El infierno morm¨®n de Tara estaba en casa
Westover se vio obligada a romper con su familia extremista para estudiar. El resultado fue otra persona y un vibrante desnudo integral
Tara Westover ha escrito un libro ¨²nico: por su valor terap¨¦utico, inici¨¢tico, necesario para digerir una vida violenta en una familia de mormones extremos; y porque el pasado al que est¨¢ ajustando cuentas est¨¢ incre¨ªblemente cerca. Westover es muy joven, naci¨® en las monta?as de Idaho en un d¨ªa impreciso de 1986, y necesit¨® romper con su familia para hacer cosas tan peregrinas como ir al dentista. La ¨²ltima de siete hermanos, jam¨¢s fue a la escuela y creci¨® bajo la convicci¨®n paterna de que llamar a una ambulancia tras un accidente grave era equivalente a meter en casa al mism¨ªsimo demonio bajo el aspecto de m¨¦dicos o agentes del Gobierno en realidad dispuestos al ataque. Solo la Biblia aportaba razones para aceptar heridas abiertas, fracturas ensangrentadas, infecciones galopantes malcuradas al sol; o la explotaci¨®n laboral a la que le somet¨ªa el padre y el maltrato violento que uno de sus hermanos le inflig¨ªa con permiso de su madre.
¡ª Feliz cumplea?os ¡ªarrancamos. Cualquier d¨ªa de septiembre puede serlo, puesto que no hubo certificado de nacimiento cuando vino al mundo y creci¨® creyendo que este era su mes.¡ª ?C¨®mo lleva no saber cu¨¢ndo naci¨®?
¡ª Gracias ¡ªr¨ªe¡ª. Cuando te cr¨ªas as¨ª lo tomas como algo normal, no has experimentado otras vidas y no me lo plante¨¦ hasta que me pidieron el certificado para estudiar.
¡°El amor es amor y no es necesariamente bueno¡±
Westover responde mientras desayuna aguacate con pan, hambrienta tras aterrizar en Madrid. Publica en Espa?a Una educaci¨®n (Lumen), un desnudo integral, bell¨ªsimo y estremecedor de una infancia especial, cargada de creencias tan totalizantes como arrasadoras. El peor de los infiernos es aquel del que tus seres m¨¢s queridos son responsables y sin embargo ella lo describe tranquila, con una naturalidad chocante para el tama?o de su testimonio. Indudablemente porque ese infierno no lo fue para ella, puesto que era su normalidad. ¡°Mi libro es sobre si nos est¨¢ permitido cambiar. La primera versi¨®n de ti no es tu ¨²nica versi¨®n, y cuando empiezas a cambiar: ?qu¨¦ haces con la gente que de verdad te importa y que no puede aceptar ese cambio? De eso va el libro¡±.
Westover dud¨® enormemente antes de abandonar su hogar ¡ªel desguace de su padre en el que se destrozaba las venas; la cocina de hierbas curativas de su madre; la violencia de su hermano; los sermones que daban sentido a su mundo¡ª pero a los 16 a?os se decidi¨® a estudiar. Sufri¨® al adaptarse a un mundo del que solo hab¨ªa aprendido a desconfiar y que sin embargo no la esperaba a tiros, sino con mojones de conocimiento en los que tropezaba una y otra vez: ?qu¨¦ era el Holocausto? ?Y Luther King? ?Y Napole¨®n? ?Y Europa? ?Y un examen? ?Y una redacci¨®n? ?De verdad hab¨ªa que lavarse las manos con jab¨®n, como le dec¨ªan sus compa?eras de piso? El mundo exterior, para el que su padre les hab¨ªa preparado con almacenes de rifles y comida por si eran atacados, se transform¨® en algo acaso m¨¢s arriesgado: un lugar donde hab¨ªa gente que quer¨ªa ayudarla, donde hab¨ªan ocurrido tragedias, guerras, luchas por los derechos civiles, arte y obras que desconoc¨ªa desde su infancia sin escuela. ¡°Me tom¨® mucho tiempo anular el instinto de desconfianza que me hab¨ªan inculcado y empezar a confiar¡±. Fueron muchas negativas a recibir becas, ayudas, consejos, tratamientos m¨¦dicos, ropa bonita y soluciones que le propon¨ªa la gente buena que fue encontrando por el camino. Pero poco a poco, mientras ella tomaba el rumbo hacia su integraci¨®n en la sociedad, sus padres empezaron a escribir su propia versi¨®n de la historia: el demonio la estaba poseyendo para separarla de ellos. Demasiado duro para una joven brillante que acab¨® gradu¨¢ndose en Arte e Historia y logrando un posgrado en Cambridge.
¡°Ellos cre¨ªan que estaba pose¨ªda, pero no fue eso lo que nos separ¨®¡±, cuenta. ¡°Tal vez pod¨ªa haber convivido con su ideolog¨ªa y su religi¨®n, ese no era el problema. Pero no con la violencia¡±.
¡°Quer¨ªa contar la educaci¨®n como lo que te convierte en otra persona¡±
Lo cuenta con la misma naturalidad con la que sigue hincando el diente a la tostada. No fue ella quien rompi¨® con ellos, sino sus padres quienes renegaron de ella cuando Westover levant¨® un muro ante la violencia de su hermano. El demonio la hab¨ªa pose¨ªdo en versi¨®n paterna, eso no ocurre todos los d¨ªas. Y lleg¨® la quiebra familiar.
Cuando atraves¨® todo ese cambio se sinti¨® aislada y por ello decidi¨® escribirlo. ¡°El extra?amiento es una de esas cosas muy dif¨ªciles de hablar, la gente no habla de ello, no hay discurso p¨²blico sobre ello, y decid¨ª escribirlo¡±. ¡°Fue muy terap¨¦utico escribirlo, pero publicarlo es diferente. Escribes para ti mismo y publicas para los dem¨¢s. Escrib¨ª para m¨ª misma y publiqu¨¦ por si pod¨ªa ser ¨²til.
¡ª ?No temi¨® herir a su familia, romper los ¨²ltimos lazos?
¡ª Se sienten heridos, claro. Y quienes les rodean creen que es un acto del demonio. Pero lo que rompi¨® a mi familia no fue el extremismo, la ideolog¨ªa o la religi¨®n, sino la respuesta ante mi hermano violento. Para mi familia lo peor que pod¨ªa hacer era hablar de ello y yo no quer¨ªa eludirlo en nuestra relaci¨®n. Por ello renegaron de m¨ª.
En el libro parece perdonar a su padre, al que atribuye un trastorno bipolar, pero no salva a su madre. ¡°Ella solo quiere proteger a mi padre, ama a sus hijos, pero invierte su energ¨ªa en mantener el statu quo y sacrifica todo en ese altar. Creo que a mi madre le rompi¨® el coraz¨®n renegar de m¨ª, creo que nunca lo ha aceptado del todo, que sinti¨® que en el pulso que mantuvimos yo acabar¨ªa volviendo a la l¨ªnea correcta y que seguir¨ªamos adelante, con violencia y silencio. Pero no lo entendi¨®. No pudo anticipar lo que pasaba. Y aunque mis padres me amaban, las decisiones que tomaron no estuvieron motivadas por el amor. El amor pod¨ªa ser real, pero no primaba en las decisiones que tomaban. Lo que primaba era el miedo y el deseo de ocultar lo que pasaba, eso fue m¨¢s poderoso que el amor. Me llev¨® mucho tiempo entender que el amor es amor y no necesariamente hace que una relaci¨®n sea saludable¡±.
Una educaci¨®n (Lumen) contiene un aroma a memorias de una larga vida y sorprende la prisa que se ha dado por depositar esa experiencia sin esperar su maduraci¨®n. ?Acaso parece un libro m¨¢s propio de un final de la vida que de un principio? ¡°La gente cree que las memorias son un g¨¦nero para el final de la vida y no estoy de acuerdo. Se trata de capturar un momento de tu vida. Mi libro va de extra?amiento y una de las cosas m¨¢s duras del extra?amiento es que no conoces el futuro, no sabes el final de la historia. Si lo haces al final de tu vida ya lo habr¨¢s resuelto de una forma u otra y lo incre¨ªble del extra?amiento es que a¨²n falta reconciliaci¨®n, soluci¨®n, no sabes c¨®mo va a acabar. La incertidumbre del extra?amiento est¨¢ ahora y por eso sent¨ª que ten¨ªa que escribirlo ahora¡±.
¡ª ?Fue la educaci¨®n lo que la salv¨®?
¡ª Quer¨ªa afrontar la educaci¨®n no como una forma de obtener un t¨ªtulo, una forma de vivir mejor, de conseguir mejor trabajo, sino como algo que te convierte en alguien diferente, te cambia la vida, me permiti¨® levantarme sobre s¨ª misma y tomar decisiones por m¨ª misma. Fue la forma de convertirme en una persona, la persona que soy.
La mujer de 32 a?os que es Tara Westover desconoce a¨²n qu¨¦ libros acometer¨¢ en el futuro y en el aire queda el recelo de que tal vez solo tenga una historia que contar. Pero esa historia es tan grande, tan ¨²nica y a la vez tan vital que se convierte en una vibrante lecci¨®n de superaci¨®n. Desde el aislamiento, la opresi¨®n y la ignorancia, hacia la construcci¨®n de una gran personalidad.
Babelia
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