Las fotograf¨ªas del p¨¢nico
Logra una cr¨®nica digna, algo de lo que no me desentiendo de principio a fin, me provoca cierto desasosiego y ternura en alg¨²n momento
Debe de suponer una experiencia terror¨ªfica, extenuante, con capacidad para crear pesadillas a perpetuidad, recordar, investigar y retratar la planificada apoteosis del Mal, los campos de concentraci¨®n (mejor hablar de exterminio, lo de concentraci¨®n suena a eufemismo) que cre¨® el Tercer Reich. Han existido durante toda la historia de la humanidad y en m¨²ltiples geograf¨ªas, lo cual otorga espeluznante raz¨®n a aquel poema de Neruda que afirmaba: ¡°Sucede que me canso de ser hombre¡±, pero la planificada barbarie de Auschwitz, Buchenwald, Treblinka, Mauthausen, Dachau y otros templos del espanto durante la misma ¨¦poca ocupan un lugar privilegiado en la historia universal de la infamia. Entre los testimonios de los que sobrevivieron a esos mataderos me impresiona especialmente el del escritor Primo Levi. Sali¨® vivo de Auschwitz y a?os despu¨¦s se suicid¨®. Vete a saber si sus atroces recuerdos dictaron esa sentencia o si la intemperie en su vida cotidiana despu¨¦s de la liberaci¨®n ejerci¨® de verdugo.
EL FOT?GRAFO DE MAUTHAUSEN
Direcci¨®n: Mar Targarona.
Int¨¦rpretes: Mario Casas, Alain Hern¨¢ndez, Macarena G¨®mez, Richard van Weyden.
G¨¦nero: drama. Espa?a, 2018.
Duraci¨®n: 110 minutos.
El protagonista de El fot¨®grafo de Mauthausen se llamaba Francesc Boix. Sali¨® apaleado de la guerra civil espa?ola , pero su exilio fue a¨²n peor. Los nazis le internaron en Mauthausen. Y no solo tuvo la inmensa suerte de que no se lo cargaran, sino que se las ingeni¨®, asumiendo la tarea del h¨¦roe, para sacar del campo los negativos de las fotograf¨ªas sobre aquel infierno que acumulaban en sus archivos los alemanes. Y testifica en el proceso de N¨²remberg. Y despu¨¦s la palma, ya que la prisi¨®n se hab¨ªa ensa?ado mortalmente con sus ri?ones.
El Holocausto ha dispuesto en el cine de directores extraordinarios como Steven Spielberg y Roman Polanski. Adem¨¢s de su talento dispusieron de infinitos medios para retratar ese planificado horror en La lista de Schindler y El pianista. Y Claude Lanzmann dedic¨® muchos a?os de su vida al imprescindible documental Shoah, algo que deber¨ªa ser de visi¨®n obligada en los colegios, una lecci¨®n hist¨®rica y pedag¨®gica sobre la bestialidad que puede imponer el mundo adulto, los fuertes contra los d¨¦biles.
El fot¨®grafo de Mauthausen, dirigida por Mar Targarona no es una superproducci¨®n, sus medios son bastante limitados, pero eso no es obst¨¢culo para lograr una cr¨®nica digna, algo de lo que no me desentiendo de principio a fin, me provoca cierto desasosiego y ternura en alg¨²n momento. Y recomendar¨ªa que los espectadores no abandonaran la sala cuando aparecen los t¨ªtulos de cr¨¦dito finales. Muestran las fotograf¨ªas reales de la historia que nos han contado. Hay una que me complace especialmente y es la del cad¨¢ver del jefe del campo de concentraci¨®n linchado y arrojado a la alambrada. Sin perd¨®n, como debe ser, en nombre de la justicia, en nombre de la venganza.
La protagoniza Mario Casas, ¨ªdolo de las adolescentes, actor de pel¨ªculas y series nada memorables para m¨ª. Aqu¨ª, su aspecto no es precisamente glamuroso. Otorga pureza y determinaci¨®n a su personaje. Ya demostr¨® en Grupo 7 que puede hacer otra cosa de lo que se espera de ¨¦l, de aquello que le hizo tan popular y asediado. Es una actitud inteligente.
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