noviembre de 1936, cuando Madrid estaba casi rodeado de las tropas sublevadas, lleg¨® Ethel MacDonald. La pasi¨®n con la que se entreg¨® a la causa republicana se reflej¨® en los discursos de car¨¢cter doctrinario que enviaba al mundo a trav¨¦s de la radio de la CNT en Barcelona. Apoy¨® la causa del Gobierno leg¨ªtimo, invitando a que hubiera m¨¢s acci¨®n y menos gestos hacia el pueblo espa?ol; la lucha contra el fascismo era su consigna en la radio, pero dentro de un discurso anarquista. Al igual que otros compa?eros, recordemos a George Orwell, los sucesos de mayo del 37 la afectaron profundamente y, a la postre, dar¨ªan lugar a su sobrenombre: la Pimpinela Escarlata (el protagonista de la novela de Emma Orczy de Orcz) por la ayuda que prest¨® a los anarquistas perseguidos. Estuvo en las barricadas de la CNT-FAI luchando en las calles de Barcelona en esos d¨ªas.
Tambi¨¦n denunci¨® p¨²blicamente el asesinato en prisi¨®n, como consecuencia de las palizas recibidas por los comunistas, de Bob Smillie, miembro, como ella, del Partido Laborista Independiente e integrado en el Partido Obrero de Unificaci¨®n Marxista (POUM). La versi¨®n oficial de su muerte fue peritonitis, pero Ethel public¨® que muri¨® ejecutado en la celda tras las numerosas palizas que le propin¨® la polic¨ªa secreta. Ella misma sufri¨® un registro en su domicilio a altas horas de la madrugada y fue conducida a prisi¨®n, liberada y de nuevo vuelta a ser presa.
Cuando sali¨® por segunda vez de la c¨¢rcel vivi¨® en la clandestinidad en Barcelona hasta que logr¨® huir, en septiembre de 1937, a Escocia. Antes de escapar, pudo ayudar a numerosos compa?eros anarquistas a salir de Espa?a. Fue recibida por m¨¢s de 300 personas como una hero¨ªna cuando regres¨® a su pa¨ªs. Se hab¨ªa convertido ya para la prensa en la Pimpinela Escarlata escocesa.
Traductora de 'Mein Kampf'
Katharine Marjory Ramsay, duquesa de Atholl, aunque conservadora y aristocr¨¢tica, coincidi¨® con Ethel en su oposici¨®n al comunismo. En 1930 public¨® The Conscription of a People, un claro ataque al sistema sovi¨¦tico. Sin embargo, tambi¨¦n tradujo el Mein Kampf de Hitler para que los ingleses vieran la realidad de su discurso y el peligro al que se enfrentaba Europa. Fue una defensora de los derechos humanos y contraria a cualquier tipo de totalitarismo; dirigi¨® campa?as contra la mutilaci¨®n genital femenina de las ni?as en ?frica, o contra la invasi¨®n italiana en Etiop¨ªa. Seg¨²n la investigadora Mar¨ªa Isabel Gejo-Santos, ser¨¢ su antinazismo lo que le acerque a los republicanos espa?oles al estallar la Guerra Civil.
Dirigi¨® junto a la diputada Eleanor Rathbone (1872-1946), el National Joint Committee for Spanish Relief, comit¨¦ de ayuda creado en noviembre de 1936. Tambi¨¦n form¨® parte de una delegaci¨®n de pol¨ªticas brit¨¢nicas que viaj¨® a la Espa?a republicana con el fin de observar lo que estaba ocurriendo y dar traslado de la situaci¨®n e influir en el Parlamento brit¨¢nico sobre la necesidad de ayudar en la lucha contra el fascismo. La delegaci¨®n estaba formada, adem¨¢s de por Katharine Marjory Ramsay y Eleanor Rathbone, Ellen Wilkinson (1891-1947) y la enfermera Dame Rachel Crowdy (1884-1964).
En su periplo viajaron a Valencia, Madrid y Barcelona; sus impresiones y testimonios quedaron recogidos en Searchlight on Spain, obra traducida y estudiada por el fil¨®logo Fernando Galv¨¢n en 2016. El escritor Arturo Barea, que les acompa?¨® en Madrid como gu¨ªa oficial desde su puesto de jefe de la Oficina de Censura, hablaba en La forja de un rebelde de esa visita, en la que hubo entrevistas con personalidades pol¨ªticas y militares. Poco acertado por su comentario machista estuvo el rudo y popular general Miaja, el defensor de Madrid, que, tal vez confundido o contrariado con la visita, cre¨ªa atender a simples curiosas de lo que se vino en denominar turismo de guerra. As¨ª preguntaba a Barea que "por qu¨¦ diablos" no le llevaban "chicas guapas o al menos gentes sensatas que mandaran armas y municiones". Injustas palabras referidas a mujeres que visitaron un pa¨ªs en guerra con el ¨¢nimo de convencer al Gobierno brit¨¢nico de la necesidad del env¨ªo de armamento al Gobierno republicano. Mujeres que, en su visita a Madrid, se cruzaron con obuses y cuerpos mutilados, "contra la luna estaba aplastado y a¨²n contray¨¦ndose convulsivo un trozo de materia gris, del tama?o del pu?o de un ni?o", escrib¨ªa Barea.
La llamada Duquesa Roja por los conservadores de su pa¨ªs siempre consider¨® que Gran Breta?a actu¨® hip¨®critamente en el Pacto de No intervenci¨®n. Perdi¨® las elecciones a diputada en 1939, y en ello tuvo mucho que ver su pol¨ªtica de ayuda a Espa?a, que la situaba enfrente de la pol¨ªtica de paz y acercamiento a los nazis que pregonaban sus correligionarios conservadores, con el primer ministro Chamberlain a la cabeza. Nunca dej¨® de trabajar a favor de los refugiados, fundamentalmente de los ni?os vascos evacuados durante la Guerra Civil a Gran Breta?a.
Mar¨ªa Jos¨¦ Turri¨®n es historiadora y exdirectora del Centro Documental de la Memoria Hist¨®rica
Babelia
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