Espa?a y Portugal se unen para reivindicar a Saramago
Pedro S¨¢nchez y Ant¨®nio Costa visitan la casa del autor en Lanzarote
A dos d¨ªas de que se cumplan 20 a?os del mayor reconocimiento literario que tuvo Jos¨¦ Saramago, el Nobel de Literatura, el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, ha homenajeado este s¨¢bado en Lanzarote, junto al primer ministro de Portugal, el socialista Ant¨®nio Costa, al autor de obras como Memorial del convento (1982) o El a?o de la muerte de Ricardo Reis (1984), dos t¨ªtulos que le dieron el empuje para la fama internacional. S¨¢nchez, tras el acto, celebrado en la Casa Museo del escritor en la localidad de T¨ªas, donde vivi¨® entre 1993 hasta su fallecimiento, en 2010, ha declarado a EL PA?S que sus t¨ªtulos preferidos del novelista son: "Todos los nombres, La balsa de piedra ¨Cla f¨¢bula iberista que cuenta c¨®mo la Pen¨ªnsula se desgaja de Europa- y Ensayo sobre la ceguera. Son mis favoritas por su compromiso". El presidente a?adi¨® a este peri¨®dico que Pilar del R¨ªo, la viuda del novelista, le hab¨ªa comentado durante la visita que "Saramago escrib¨ªa solo dos p¨¢ginas al d¨ªa y eso se nota. ?l necesitaba dejar reposar las palabras".
Por espacio de algo m¨¢s de una hora, S¨¢nchez y Costa, acompa?ados entre otras autoridades del presidente canario, Fernando Clavijo, recorrieron con Del R¨ªo la casa donde ella vivi¨® con Saramago, deteni¨¦ndose en el jard¨ªn en el que, bajo la sombra de un gran ficus benjam¨ªn, permanece la silla negra "en la que se sentaba Jos¨¦", explic¨® ella observada por su gato, Frido. Desde ah¨ª hay una visi¨®n paradisiaca del valle que desemboca en el mar lanzarote?o. El recorrido sigui¨® en A Casa, el museo del escritor con, entre otras estancias, una biblioteca de 15.000 vol¨²menes, ordenados por pa¨ªses, excepto un rinc¨®n que Del R¨ªo quiso reservar para autoras.
Entre esos libros, S¨¢nchez dijo que Saramago ayud¨® "a los espa?oles a conocer mejor Portugal y a nosotros mismos". Tras recordar que ambos pa¨ªses vecinos vivieron "mucho tiempo de espaldas", subray¨® "el inmenso cari?o de Saramago por Espa?a" y c¨®mo "encontr¨® en Lanzarote paz e inspiraci¨®n". No en vano, en la isla canaria escribi¨® ¨¦xitos como Ensayo sobre la ceguera o Todos los nombres, como record¨® Del R¨ªo. S¨¢nchez destac¨® sus "valores morales" y a?adi¨® que "fue un ser humano ¨ªntegro que no se encerr¨® en torres de marfil, desde las que tantas veces se pierde el sentido de la realidad de las cosas". El presidente del Ejecutivo, en una intervenci¨®n en la que no pudo haber preguntas, asegur¨® que el creador portugu¨¦s "nos pedir¨ªa hoy compromiso con la justicia social o el medio ambiente. Un humanismo frente al discurso del odio y la exclusi¨®n". S¨¢nchez agreg¨® que, siguiendo el ejemplo del autor, "hay que buscar la igualdad y dignidad humana. A ¨¦l le parec¨ªa incompatible la belleza del mundo con tanta miseria".
Apuntes in¨¦ditos
S¨¢nchez, que a la salida firm¨® la petici¨®n ciudadana para que junto a la Casa Museo haya una se?alizaci¨®n que permita encontrarla sin problemas, rememor¨® el discurso de aceptaci¨®n del Nobel de Saramago, "en el que habl¨® de su abuelo, pastor y contador de historias". Precisamente, las impresiones y reflexiones de Saramago de aquel festivo 1998 se contienen en el libro que se lanzar¨¢ la pr¨®xima semana, El cuaderno del a?o del Nobel (Alfaguara), en un congreso internacional que se celebrar¨¢ en Coimbra (Portugal) del 8 al 10. Esos apuntes personales in¨¦ditos los encontr¨® Del R¨ªo, por casualidad, en una carpeta de un ordenador de Saramago el pasado julio. Es el sexto de los que llam¨® Cuadernos de Lanzarote. Ah¨ª est¨¢n sus cr¨ªticas al FMI, a Estados Unidos o al entonces primer ministro luso, An¨ªbal Cavaco Silva, y, por supuesto, los alocados d¨ªas del galard¨®n de la Academia sueca.
Saramago ayud¨® a los espa?oles a conocer mejor Portugal y a nosotros mismos Pedro S¨¢nchez
El primer ministro portugu¨¦s asegur¨® que Lanzarote es "una met¨¢fora de c¨®mo la voluntad humana puede cambiar un escenario volc¨¢nico en un lugar maravilloso" y que "la figura de Saramago representa hoy un trazo de uni¨®n entre Espa?a y Portugal". Record¨® que fue el primer Nobel en portugu¨¦s y que "fue un escritor con varias voces y patrias, la primera de ellas, la portuguesa". El jefe de Gobierno portugu¨¦s concluy¨® destacando que en la obra del autor "hay un humanismo al l¨ªmite que niega cualquier autocomplacencia".?
Del R¨ªo, que comenz¨® su intervenci¨®n dirigi¨¦ndose a S¨¢nchez: "Traes proyectos de regeneraci¨®n que muchos aplaudimos"; agradeci¨® especialmente la presencia de Costa, "la primera persona a la que se comunic¨® que Jos¨¦ hab¨ªa muerto y que organiz¨® la despedida del escritor en el Ayuntamiento de Lisboa, que entonces ¨¦l presid¨ªa". La traductora fue quien hab¨ªa convencido a Saramago para instalarse en Lanzarote cuando en Portugal, en 1992, fue repudiado por publicar El Evangelio seg¨²n Jesucristo, hasta el punto de que un subsecretario de Cultura del Gobierno de Cavaco Silva decidi¨® que ese t¨ªtulo no pod¨ªa presentarse al Premio Literario Europeo por sus ofensas a los cat¨®licos.
Como si tomara la voz de su marido, Del R¨ªo aprovech¨® para arremeter "contra el desorden economicista sin l¨ªmites" y subray¨® la defensa de la naturaleza en la isla que habita. Un mensaje vinculado a la visita previa de S¨¢nchez y Costa en la Fundaci¨®n C¨¦sar Manrique, la del artista que "gracias a su esp¨ªritu salv¨® Lanzarote".?
El Nobel, secuestrado
En un acto que Pilar del R¨ªo calific¨® de "no oficial, sencillo y emotivo", la viuda de Saramago record¨® con humor el frenes¨ª de los d¨ªas de la concesi¨®n del Nobel de Literatura. Ella estaba en Lanzarote y Jos¨¦ Saramago se hab¨ªa enterado de la noticia en la Feria del Libro de Fr¨¢ncfort. "Mucha gente se puso muy contenta. Como Juan Cruz [entonces director de la Oficina del Autor del grupo PRISA] que secuestr¨® a Jos¨¦ hasta el punto de que Jes¨²s de Polanco, el presidente de PRISA, dec¨ªa en algunos actos, bromeando: 'Premio Nobel, Juan Cruz, recoge Jos¨¦ Saramago".
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