Franco dando de mamar o ahorcado: lo que el Quijote o un libro sobre Goya escond¨ªan
Los exiliados en Francia usaban libros de apariencia inocua para enviar a Espa?a ataques al franquismo. Una exposici¨®n muestra la gran producci¨®n editorial de los desplazados
Espa?a. A?os cincuenta del pasado siglo. Al abrir un librillo que publicita los aguafuertes de Goya aparentemente destinado a estudiantes de arte, alguien se topa con... caricaturas del dictador Francisco Franco dando de mamar a un beb¨¦ coronado (?Chupa, Carlitos!, ?Chupa, rey m¨ªo!, se lee al pie); con bata de cola y casta?uelas bailando al ritmo de la guitarra del T¨ªo Sam (?Bien pag¨¢!) o apaleado por obreros y estudiantes, transmutado en rata. Si cayese en manos del r¨¦gimen, el censor no hallar¨ªa rastro de la editorial, llamada muy gr¨¢ficamente Pulg¨®n?Iberia.
El ¨¢lbum Aguafuertes Goya fue impreso en 1956 por el sindicato CNT en Toulouse, capital del exilio republicano en Francia junto a Par¨ªs. Los desplazados espa?oles, y sobre todo los anarquistas, publicaron incansablemente peri¨®dicos, folletos, obras divulgativas, novelas y poemarios durante la dictadura.
Entre ellas, op¨²sculos de t¨ªtulos nada sospechosos pero pre?ados de p¨®lvora contra el r¨¦gimen franquista. Este volumen contiene dibujos de tres caricaturistas, como por ejemplo Joan Call Bonet, Call, un habitual de la prensa anarquista, y un texto de Albert Camus, gran apoyo de la causa de los desplazados como otros intelectuales franceses. La obra forma parte del Fondo del Exilio espa?ol en la Biblioteca Manuel Aza?a del Instituto Cervantes en la capital occitana.
Desde la fundaci¨®n del centro en 1996, el bibliotecario Javier Campillo ha seguido el rastro en tinta sobre papel que deja la efervescente escena de los expatriados republicanos. Un trabajo de investigaci¨®n, b¨²squeda y adquisici¨®n de documentos y libros hasta llegar a los 1.400 que componen el fondo hoy.
El librito ha sido reeditado como fasc¨ªmil como celebraci¨®n de que las 140 obras m¨¢s preciadas hayan viajado a Madrid para mostrarse en la sede central de la instituci¨®n hasta el pr¨®ximo?2 de febrero. ¡°Estaban destinados a los espa?oles ¡®del interior¡¯ que son los que viv¨ªan bajo Franco¡±, relata Campillo, tambi¨¦n comisario de la muestra.
Una gran fotograf¨ªa in¨¦dita de un guerrillero espa?ol ordenando el tr¨¢fico en Toulouse el d¨ªa de la liberaci¨®n de Francia abre la exposici¨®n Imprentas de la patria perdida. Un s¨ªmbolo tanto de la gran presencia espa?ola en la ciudad (25.000 refugiados al final de la Guerra Civil) como de su compromiso con la Ville rouge y con una naci¨®n que, como dice Campillo, abri¨® a sus hijos su escuela laica, mixta, gratuita y republicana ¡°por la que muchos tanto lucharon en su propio pa¨ªs¡±.
Entre esa imagen y otra de refugiados leyendo en una biblioteca, discurre un recorrido dividido en 12 partes. Comienza presentando a la capital del Languedoc como destino natural de los espa?oles que buscaban refugio o trabajo desde el siglo XIX y prosigue, siempre con la imprenta como lenguaje, con un repaso a la Retirada (as¨ª se denomin¨® el ¨¦xodo masivo de medio mill¨®n de republicanos por los Pirineos en 1939) a trav¨¦s de varios t¨ªtulos. Llama la atenci¨®n un escalofriante ¨¢lbum de 18 postales vendido como souvenir con instant¨¢neas de los campos de concentraci¨®n que acogieron la oleada de refugiados.
Un busto de Manuel Aza?a acompa?a el tesoro m¨¢s preciado. Lo mejor del fondo de 120 obras escritas por el ¨²ltimo presidente de la Rep¨²blica o dedicadas a ¨¦l, enterrado muy cerca de Toulouse. Entre otros t¨ªtulos, varios ejemplares de distintas ediciones de su considerado testamento pol¨ªtico La velada en Benicarl¨®. La escultura, donada por el artista Evaristo Bellotti, viajar¨¢ despu¨¦s a la ciudad del Garona.
A partir de 1944, con la liberaci¨®n de Francia, explota la producci¨®n editorial en un clima de euforia. La Librer¨ªa de Estudios Espa?oles abri¨® una sede en Toulouse en 1946 de la mano del impresor Josep Salvador. Fue un punto de encuentro y un gran motor de difusi¨®n de las ideas de los exiliados. ¡°Los hijos donaron los fondos al Cervantes¡±, se?ala Campillo, un hombre que, mientras ejerce de gu¨ªa por la exposici¨®n, saca del bolsillo algunas de sus ¨²ltimas adquisiciones, dos libritos de Federica Montseny.
La ministra de Sanidad de la Rep¨²blica adquiere un protagonismo indiscutible. Vivi¨® all¨ª hasta su muerte en 1994 y despleg¨® una incansable actividad social, combativa y literaria. Dirigi¨® el peri¨®dico anarquista CNT y escribi¨® libros que sorprenden por su modernidad como El problema de los sexos, matrimonio, uni¨®n libre y amor sin convivencia, un ejemplo del reto libertario de educar en temas como la energ¨ªa nuclear, la sexualidad o la salud.
Volviendo a los op¨²sculos clandestinos con destino Espa?a, se referencian en el libro El exilio republicano en Toulouse 1939-1999 (UNED, 2003) coordinado por la catedr¨¢tica de Historia Contempor¨¢nea de la UNED Alicia Alted. Fueron publicados a mediados de la d¨¦cada de los cincuenta por aquella editorial ap¨®crifa. P¨¢ginas del Quijote en realidad versaba sobre la Espa?a libertaria, La Und¨¦cima Cruzada era un Mensaje a la Juventud Espa?ola y El Cardenal Segura y el Caudillo, un Mensaje a los espa?oles dignos. En su contraportada se daban algunas pistas: la colecci¨®n se denomina Servidores de la Verdad con la siguiente explicaci¨®n: ¡°Todo el prodigioso mundo de la Verdad a su alcance¡±.
¡°Iron¨ªas del destino, si en 1925 Durruti y Ascaso asaltaron un banco de Buenos Aires, para enviar dinero a sus correligionarios en Espa?a, hoy muchos libros y folletos anarquistas han tomado pac¨ªficamente el antiguo Banco Espa?ol del Rio de la Plata, actual sede del Instituto Cervantes¡±, concluye Campillo.
Babelia
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