Mark Knopfler: Mirada dura a la condici¨®n humana
El nuevo ¨¢lbum del m¨²sico recibe una calificaci¨®n de 6 sobre 10
Nadie lo menciona pero el de Mark Knopler podr¨ªa considerarse un modus operandi mod¨¦lico. Figura en la lista de grandes millonarios de la m¨²sica brit¨¢nica, gracias a arrasar con Dire Straits durante el decenio de las vacas gordas; recuerden, su Brothers in arms fue el disco elegido para promocionar aquel soporte m¨¢gico e indestructible que denominaron Compact Disc.
Artista: Mark Knofpler
Disco: Down the Road Whatever
Sello: British Grove / Universal
Calificaci¨®n: 6 de 10
Sin embargo, en vez de insistir en explotar aquel monstruoso ¨¦xito, Knopfler ha optado por una carrera como solista de perfil bajo. Disolvi¨® Dire Straits en 1995 y se concentr¨® en generar discos de forma regular: abundantes trabajos bajo su nombre, muchas bandas sonoras y ocasionales colaboraciones (Emmylou Harris, Chet Atkins); de vez en cuando, hasta produce, aunque ya no se trata de lidiar con leyendas tipo Bob Dylan o Tina Turner.
Uno dir¨ªa que Mark prefiere funcionar sin las presiones del big business. Al renunciar a la corona dorada del grupo, tambi¨¦n disfruta de m¨¢xima libertad. Y s¨ª, hay temas en su obra en solitario que hubieran encajado c¨®modamente en ¨¢lbumes de Dire Straits. En general, no obstante, son grabaciones de gama alta, hechas a todo lujo: coros, metales, sintetizadores, percusiones. No faltan los chispazos de guitarra plateada, integrados en el conjunto.
Un inconveniente es que esa suntuosidad llega a chocar con la tem¨¢tica de sus canciones. Knopfler, periodista de formaci¨®n, tiene arte para trazar una silueta con tres o cuatro brochazos, domina la captaci¨®n de un personaje a trav¨¦s de sus parlamentos, aspira a tomar la instant¨¢nea psicogeogr¨¢fica de un lugar. Tiende a retratar perdedores, almas en pena, trabajadores arrollados por la modernidad, fugitivos de sus ra¨ªces.
Algunas piezas parecen rom¨¢nticas historias sacadas de la mitolog¨ªa western pero no se f¨ªen: el ¨¢lbum se abre con ¡°Trapper man¡±, donde sugiere que, al igual que ocurr¨ªa con los tramperos del Oeste, nuestro bienestar deriva de que alguien est¨¦ dispuesto a mancharse las manos y, s¨ª, incluso a matar. Luego surgen canciones sobre ni?os abandonados que se convierten en pistoleros, veteranos que van al baile del pueblo maqueados (pero con un revolver Colt) y vaqueros que lamentan la desaparici¨®n de sus ca?adas, sustituidas por urbanizaciones.
Las canciones situadas en el Reino Unido evitan la ¨¦pica. Destaca, por su sequedad, ¡°Just a boy away from home¡±, que sugiere elegantemente que el chico que camina de noche por las desiertas calles de una ciudad ajena es un hincha extraviado del Liverpool FC (con fina guitarra slide, cita el ¡°You¡¯ll never walk alone¡±, himno del equipo). Por el contrario, tiende a cargar las tintas del melodrama. ¡°Matchstick man¡± es una miniatura ac¨²stica, que podr¨ªa venir firmada por James Taylor, excepto por los ecos autobiogr¨¢ficos: d¨ªa de Navidad, ha ca¨ªdo tremenda nevada y un guitarrista, tras un bolo miserable en Penzance, se pone en marcha haciendo dedo para alcanzar su casa en Newcastle. Dado que la distancia es de casi 800 kil¨®metros, el joven Knopfler deb¨ªa creer a ciegas en ¡°la amabilidad de los extra?os¡±.
Me atrever¨ªa a sugerir que Down the Road Whatever podr¨ªa haber sido secuenciado con mayor picard¨ªa. Que el disco se hace innecesariamente largo (y algunas canciones necesitan tijera). S¨¦ que nada de eso le afectar¨¢ a Knopfler: incluye una pieza de pulso caribe?o, ¡°Heavy up¡±, donde responde arrogante a alguien, tal vez un cr¨ªtico, que le recomienda aligerar sus canciones. Una de las ventajas de los millonarios es que pueden ignorar los consejos del vulgo.
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Autor:?Down the road wherever.
Sello:?British Grove Records.
Formato:?MP3, CD y Vinilo.
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