Operaci¨®n Salvador Sobral
El m¨²sico portugu¨¦s emociona con su jazz delicado y su fragilidad vocal en su gira espa?ola
¡°Me gusta el arte que te hace sentir inc¨®modo¡±. Sentado al piano, Salvador Sobral cit¨® a Miles Davis. Con su estupendo sentido del humor, el m¨²sico portugu¨¦s us¨® esta frase del coloso jazz¨ªstico para justificar la historia chistosa e improvisada que dio paso a la delicad¨ªsima interpretaci¨®n de Ay amor, balada original del cubano Bola de Nieve, que anoche hizo sobre el escenario del Teatro Nuevo Apolo de Madrid.
¡°El arte que te hace sentir inc¨®modo¡±. A decir verdad, hab¨ªa un mensaje que iba m¨¢s all¨¢ de cualquier gracieta bien contada por Sobral. Era el mensaje de su propia filosof¨ªa art¨ªstica. La filosof¨ªa del uncomfort, palabra que el cantante portugu¨¦s dijo en ingl¨¦s reproduciendo la frase literal -tambi¨¦n en ingl¨¦s- de Miles Davis. Filosof¨ªa fuera de la comodidad, de lo f¨¢cil, de lo masivamente aceptable, de la intranscendencia. Toda una actitud, todo un camino propio, sin m¨¢s inter¨¦s que hallar un lugar en el mundo siguiendo tu instinto, con tu talento y sin pagar peajes a nadie.
Una actitud que siempre nace al tomar decisiones. En el caso de Sobral, la primera decisi¨®n fue tomar la direcci¨®n contraria que le propon¨ªa el programa ?dolos -el Operaci¨®n Triunfo portugu¨¦s-. Abandon¨® Lisboa, se march¨® a Palma de Mallorca a estudiar una beca Erasmus y all¨ª se pate¨® todos los garitos de jazz de la isla al tiempo que buceaba en el legado del propio Miles Davis, Chet Baker o Caetano Veloso.
Anoche, bajo los focos del Teatro Nuevo Apolo, Sobral dio rienda suelta a su m¨²sica bajo esa filosof¨ªa, que le llev¨® a ganar contra pron¨®stico Eurovisi¨®n en 2017 y, sobre todo, a encontrar su lugar en un mundo musical repleto de ¨ªdolos de barro, mu?ecos teledirigidos y marionetas vacuas. Bastaron los primeros compases de la noche para comprobarlo con canciones como Change o Cerca Del Mar, cantada en espa?ol y perteneciente a su pr¨®ximo disco.
Fue una degustaci¨®n de calidad. Su amor por el jazz, el bolero y la bossa nova marcaron un concierto delicioso, que hac¨ªa volar emociones con su canto de pajarillo. La fragilidad vocal de Sobral es tan exquisita que en composiciones como Nem Eu o Press¨¢gio, que incluye un poema de Fernando Pessoa, se arrima al candor imbatible del Caetano Veloso m¨¢s ¨ªntimo. Pero eso no quit¨® para que tambi¨¦n se permitiese licencias vocales m¨¢s viscerales y entrase al ¡°juego¡± del jazz acelerado en compa?¨ªa de J¨²lio Resende (piano), Bruno Pedroso (bater¨ªa) y Andr¨¦ Rosinha (contrabajo).
Due?o de una inteligencia y una elegancia en escena envidiables, el m¨²sico portugu¨¦s, que sab¨ªa despertar risas entre el respetable entre canci¨®n y canci¨®n por su afilado sentido del humor, se revolv¨ªa de pie como si el ambiente instrumental que le envolv¨ªa le alumbrasen espasmos de gozo. Mov¨ªa la manos con rapidez, luego con lentitud, pero siempre dibujando una guitarra o un piano imaginarios, que en ninguna academia de lo correcto le hubiesen dejado tocar con sus ojos cerrados como un ni?o.
En un mundo dominado por el imperativo de ese producto televisivo llamado Operaci¨®n Triunfo, Salvador Sobral es como el agua que abre la brecha en la tierra. Un camino natural y esperanzador, como son¨® su ya cl¨¢sica Amor pelos dois. Un camino intenso y emociones a flor de piel, como cuando al final de la noche se sent¨® al piano de cola para cantar Prometo n?o prometer, que empalm¨® con Pongamos que hablo de Madrid, de Joaqu¨ªn Sabina. Un camino fuera de lo f¨¢cil, que empez¨® cuando tom¨® decisiones inc¨®modas, cuando busc¨® el arte m¨¢s all¨¢ de las fronteras de lo establecido, cuando, transit¨¢ndolo, el arte le empuj¨® a ser ¨¦l mismo, ese tipo quebradizo, tierno, original.
Puede haber 250 ediciones de Operaci¨®n Triunfo y 2.000 aspirantes a estrellas del pop, con decenas de millones de telespectadores atiborr¨¢ndose de fast food musical, pero ni todo eso metido en un gran saco o nube digital puede tumbar o eclipsar a la mejor operaci¨®n de todas: Operaci¨®n Salvador Sobral. Es la operaci¨®n que no necesita c¨¢maras, ni chismes, ni exhibicionismo, ni revistas del coraz¨®n, ni competiciones, ni votaciones, ni ejecutivos con iPhones de ¨²ltima generaci¨®n detr¨¢s del plat¨®, ni agencias televisivas midiendo audiencias, ni los dichosos 15 minutos de fama. Es el arte de la m¨²sica.
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