¡®OT¡¯ 2018 gala 4: retorciendo palabras
'Qu¨¦date en Madrid' dura dos minutos. Cuando acaba, el p¨²blico corea ¡°estupidez¡± y Ana Torroja mira con cara de M¨®nica Naranjo. Acaba as¨ª la pol¨¦mica
Dec¨ªa Xavier Sancho que en la Espa?a actual el punkismo se encuentra en los grupos m¨¢s insospechados?(Andy y Lucas, Taburete), pero jam¨¢s nadie pudo imaginar que, de entre todas las viejas glorias del posfranquismo, ser¨ªa Mecano quien desatase una pol¨¦mica a estas alturas. Y ni siquiera ha sido por llamar ¡°Eungenio¡± a Salvador Dal¨ª. Y de entre todos los cl¨¢sicos del pop espa?ol que podr¨ªan haber titulado esta cr¨®nica (incluidas joyas de Mecano como Mujer contra mujer, Stereosexual o No es serio este cementerio), ha ganado una canci¨®n de Alaska. A Alaska, que ha defendido el uso de ¡°mariconez¡± quiz¨¢ por miedo a que la semana que viene el pueblo cargue contra La funcionaria asesina, le gusta definir las cosas inocuas, ligeras e ingenuas como ¡°una mecanada¡±. Pero a partir de ahora ese t¨¦rmino significa algo distinto. Cosas del lenguaje.
La incomodidad de Mar¨ªa porque Qu¨¦date en Madrid incluya la palabra ¡°mariconez¡± como sin¨®nimo de cursilada (que por lo visto sigue haciendo falta aclarar que es una inequ¨ªvoca asociaci¨®n despectiva a los gais como personas sensibleras o incluso afeminadas) ha desatado un asunto de Estado que va m¨¢s all¨¢ de la intenci¨®n, innegablemente coloquial, del autor de la canci¨®n. Y m¨¢s all¨¢ de la acusaci¨®n de homofobia contra Mecano que absolutamente nadie ha hecho.
Ha puesto de manifiesto el choque frontal entre una generaci¨®n que durante a?os ha utilizado t¨¦rminos como ¡°nenaza¡±, ¡°retrasado¡± o ¡°chacha¡± (hasta interiorizarlos y considerarlos normales, coloquiales e inofensivos) y otra generaci¨®n que escucha por primera vez ¡°mariconez¡± en una canci¨®n de amor y le suena discriminatoria, insensible e insultante. Un debate que merece la pena tener para, al menos, demostrar que este pa¨ªs evoluciona. Que a veces parece que no. Pero s¨ª. Y los productos populares como OT adquieren una repercursi¨®n social que, en manos de una televisi¨®n p¨²blica, se convierte en responsabilidad.
Damion canta Give Me Love exactamente igual que Ed Sheeran, con la misma voz y la misma guitarra ¨ªntima, pero acompa?ado de gente paseando con maletines y de bailarines que se contonean como si tuvieran hormigas en la entrepierna. Porque el siguiente debate que necesitamos tener es por qu¨¦ OT saca un cuerpo de baile a menearse er¨®ticamente para literalmente cualquier n¨²mero musical. Hasta cuando Joan canta Bed I Made los coristas utilizan su pie de micro como si fuesen strippers. Joan, que defini¨® a su novia en la gala 0 como ¡°un encanto de chica¡±, se qued¨® corto: ella es la verdadera revelaci¨®n de esta edici¨®n. Ella deber¨ªa reemplazar a Eva Gonz¨¢lez en MasterChef.
Marta y Marilia se enfrentan a su destino natural de versionar a las otras Marta y Marilia (Ella Baila Sola) con Lo echamos a suertes, una canci¨®n tan sencilla como inexplicablemente ¨¦pica: funciona como cancioncilla de campamento cristiano, como himno de karaoke y como banda sonora para un viaje de carretera. Da igual qui¨¦nes sean los pasajeros. Tu madre. Tu abuelo. Un psic¨®pata de BlaBlaCar. Tu compa?ero de trabajo que cree que ¡°mariconez¡± no es ofensivo. Lo echamos a suertes es lo ¨²nico que ha conseguido poner a este pa¨ªs de acuerdo, quiz¨¢ porque todos hemos sentido alguna vez que ¡°ahora necesito estar con mucha gente y cuando estamos solos no le quiero besar¡±.
Pero lo que s¨ª es inexplicable es el atuendo que les han puesto a las chicas: plataformas, pantalones de cuero, una camisa transparente de lunares, una camiseta con estampado de peri¨®dico. Marilia y Marta van vestidas como si, efectivamente, lo hubiesen echado a suertes y hubiesen perdido la apuesta. Pero est¨¢n perfectas en su interpretaci¨®n, dejando esa at¨ªpica sensaci¨®n de que no podr¨ªan haberlo hecho mejor.
Famous canta Take Me To Church (¡°ll¨¦vame a la iglesia¡±) y, por supuesto, que en las pantallas aparece una iglesia. Los focos, en tonos amarillos, violetas y fucsias, recrean la iluminaci¨®n que cada vez se ve m¨¢s en el cine y las series protagonizados por negros. Tradicionalmente, la fotograf¨ªa cinematogr¨¢fica estaba pensada solo para los blancos pero pel¨ªculas como Moonlight o series como Insecure y Atlanta optan por tonos morados para iluminar a sus personajes negros porque son los colores adecuados para las pieles oscuras. Esta actuaci¨®n es, a nivel lum¨ªnico, la m¨¢s elaborada, respetuosa y cuidada en 10 ediciones de OT.
Noem¨ª Galera conecta desde la academia aunque ella parece estar en J¨²piter, borracha de felicidad por los dos Ondas conseguidos por el concurso: mejor programa de entretenimiento y fen¨®meno musical del a?o. Pero para fen¨®meno, Mar¨ªa y Miki. Ella le gasta la broma a Roberto Leal de endosarle un tap¨®n y el presentador lo define como ¡°un momento hist¨®rico¡±. Resulta curioso que de entre todo lo que ha pasado con Mar¨ªa y Miki esta semana Leal considere que lo hist¨®rico es que ella le d¨¦ un tap¨®n. Los dos concursantes (que no olvidemos viven completamente al margen de la que se ha liado) demuestran una humildad al abordar el asunto que absolutamente nadie ha tenido en redes sociales durante los ¨²ltimos cinco d¨ªas.
Miki, tal y como exigi¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Cano (un se?or que lleva casi dos d¨¦cadas fuera de la vida p¨²blica y, sin embargo, ha considerado necesario volver a nuestras vidas para reclamar su derecho a proteger ¡°mariconez¡±), canta la letra original y casi nadie presta atenci¨®n a que esta es una canci¨®n preciosa. Tanto, que no se resiente de la orquestaci¨®n grandilocuente mucho m¨¢s en la l¨ªnea de Nacho Cano que le han puesto. Y con lo f¨¢cil que habr¨ªa sido simplemente eliminar la dichosa frase como se acortan todas las canciones en OT, resulta que Qu¨¦date en Madrid dura dos minutos. Cuando acaba, el p¨²blico corea ¡°estupidez¡± y Ana Torroja mira con cara de M¨®nica Naranjo. Acaba as¨ª una pol¨¦mica que el concurso ha decidido, muy prudentemente, desactivar con tacto.
Carlos Right y Sabela cantan Estrella polar y algunos espectadores (o quiz¨¢ s¨®lo este espectador) echan de menos a V¨ªctor y Edurne con Nada de esto fue un error, aquella actuaci¨®n en la que Edurne decidi¨® que dejar¨ªa que su pelo hiciese todo el trabajo (ese pelo debi¨® salir como favorito). Noelia, a quien cada semana dan un tema m¨¢s dif¨ªcil mientras a Carlos Right le dan literalmente la misma canci¨®n, canta La tormenta y le ponen un ventilador a semejante potencia que la corriente de aire a punto est¨¢ de llevar su metro cincuenta de vuelta a M¨¢laga. La que vuela, sin embargo, es su voz. Pero no siempre a la altura adecuada.
Y entonces llegan Alba y Natalia. Su actuaci¨®n de Toxic es lo m¨¢s cerca que ha habido en OT a un exorcismo. Peinadas como si hubieran venido para inaugurar los septuag¨¦simos juegos del hambre en moto y sin casco, Alba y Natalia marcan cada movimiento como si estuvieran electrocut¨¢ndose pero les diera igual porque van a bailar hasta caer muertas y el p¨²blico lo vive como un ¨¦xtasis. Porque lo que est¨¢ ocurriendo, tan preciso como org¨¢nico, es realmente dif¨ªcil de creer. Y as¨ª, por primera vez en esta edici¨®n, una actuaci¨®n pasa a la historia del programa. El a?o pasado fue City of Stars. Este es Toxic. Porque tener un novio est¨¢ bien, pero salir de fiesta con tu amiga, pongan una de Britney y que los pasos de baile os salgan coordinados es la raz¨®n por la que existimos como especie.
Y la lideresa de esa especie es, por lo visto, Mar¨ªa. Su naturalidad a la hora de poner sobre la mesa la homofobia cotidiana con la que llevamos d¨¦cadas conviviendo y hacer reflexionar as¨ª a millones de personas que se han sentado a tener una conversaci¨®n que hace unos a?os resultar¨ªa marciana ha acabado siendo tremendamente subversiva. Mar¨ªa hace la revoluci¨®n amable. Mar¨ªa cruza la pasarela como favorita o eso cree ella, porque lo que el p¨²blico ve es a una khaleesi. Una libertadora de esclavos del lenguaje. Y esta madre da dragones ha tenido el escudero m¨¢s noble.
Por parad¨®jico que resulte terminar esta cr¨®nica con un hombre blanco heterosexual en vez de con la mujer bisexual que ha prendido la mecha de la reflexi¨®n, Miki es tambi¨¦n un s¨ªmbolo de su generaci¨®n. Hace exactamente 17 a?os, Javi¨¢n fue nominado por perpetrar Mira ven ven de Chayanne junto a David Bisbal y ?lex. Cuando Carlos Lozano le dio la oportunidad de defenderse, Javi¨¢n aclar¨® que la camiseta negra ajustada con tres flores estampadas que le hab¨ªan puesto no le representaba.
Esta noche, Miki ha llorado mientras abrazaba a su amigo Joan antes de que abandonase el concurso, ha expresado su disconformidad ante un t¨¦rmino hom¨®fobo con respeto y se ha referido a los concursantes como ¡°todas nosotras¡±. Miki representa una nueva masculinidad porque, al fin y al cabo, quedan m¨¢s chicas (8) que chicos (5, la semana que viene 4). Puede que ellas (o ellos, o elles) todav¨ªa dependan del permiso de figuras de autoridad profanadas de otra ¨¦poca, pero el futuro es solo suyo. Y van a utilizarlo para hacerse preguntas. El futuro est¨¢ en buenas manos.
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