Toulouse-Lautrec se re¨²ne con sus amigos antisistema
El CaixaForum de Barcelona recrea en una muestra el esp¨ªritu revolucionario de los artistas de Montmartre a finales del siglo XIX
Henri de Toulouse-Lautrec pasaba largas horas, casi viv¨ªa, en los caf¨¦s, teatros, salas de baile y cabarets del barrio parisino de Montmartre, donde se instal¨® en 1884. Su fascinaci¨®n por el ambiente bohemio que se respiraba en establecimientos como Le Chat Noir, Moulin Rouge y Moulin de la Galette, en el que se mezclaban prostituci¨®n, bailes fr¨ªvolos como el canc¨¢n y clientes burgueses atra¨ªdos por los bajos fondos, todo regado por la omnipresente absenta, es normal que acabara reflejado en sus obras.
Pero Toulouse-Lautrec no estaba solo. Fueron muchos los creadores ¡ªCharles Maurin, Henri Rivi¨¨re, Th¨¦ophile Alexandre Steinlen, Jacques Villon y Adolphe Willette, pero tambi¨¦n Van Gogh, ?douard Manet, Georges Bottini y Pablo Picasso¡ª los que se sintieron atra¨ªdos por esta zona marginal, empobrecida y apartada de Par¨ªs y por sus m¨¢s de 40 locales de entretenimiento que acabaron convirti¨¦ndola en el centro literario y art¨ªstico radical de Par¨ªs.
CaixaForum evoca en Barcelona, de forma escenogr¨¢fica, los diferentes ambientes de este barrio para presentar la exposici¨®n Toulouse-Lautrec y el esp¨ªritu de Montmartre, tras reunir 345 obras (61 de Toulouse-Lautrec, como A la Bastille, Misia Natason al piano, Mujer en el jard¨ªn de monsieur Forest, La pelirroja con blusa blanca y carteles como Ambassadeurs. Aristide Bruant); pinturas y esculturas y producciones ef¨ªmeras como dibujos, grabados, fotograf¨ªas y, sobre todo, carteles, de m¨¢s de una veintena de artistas calificados de ¡°conspiradores anti-establisment¡± por sus posturas radicales y antiburguesas y que le acompa?aron en esa efervescencia de finales del siglo XIX, clave, por otra parte, para entender el arte que llegar¨¢ d¨¦cadas despu¨¦s. ¡°El arte del siglo XX le debe mucho a Montmartre¡±, afirm¨® ayer el comisario Phillip Dennis Cate, quien lleva 35 a?os estudiando este periodo.
La exposici¨®n es una especie de m¨¢quina del tiempo que permite pasear por las calles de Montmartre como un vecino (artista) m¨¢s. Eminentemente inmersiva, permite pisar los adoquines, ver la pobreza de esa zona marginal y entrar a caf¨¦s, teatros, cabarets y circos. Las obras acaban siendo ventanas por donde ver las escenas de lo vivido entonces.
Todo comenz¨® cuando, a finales de 1881, el artista frustrado Rodolphe Salis fund¨® el cabaret Le Chat Noir e invit¨® a j¨®venes artistas y escritores a llenar sus mesas. Acabaron formando el grupo Les Arts Incoh¨¦rents, especie de protodadaistas y protosurrealistas que convirtieron el local, durante 13 a?os, con sus exposiciones y bailes incoh¨¦rents en el mayor foco de las vanguardias. El humor, la iron¨ªa, la s¨¢tira, la parodia, la caricatura y los t¨ªteres fueron las herramientas que utilizaron para criticar a la sociedad y atraer a un p¨²blico fiel.
Le Chat Noir
La exposici¨®n repasa el segundo Le Chat Noir, una hosteler¨ªa de tres pisos, con sus simbolog¨ªa que har¨ªa la delicia de los amantes de los felinos y su gran novedad, un teatro de sombras chinescas que acab¨® siendo la atracci¨®n del momento en el que, hasta 40 personas, interpretaban composiciones en los que el movimiento, el color y el sonido preludiaron, 10 a?os antes, el nacimiento del cine. La muestra repasa la prensa, los cartas y la relaci¨®n del arte con los procedimientos de reproducci¨®n seriada y la comunicaci¨®n de masas.
Tambi¨¦n la vinculaci¨®n de estos artistas con el circo y c¨®mo representaron a la mujer, desde las sofisticadas damas hasta las prostitutas. Tras su exhibici¨®n en Barcelona (hasta el 20 de enero), la exposici¨®n viajar¨¢ a CaixaForum Madrid.
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