La gozosa luz del ¡®Mare Nostrum¡¯
La Fundaci¨®n Mapfre despliega los intensos colores del Mediterr¨¢neo en una exposici¨®n que re¨²ne obras de Renoir, Monet, Matisse, Sorolla, Picasso, Dal¨ª o Van Gogh
"Estoy asustado por los tonos que hay que emplear, temo resultar terrible y, sin embargo, me quedo muy corto". La reflexi¨®n de Claude Monet expresa la sensaci¨®n de sobrecogimiento al contemplar gran parte de las obras de la gran exposici¨®n que la Fundaci¨®n Mapfre dedica al Mediterr¨¢neo, del 10 de octubre al 13 de enero de 2019. Son 138 piezas de artistas que plasmaron la intensidad de la luz y la fuerza de los colores en una competici¨®n que se despleg¨® por tres pa¨ªses en los que se estructura la muestra: Espa?a, Francia e Italia.
El recorrido se abre con paisajes que no a¨²n no dejan ver el mar de Joaqu¨ªn Torres-Garc¨ªa, un uruguayo que desarroll¨® parte de su obra en Catalu?a, para dar paso "al primer pintor espa?ol que mostr¨® una playa", subraya Pablo Jim¨¦nez Burillo, director del ?rea de Cultura de la Fundaci¨®n Mapfre y comisario de Redescubriendo el Mediterr¨¢neo junto a Marie-Paule Vial. La parte espa?ola ofrece distintas caras. Las playas de Valencia estallan en luz y alegr¨ªa porque en ellas se desarrolla la vida, ya sea para trabajar o por placer, con ni?os, mujeres y pescadores. Es tambi¨¦n el goce del turismo burgu¨¦s. Junto a obras de Sorolla como ?Al agua! y Clotilde y Elena en las rocas, en las que parece o¨ªrse el mar, llama la atenci¨®n Bajo la sombrilla, con un enorme y anaranjado quitasol, de Llu¨ªs Masriera.
M¨¢s al norte, los pintores catalanes del noucentisme, que enra¨ªzan sus pinturas a una identidad nacional, "una arcadia, con estereotipos como los cuerpos desnudos de mujeres de Joaquim Sunyer, que las identifica con la naturaleza", apunta Jim¨¦nez Burillo. Un tema que se prolonga en un joven dal¨ª, Ba?istas de Es Llaner (1923). La tercera escala por el mediterr¨¢neo espa?ol es la isla de Mallorca, con un estilo "con mayor influencia simbolista, m¨¢s colorista", a?ade. Es decir, m¨¢s cercano a la abstracci¨®n, a la parte francesa de la exposici¨®n.
El Mediterr¨¢neo galo arranca en Par¨ªs, porque, como se explica, gracias a la expansi¨®n del ferrocarril los artistas pudieron pisar la costa. "En este caso es el descubrimiento de un paisaje casi virgen". El lugar para los colores puros de Monet, o Renoir con?Les Colletes, ¨®leo en el que la mujer representada y los ¨¢rboles se asemejan, combados. De maestros del impresionismo al divisionismo de Paul Signac, con cuadros con aspecto de mosaico por su pincelada teselada, como un hipn¨®tico puerto de Marsella, por ejemplo.
Las estrellas se suceden, C¨¦zanne y "una de las obras que ha sido m¨¢s dif¨ªcil traer", apunta Vial, Las caravanas. Campamento gitano cerca de Arl¨¦s, de Van Gogh, con los acostumbrados amarillos del neerland¨¦s. Vial, exdirectora de los Museos de Marsella, repasa algunos de los m¨¢s de 70 prestadores para la ocasi¨®n: el Museo d'Orsay, el centro Georges Pompidou, el Reina Sof¨ªa, el Museo Picasso de Par¨ªs, adem¨¢s de coleccionistas particulares. Han sido m¨¢s de dos a?os de preparativos.
Los paisajes del peque?o pueblo pesquero de L'Estaque estuvo en el foco de varios artistas, que en el caso de Georges Braque se convirti¨® en una serie realizada en 1906. Otro de los imanes del recorrido es la fiesta de luz de La terraza soleada, de Pierre Bonnard.
De todo este calor, la exposici¨®n se torna m¨¢s apagada en la orilla italiana. "Para los artistas de ese pa¨ªs, el Mediterr¨¢neo es una referencia al pasado cl¨¢sico, a lo perdido", seg¨²n Jim¨¦nez Burillo. Son obras melanc¨®licas, reflejo de un tiempo detenido, con tonos ocres. Aparte est¨¢ el mundo de Giorgio de Chirico, con su pintura metaf¨ªsica y su gusto por los caballos.? ?
El Mediterr¨¢neo como motor de la renovaci¨®n del arte finaliza con lo que el comisario califica de "sala espectacular", porque re¨²ne a dos genios "que se miraban de reojo, con desconfianza, a ver qu¨¦ hac¨ªa el otro": Matisse y Picasso. El primero deja constancia de su paso por Saint-Tropez o Niza, donde muri¨®. Entre las piezas escogidas sobresalen Figura con sombrilla y Desnudo con albornoz. En Picasso se aprecia una evoluci¨®n, de los azules brillantes de Los pichones, que posan con un mar al fondo, a los marrones oscuros de un paisaje crepuscular de Cannes, de 1960. En esa obra ya no hay la iluminaci¨®n intensa, lo que no impide que se mantenga la sensaci¨®n de que este paseo por el Mediterr¨¢neo es, como resume Vial, "entusiasmo, armon¨ªa y felicidad".
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