Escapar de la sala Bataclan le convirti¨® en escritor
Ram¨®n Gonz¨¢lez, superviviente del atentado yihadista de Par¨ªs de 2015, refleja su testimonio en su primer libro: ¡®Paz, amor y death metal'
Cuando logr¨® salir de un Bataclan ba?ado en la sangre, Ram¨®n Gonz¨¢lez decidi¨® mentir a sus padres. Durante el atentado estaba en el cine. No se hab¨ªa enterado de nada, les asegur¨®. Pasaron d¨ªas hasta que el superviviente de la matanza, oriundo de Daimiel (Ciudad Real) y asentado en Par¨ªs desde hace ocho a?os, les confes¨® la verdad. Su novia argentina, que tambi¨¦n se encontraba en la sala de conciertos aquel funesto 13 de noviembre de 2015, en el que el Estado Isl¨¢mico se cobr¨® a 130 v¨ªctimas, tardar¨ªa meses en hacerlo. ¡°Fue la ¨²nica reacci¨®n racional que tuve ese d¨ªa. No hubiera sido sensato. Mi madre es muy sensible y tiene problemas del coraz¨®n. Si se lo dec¨ªa, la que se hubiera muerto ser¨ªa ella¡±, afirma el autor, de 34 a?os, que refleja su testimonio en un debut literario titulado Paz, amor y death metal (Tusquets).
Para Gonz¨¢lez, firmar un libro se convirti¨® en su ¨²nica escapatoria para superar lo sucedido durante el concierto de Eagles of Death Metal, un grupo que tampoco le apasionaba (y cuyo cantante le ca¨ªa tirando a mal). Una psic¨®loga le recomend¨® sentarse a escribir, puesto que ten¨ªa costumbre de hacer desde su adolescencia. ¡°La escritura era el lugar donde pod¨ªa ser sincero¡±, sostiene. Asegura contar con cinco novelas terminadas, pero no las mand¨® a ninguna editorial. ¡°Eran demasiado malas. Me estaba encontrando a m¨ª mismo. Y, de hecho, todav¨ªa estoy ah¨ª¡¡±, reconoce Gonz¨¢lez. ¡°Uno de los personajes de la novela me dijo que cre¨ªa haberme visto muerto. Esa imagen me perturb¨®. Me hizo pensar que los muertos no pueden escribir¡±, relata. Esa frase le hizo sentarse delante del ordenador y escupir varios millares de palabras sobre los que despu¨¦s trabajar¨ªa durante dos a?os, antes de mandar su manuscrito ¡°a seis o siete editores¡±.
Su intenci¨®n era dejar un testimonio de lo sucedido y alcanzar una catarsis personal, pero tambi¨¦n exponer qu¨¦ le sucede a una v¨ªctima cuando se apagan los focos medi¨¢ticos. Parte del libro recoge lo hirientes que resultan las reacciones ajenas, incluso cuando parten de la mejor intenci¨®n. ¡°La gente que te da apoyo no siempre est¨¢ acertada. Por ejemplo, que te digan que vuelvas al trabajo cuanto antes es no entender el proceso por el que uno pasa¡±, se?ala Gonz¨¢lez. ¡°Tambi¨¦n me molestaba que se utilizara pol¨ªticamente el atentado, con la intenci¨®n de atacar a la comunidad musulmana o a la clase pol¨ªtica, y el tratamiento en caliente de muchos medios de comunicaci¨®n. No me gust¨® que un periodista espa?ol de renombre [Carlos Herrera] se hiciese un selfie delante del Bataclan. Y que un acad¨¦mico de la lengua [Arturo P¨¦rez-Reverte] aprovechase para tratarnos de blandos en sus redes sociales, sin saber qu¨¦ hab¨ªa pasado dentro¡±.
La gente que te da apoyo no siempre est¨¢ acertada. Por ejemplo, que te digan que vuelvas al trabajo cuanto antes es no entender el proceso por el que uno pasa
El autor llama novela a su libro, porque lo es. ¡°He intentado tomar distancia respecto a lo que relataba, aunque todo lo que cuente es ver¨ªdico¡±, afirma. Por ejemplo, cambi¨® los nombres de los cuatro protagonistas: Gonz¨¢lez, su novia y dos amigos espa?oles que tambi¨¦n se encontraban en la sala. ¡°Para m¨ª, el 13-N se ha convertido en una ficci¨®n. Ahora, cuando recuerdo lo que sucedi¨®, siempre paso por la novela y por el personaje, del que hablo en tercera persona. Siento una frialdad tremenda al respecto. Ha sido un proceso de distanciaci¨®n gracias al que se ha producido una estabilizaci¨®n¡±, se?ala Gonz¨¢lez, usando el t¨¦rmino que los psic¨®logos prefieren a ¡°curaci¨®n¡±, porque puede que no haya ninguna.
Paz, amor y death metal tambi¨¦n examina c¨®mo reacciona cada cerebro ante una situaci¨®n l¨ªmite. Durante el atentado, hay quien se preocupa m¨¢s por los dem¨¢s que por s¨ª mismo, quien se pone de cara a la pared y no se mueve durante horas y quien prefiere hacer chistes sobre los terroristas. ¡°Yo tuve un comportamiento un poco cobarde. No tuve los nervios de acero. Por ejemplo, la gente me ped¨ªa que no empujara cuando intent¨¢bamos salir de la sala, pero yo segu¨ªa haci¨¦ndolo. Ah¨ª sale la personalidad y los miedos de cada uno¡±, admite Gonz¨¢lez. Con el tiempo, ha encontrado posibles explicaciones a su reacci¨®n. ¡°Siempre he tenido miedo a la violencia. Cuando alguien se pegaba en el colegio, yo hu¨ªa. Nunca he visto la violencia en mi casa o mi vida. Por eso deb¨ª de reaccionar as¨ª, alej¨¢ndome lo m¨¢ximo posible de todo aquello¡±, explica. ¡°Mi pregunta es qu¨¦ hubiera hecho si mi novia se hubiera encontrado a mi lado. ?Habr¨ªa echado a correr? ?Habr¨ªa escapado solo?¡±.
No me gust¨® que un periodista espa?ol de renombre [Carlos Herrera] se hiciese un selfie delante del Bataclan
Despu¨¦s del atentado, Gonz¨¢lez decidi¨® cambiar de vida. ¡°En el Bataclan me di cuenta de que ten¨ªa mucho miedo a morir. Me dije que, si mor¨ªa ese d¨ªa, no lo har¨ªa tranquilo, porque habr¨ªa fracasado en mi vida. No hab¨ªa sido sincero, no hab¨ªa escrito y estaba trabajando en algo que no me gustaba. Por eso quise salir de all¨ª como fuera¡±. Cuando lo consigui¨®, se produjo un cambio profundo en su orden de prioridades. Dej¨® su trabajo de ingeniero inform¨¢tico y se convirti¨® en profesor de castellano en un instituto de la periferia de Par¨ªs. ¡°Lo que menos me gustaba antes era el poco contacto humano que ten¨ªa, por el hecho de pasar ocho horas al d¨ªa programando delante de un ordenador. Trabajar con j¨®venes es m¨¢s gratificante y me permite ver c¨®mo est¨¢ el pa¨ªs¡±, dice. Pese a todo, su diagn¨®stico no es necesariamente positivo. En el aula, algunos de sus alumnos llegan a defender a los terroristas y a desdramatizar el atentado del que su profesor fue v¨ªctima, aunque ellos no tengan ni idea. ¡°No se lo he dicho a nadie para no dar que hablar. Y tambi¨¦n porque ten¨ªa miedo a que me considerasen demasiado fr¨¢gil y no me contrataran¡±.
Si antes del atentado sol¨ªa ir a varios conciertos al mes, al salir del Bataclan hubo un cambio comprensible. Dej¨® de tocar en grupos y de escuchar m¨²sica en vivo. ¡°A mi novia no le afect¨®, pero a m¨ª s¨ª. Ahora soy mucho m¨¢s selectivo. Si me pasa algo, prefiero que sea viendo a un grupo al que adoro y no a cuatro tirados¡±, sonr¨ªe el autor. Gonz¨¢lez no ha vuelto a pisar el lugar de los hechos, pero se plantea hacerlo el mes que viene, cuando se cumplir¨¢n tres a?os de la matanza. Seasick Steve, bluesman californiano que empez¨® su carrera con Janis Joplin, tocar¨¢ en el Bataclan a finales de noviembre. ¡°Es un tipo que me gusta. Ser¨ªa un buen momento de volver. Lo tengo apuntado en la agenda¡±, asegura. Hace un a?o, un examen m¨¦dico confirm¨® que estaba plenamente recuperado. ¡°Me encuentro bien. A veces me emociono un poco, pero no pienso mucho en aquel d¨ªa. Ahora la distancia ya est¨¢ puesta y el trabajo psicol¨®gico est¨¢ hecho¡±. Salir del Bataclan le ha convertido en escritor.
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