En carne propia

?lvaro Brechner coloca en el frontispicio de La noche de 12 a?os una cita de En la colonia penitenciaria, de Franz Kafka, que la pel¨ªcula abraza como la clave de su po¨¦tica: ¡°El hombre mir¨® al condenado y pregunt¨® al oficial: '?Conoce el preso su sentencia?'. 'No', contest¨® el oficial. 'Ya la sabr¨¢ en carne propia¡±. Y en eso se apoya el tercer largometraje del uruguayo: en intervenir sobre el lenguaje cinematogr¨¢fico para que el espectador tambi¨¦n sepa en sus carnes el grado de brutalidad de la sentencia que la dictadura militar aplic¨® sobre los tupamaros Jos¨¦ Mujica, Eleuterio Fern¨¢ndez Huidobro y Mauricio Rosencof, acusados de sedici¨®n y traici¨®n a la patria. Los dos primeros acabar¨ªan siendo figuras clave en el futuro pol¨ªtico de su naci¨®n, mientras que el tercero se erigir¨ªa en voz relevante de la escena literaria. Entre la detenci¨®n y esa justicia po¨¦tica, el prolongado tormento que detalla la pel¨ªcula.

De nuevo, un estreno reciente ¨Cla valiente excepci¨®n ser¨ªa la airada El silencio de otros de Almudena Carracedo y Robert Bahar-, toma la opci¨®n de no construirse como cine aut¨¦nticamente pol¨ªtico. Renunciando a un discurso en torno a lo ideol¨®gico, Brechner opta por la universalidad de la experiencia sensorial de quienes, privados incluso de la palabra, mantuvieron un pulso con la locura. No es mala opci¨®n en un momento en que las democracias son tambi¨¦n territorios donde abrir debate sobre la definici¨®n del preso pol¨ªtico, pero Brechner pone demasiada histeria en las formas y rompe los circuitos de empat¨ªa.