La Orquesta Nacional pierde la partitura
La formaci¨®n se sumerge en una creciente decadencia en espera de un nuevo reglamento, entre luchas internas, sin apenas giras y atada a su ciclo en Madrid
La?Orquesta y Coro Nacional de Espa?a (OCNE) necesita un plan de choque. No es una novedad para cualquier unidad del Instituto Nacional de Artes Esc¨¦nicas y de la M¨²sica (Inaem), que afronta una reforma integral que se est¨¢ perge?ando en una comisi¨®n creada al efecto. Pero en el caso de la formaci¨®n musical resulta, si cabe, m¨¢s grave. En espera de un reglamento que fije su rumbo, lleva en un limbo legal dos a?os. Entre tanto, se desangra en luchas internas, sufre un anquilosamiento en su gesti¨®n y adolece de los incentivos y el prestigio que dan a cualquier orquesta las giras y las grabaciones en sellos de referencia. Adem¨¢s, el desgaste de sus cabezas acarrea una crisis de liderazgo que afecta al t¨¢ndem entre F¨¦lix Alcaraz, responsable art¨ªstico y t¨¦cnico, y David Afkham, director principal invitado.
Se trata de una formaci¨®n conflictiva en s¨ª. ¡°Como todas¡±, opina Afkham. Si en la etapa anterior con?Josep Pons se consigui¨® enderezar un tanto un camino de 10 a?os de luchas entre los m¨²sicos y la Administraci¨®n, los problemas han regresado ahora. Y con su peor cara.
Amaya de Miguel,?la nueva directora del Inaem quiere poner remedios urgentes y ha dado directrices. ¡°Una orquesta nacional debe ser vista y escuchada en la mayor parte del territorio del Estado, sencillamente, porque se hace con los impuestos de todos¡±, se?ala. Eso cambia la estrategia de la anterior responsable, Montserrat Iglesias, que prefer¨ªa que se centrara en su ciclo en Madrid y luego emprendiera giras internacionales para promover la marca Espa?a. De Miguel no renuncia a lo segundo, pero, seg¨²n Alcaraz, director art¨ªstico de una formaci¨®n que cuenta con un presupuesto anual de 4,1 millones, moverla resulta muy caro. ¡°Hemos pedido ser incluidos en los programas de varias ciudades y festivales, pero no les interesa¡±, asegura Alcaraz, cuyo mandato expira en agosto pr¨®ximo.
La pendiente renovaci¨®n de Afkham
La renovaci¨®n del contrato de David Afkham (Friburgo de Brisgovia, Alemania, 1983) con la Orquesta y Coro Nacional de Espa?a est¨¢ al caer. La inc¨®gnita es en qu¨¦ t¨¦rminos. Actualmente, el m¨²sico alem¨¢n tiene categor¨ªa de director principal, un puesto al que accedi¨® con s¨®lo 32 a?os. Pero ese estatus le confiere poca autoridad y mando para afrontar los cambios que desea y configurar la orquesta que tiene en su cabeza. ¡°Quiero asumir la responsabilidad que me toca para mejorarla. Como creo en su capacidad, deseo estar al frente. Ello implica dejar claro a la administraci¨®n los cambios que todo eso requiere¡±, asegura. La posici¨®n como director art¨ªstico y t¨¦cnico a la vez de F¨¦lix Alcaraz perjudica y minimiza el trabajo de Afkham, seg¨²n varios m¨²sicos consultados dentro de la orquesta. La guerra abierta entre un sector muy numeroso de los m¨²sicos contra Alcaraz podr¨ªa propiciar en el Inaem que le confirieran m¨¢s poder a quien est¨¢ a punto de renovar su contrato.
M¨¢s grave, pues. ?Acaso nadie quiere ya a la Orquesta Nacional? Parece que s¨ª es querida, pero es ella la que rechaza, dependiendo de las circunstancias. Porque algunos responsables de festivales de referencia como los de Santander (Valentina Granados) o San Sebasti¨¢n (Patrick Alfaya), consultados por EL PA?S, aseguran que han invitado a la formaci¨®n en diversas ocasiones a lo largo de los ¨²ltimos cinco a?os. La respuesta de Alcaraz fue, en varios casos y seg¨²n ambos, negativa. ¡°Cuesta mucho dinero. Nosotros estamos siempre dispuestos a salir, pero no podemos asumir todos los costes¡±, responde este ¨²ltimo.
Las cifras de actividad fuera de Madrid son pobres, de hecho. Tan solo 10 salidas por Espa?a en el ¨²ltimo lustro, que pueden justificarse por dificultades econ¨®micas, pero que m¨²sicos y promotores achacan, sobre todo, de sus responsables.
Discos y decisiones
Tambi¨¦n supon¨ªa un desembolso su acuerdo con Deutsche Grammophon, el sello discogr¨¢fico de prestigio mundial en el que grabaron varios discos en la etapa de Pons. ¡°Decidimos hacer una marca propia. Deb¨ªamos correr con los gastos de la grabaci¨®n y la distribuci¨®n no nos la aseguraban¡±, aduce Alcaraz. Pero para los m¨²sicos, la motivaci¨®n de entrar en el cat¨¢logo de la compa?¨ªa multinacional supon¨ªa un extra que todav¨ªa reclaman muchos de ellos. Aun as¨ª, han editado ya seis discos con su denominaci¨®n propia y tienen previstos otros cinco m¨¢s.
Como tambi¨¦n reclaman los m¨²sicos, a trav¨¦s de su comisi¨®n delegada, tener mayor participaci¨®n en las decisiones. No solo en lo que respecta a los cambios para la mejora puramente musical, sino tambi¨¦n en materia de giras o de discograf¨ªa. Respecto a las primeras, Afkham y Alcaraz han encontrado diversos obst¨¢culos. Han convocado audiciones para sustituir a siete profesores responsables de secci¨®n.
¡°El problema ha sido el procedimiento¡±, afirman fuentes de la comisi¨®n de la orquesta.
Aluden as¨ª a que antes dichas audiciones se ejecutaban frente a un tribunal compuesto por los responsables y los l¨ªderes de cada secci¨®n, pero ahora el juicio recae solo en Afkham y Alcaraz. Ello motiv¨® que los m¨²sicos decidiesen no presentarse para cubrir los puestos en disputa. No todos lo secundaron y algunos concurrieron. Eso ha provocado que hayan promovido desde la orquesta un sondeo para puntuar el trabajo de sus responsables y elevar el resultado a la direcci¨®n del Inaem. Muchos de los m¨²sicos lo consideran una guerra abierta. Otros prefieren no calentar los ¨¢nimos. De Miguel afirma que ha mantenido ya un contacto con los m¨²sicos, ajeno a los responsables de la orquesta, pero destaca que se presentaron ¡°con buen ¨¢nimo¡±.
El caso es que si el idilio que vivieron con la llegada de Afkham hace tres a?os fue total, el encantamiento se va resquebrajando: ¡°No quiero amor; quiero resultados¡±, recalca el director. El m¨²sico alem¨¢n se pone en la piel de los afectados: ¡°Yo hubiera reaccionado igual; les entiendo. Pero tengo derecho a configurar la orquesta como creo necesario. Estoy convencido de que estamos preparados para afrontar un paso m¨¢s, aunque el curso pasado fue muy duro, hubo muchos problemas¡±.
Ha regresado con ganas para dos programas de arranque en la temporada. La pasada semana, afront¨® La creaci¨®n, de Haydn, y esta se mete en La consagraci¨®n de la primavera, de Stravinski, y el Concierto para violonchelo n¨²mero dos, de Shostakovich. Y tambi¨¦n contin¨²a con las audiciones. ¡°Al no contar con reglamento, hemos tenido que inventar un mecanismo para llevarlas a cabo. Pero, repito, estamos en nuestro derecho. Creo en las posibilidades de la orquesta. Por ahora, veo potencial. Debemos conseguir un ethos que nos lleve m¨¢s adelante¡±, incide Afkham. ¡°Para eso, aparte de calmar los ¨¢nimos, necesitamos un reglamento que modernice la forma de funcionar, que facilite giras, contrataciones, que nos coloque en el siglo XXI de una vez¡±, remata.
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