Mapplethorpe, no solo para mayores de 18
La Fundaci¨®n Serralves muestra en Oporto una gran retrospectiva de la obra del fot¨®grafo, m¨¢s all¨¢ de las censuras
"Alertamos de la dimensi¨®n provocativa y el car¨¢cter eventualmente chocante de la sexualidad contenida en algunas obras¡±, dice el aviso. Los visitantes ya hab¨ªan pasado entre desnudos impresionantes (y no solo), pero el cartel de una puerta corredera advert¨ªa que lo m¨¢s fuerte estaba al otro lado.
¡°Robert Mapplethorpe dedic¨® menos de dos a?os, de sus 20 a?os creativos, a este tipo de im¨¢genes. Sin embargo, hubo un tiempo en que parec¨ªa que no se hab¨ªa centrado en otra cosa¡±, explica Jo?o Ribas, comisario de la gran retrospectiva del fot¨®grafo norteamericano, abierta en la Fundaci¨®n Serralves (Oporto, Portugal) hasta el 6 de enero. ?l mismo escogi¨® las casi 200 im¨¢genes que se exponen, una d¨¦cima parte del legado del artista.
La sala prohibida ¡ªhoy no, pero en Estados Unidos en algunos a?os, s¨ª¡ª muestra im¨¢genes sadomasoquistas, realizadas con la misma precisi¨®n compositiva que el resto. ¡°?l es honesto. Son sesiones de estudio, como las otras en las que ¨¦l est¨¢ presente y donde cuida todos los detalles de la composici¨®n. Es el cuerpo como representaci¨®n absoluta del deseo, m¨¢s all¨¢ de la sexualidad binaria¡±.
Michael Ward Stout, presidente de la Fundaci¨®n Robert Mapplethorpe, confiesa que prefiere charlar delante de las flores, retratadas con no menos carga sexual: ¡°Aunque los desnudos son la parte m¨¢s famosa de la obra, la realidad es que la fundaci¨®n vive sobre todo de la venta de copias de las flores. Sus precios van al alza¡±.
Entre penes y lirios, la retrospectiva de Mapplethorpe (1946-1989) cubre toda su dimensi¨®n art¨ªstica, desde sus primeros collages a esculturas y bodegones florales, las ¨²nicas cuatro fotograf¨ªas que no son en blanco y negro. ¡°Con Mapplethorpe ocurre como los grandes artistas, conocemos antes sus obras que a su autor¡±, explica Ribas. ¡°Hemos crecido con los discos de Patti Smith, desconociendo al autor de la portada de Horses o de sus libros de poemas. Aqu¨ª se muestran las im¨¢genes m¨¢s ic¨®nicas, pol¨¦micas y sorprendentes de la segunda mitad del siglo XX¡±.
La cantante y el fot¨®grafo se conocieron con 21 a?os, en sus inicios, y convivieron en un piso de Nueva York donde alguien llev¨® una m¨¢quina Polaroid. Aquello le cambi¨® la vida a Mapplethorpe que hasta entonces recortaba fotos de revistas para montar en collages las im¨¢genes que no encontraba en ning¨²n lado. ¡°La Polaroid era una forma instant¨¢nea de controlar el trabajo entre el fot¨®grafo y el fotografiado, su obsesi¨®n. Desde su primera foto se aprecia el rigor de su encuadre, la geometr¨ªa de sus composiciones¡±, contin¨²a Ribas.
En sus desnudos, es evidente la referencia a la escultura cl¨¢sica, la representaci¨®n del cuerpo perfecto. Arnold Swarzenegger recuerda al David de Miguel ?ngel, y sus black males, al disc¨®bolo de Mir¨®n. Aunque otros quisieron ver otras cosas. ¡°Fue acusado de porn¨®grafo y racista¡±, cuenta Ribas. ¡°Era todo lo contrario. La raza negra no exist¨ªa en la historia del arte, ni siquiera en la fotograf¨ªa; el cuerpo negro estaba reservado para la pornograf¨ªa. A¨²n en ese tiempo, en Estados Unidos el negro era asociado a violencia, deseo y sida. Mapplethorpe eleva la representaci¨®n del cuerpo y al negro le da dignidad al retratarlo como si fuera una escultura griega¡±.
Con la fama, adem¨¢s de fotografiar amigos y amantes, le llegaron encargos de famosos o de famosos-amigos: Andy Warhol, Iggy Pop, Isabella Rosellini, Burroughs, Louise Bourgeois... ¡°Med¨ªa al mil¨ªmetro el tono de la luz y el encuadre. Sus sesiones fotogr¨¢ficas eran muy cortas. Sab¨ªa exactamente lo que quer¨ªa. Sus pruebas de contacto eran de uno a cinco disparos. Algo ¨²nico. Un fot¨®grafo de hoy dispara en un d¨ªa m¨¢s que Mapplethorpe en toda su vida¡±, reflexiona Ribas.
Sean m¨²sculos, sean p¨¦talos, est¨¦n erguidos o fl¨¢cidos, el resultado de la imagen es el de un objeto perfecto, fr¨ªo y distante. Un clasicismo extremo para una representaci¨®n, la fotograf¨ªa, a¨²n desvalorizada como arte. Seg¨²n Ribas, ¡°su obsesi¨®n era darle a la fotograf¨ªa la categor¨ªa y la calidad de la pintura¡±. La impactante exposici¨®n la cierra ¨¦l mismo, con su autorretrato al borde de la muerte, cadav¨¦rico, en negro y sepia, posando con un bast¨®n y una calavera: ¡°Hasta el ¨²ltimo disparo control¨®¡±.
Babelia
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