Las chicas de la Citro?n
'Garage', de la compa?¨ªa Voadora, es una funci¨®n con buenas piernas pero falta de pegada
Mujeres que engrosan las cadenas de montaje, que completan la labor de los brazos rob¨®ticos, que manejan la radial¡ Garage, obra de la pujante compa?¨ªa compostelana Voadora, se inscribe en una tendencia en auge caracterizada por entremezclar en escena a profesionales de la interpretaci¨®n con gente corriente y moliente, con cuya presencia se pretende dar testimonio de las circunstancias y anhelos de personas similares al espectador.
La influencia de Pina Bausch, cuyos bailarines se paran a contar acontecimientos propios e intimidades, es medular en esta l¨ªnea teatral, pero la ruptura de la frontera entre personaje e int¨¦rprete aparece ya en parodias, sainetes y obras del g¨¦nero chico y en nuestro teatro barroco. Otro antecedente: las barracas de feria donde se mostr¨® anta?o a personas cuya singularidad fenomenal ejerc¨ªa para quienes la contemplaban un efecto parecido al de verse reflejado en un espejo c¨®ncavo o convexo.
GARAGE
Autor: Fernando Epelde. Int¨¦rpretes. Chelo Campos, Ana Casal, Jos¨¦ Diaz, F. Epelde, Susana Falque, Clara Ferrao, Mar Fiuza, Bibiana Lias, Aida Portela, Liza G. Su¨¢rez, Hugo Torres, Carmen Tri?anes, Bel¨¦n Y¨¢?ez. Luz: Nuno Meira. Escenograf¨ªa y vestuario: Marta Pazos. Compa?¨ªa: Voadora. Madrid. Teatro Valle-Incl¨¢n, hasta el 14 de octubre.
Estrenado hace un a?o en la MA Sc¨¨ne Nationale de Montb¨¨liard, comuna del coraz¨®n industrial de Francia (donde, protagonizado por obreros de la PSA Peugeot, debi¨® de tener sentido pleno), este espect¨¢culo saca a escena en su versi¨®n espa?ola a un pu?ado de empleadas de la PSA Citro?n de Vigo y de alguna industria auxiliar, que a su inicio nos relatan uno a uno qui¨¦nes son, a qu¨¦ se dedican y qu¨¦ hicieron antes de eso.
Tales proleg¨®menos y el lento goteo en la salida de los int¨¦rpretes a escena se dilatan m¨¢s all¨¢ de lo razonable, especialmente para un p¨²blico que no es el de la ciudad donde la f¨¢brica automovil¨ªstica alimenta a familiares, amigos o conocidos suyos. La imagen y la composici¨®n esc¨¦nica, sumamente cuidadas, que responden a la acreditada pericia de la directora y escen¨®grafa Marta Pazos, y la sugestiva coreograf¨ªa de Guillermo Weickert, interpretada con acerado brillo y carnalidad conmovedora por Clara Ferrao, contrastan con el tono autoconfesional de los textos y la entonaci¨®n que se les da, similar a la que suele usarse en el teatro cuando se habla de asuntos graves y trascendentes.
En Garage se esbozan temas sin desarrollo y se suceden di¨¢logos que son soliloquios a dos voces (con amplificaci¨®n considerable) bajo una esmerada iluminaci¨®n fr¨ªa, todo lo cual marca una distancia calculada con el espectador. No cabe hablar de ritmo, sino de un lento adagio, orquestado sobre par¨¢metros est¨¦ticos y sobre una idea pr¨ºt-¨¤-porter (lista para llevar) del compromiso entre teatro y sociedad: no hubiera estado de m¨¢s, trat¨¢ndose de este tema, o¨ªr y ver algo sobre la interrupci¨®n del reloj biol¨®gico en el trabajo a turnos, el estr¨¦s por intensificaci¨®n de ritmos laborales o el modelo de producci¨®n ajustada.
En el salto a este lado de los Pirineos, la pieza se ha coloreado con una reflexi¨®n feminista de vuelo corto y de preocupaciones de g¨¦nero: el mon¨®logo de la mujer hombre a trav¨¦s del tiempo est¨¢ inspirado en el Orlando, de Viginia Woolf. Alguno de los comportamientos femeninos que Pazos y Fernando Epelde, autor de la dramaturgia, presentan como si fueran lugares comunes en extinci¨®n, siguen reproduci¨¦ndose viralmente entre ni?as y adolescentes: mucho tiene que cambiar la educaci¨®n para que las personas cambien. Por el candor magn¨¦tico de ambos, el di¨¢logo de los ni?os Aroa Ortigosa y Alejandro Serrano puso el final en alto en la noche del estreno en Madrid.
Cuando bajan a bailar al patio de butacas, como colof¨®n, las int¨¦rpretes sobrevenidas de Garage transmiten una energ¨ªa y un buen rollo muy saludables. Entre ellas, destaca por su elocuci¨®n lograda Mar Fiuza, que fue actriz antes de ponerse al frente de una red de concesionarios multimarca.
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