Bernardo Bertolucci, de profesi¨®n polemista
Los filmes y las opiniones del cineasta recibieron duros ataques durante toda su vida Jessica Chastain le acus¨® de filmar una "violaci¨®n" real en 'El ¨²ltimo tango en Par¨ªs'
Termina la pel¨ªcula. Y Bernardo Bertolucci mira a sus padres, expectante. Para eso, al fin y al cabo, el cineasta ha organizado esta proyecci¨®n familiar de El ¨²ltimo tango en Par¨ªs, semanas antes de que el filme invada las salas. Tal vez perciba el peligro, y quiere saber c¨®mo lo ven sus dos seguidores m¨¢s ¨ªntimos. Responden con dos profec¨ªas, tan opuestas como acertadas. ¡°Es hermoso, no podr¨¢n hacerte nada malo¡±, sonr¨ªe la madre, Ninetta Giovanardi, mientras lo abraza. El padre, Attilio, en cambio, se muestra preocupado. Sacude la cabeza. Y suelta: ¡°Aqu¨ª vamos a acabar todos en prisi¨®n¡±.
Casi. Por aquel filme, un tribunal conden¨® en 1976 a Bernardo Bertolucci a dos meses de c¨¢rcel, junto con su protagonista, Marlon Brando, y el productor, Alberto Grimaldi. Y, aunque nunca llegaron a dormir entre rejas, el cineasta s¨ª perdi¨® durante cinco a?os el derecho al voto. La corte detect¨® la ¡°evidente intenci¨®n del creador de destruir los valores morales¡± y la combati¨® con otra destrucci¨®n: la de todas las copias de El ¨²ltimo tango en Par¨ªs. El cineasta conserv¨® al menos la satisfacci¨®n de responder a los magistrados: ¡°Se?ores moralizadores, hab¨¦is enviado a un campo de exterminio a las ideas¡±.
En los dos recuerdos, que Bertolucci comparti¨® recientemente con la edici¨®n italiana de Vanity Fair, en la que posiblemente fuera su ¨²ltima entrevista, se resume el esp¨ªritu pol¨¦mico y contracorriente del director, fallecido hoy a los 77 a?os. Su cine atrevido, las provocaciones, la defensa aguerrida de las revoluciones; el comunismo, el 68, la lucha contra los fascismos y las sombras de la Iglesia. Y los enfrentamientos personales: el director se manten¨ªa fiel a s¨ª mismo, a¨²n a costa de romper relaciones o meterse en el ojo del hurac¨¢n.
Por ejemplo, cuando todos despreciaban a Kevin Spacey, ca¨ªdo en desgracia por decenas de acusaciones de acoso sexual y comportamientos inapropiados, Bertolucci aceler¨® justo en la direcci¨®n contraria. ¡°Me han entrado ganas de hacer una pel¨ªcula con ¨¦l¡±, contaba este verano, en el festival de cine de Bari. Tanto que, cuando supo que Ridley Scott hab¨ªa borrado al actor de Todo el dinero del mundo, envi¨® un mensaje al montador del filme: ¡°Le escrib¨ª que le dijera a Ridley de mi parte que deb¨ªa avergonzarse. Pese a su gran poder en Hollywood se dej¨® someter por esta imposici¨®n¡±.
En realidad, el director ya hab¨ªa chocado frontalmente con parte del movimiento #MeToo. A ra¨ªz, c¨®mo no, de El ¨²ltimo tango en Par¨ªs. Bertolucci reconoci¨® en 2013 que la protagonista, Maria Schneider, no sab¨ªa que Brando la sodomizar¨ªa con la mantequilla, en una de las secuencias m¨¢s escandalosas de la historia del cine, que la int¨¦rprete vivi¨® con apenas 19 a?os. El director explic¨® que buscaba su reacci¨®n y sus gritos reales, no ¡°como actriz¡±. Ante el estallido de cr¨ªticas e indignaci¨®n, a?os despu¨¦s Bertolucci lament¨® la ¡°rid¨ªcula equivocaci¨®n¡± sobre el episodio: ¡°Algunos han cre¨ªdo que ella no estaba informada de la violencia contra ella. Falso. Maria sab¨ªa todo porque hab¨ªa le¨ªdo el guion, donde todo estaba descrito. Lo ¨²nico nuevo fue la idea de la mantequilla¡±.
Schneider ya hab¨ªa fallecido, tras un largo infierno de drogas, depresiones e intentos de suicidios, de ah¨ª que no pudiera responder. Pero las explicaciones del director no bastaron a Jessica Chastain, por citar solo la voz m¨¢s dura que se alz¨® contra Bertolucci. ¡°A toda la gente que adora esa pel¨ªcula: est¨¢n viendo a una chica de 19 siendo violada por un hombre de 48. El director plane¨® el ataque. Me pone enferma", escribi¨® en Twitter.
¡°Si es cierto que Maria fue violada en ese apartamento entonces Brando muri¨® en ese balc¨®n¡±, declar¨® Bertolucci hace d¨ªas a Vanity Fair. En todo caso, el filme le gan¨® el odio de Schneider ¡ªsu entorno considera que la espiral destructiva de la actriz empez¨® justo ah¨ª¡ª, pero tambi¨¦n le alej¨® del actor. ¡°Cuando fui a Los ?ngeles por el casting de Novecento le llam¨¦, pero fingi¨® que no estaba all¨ª¡±, relat¨® a Vanity Fair. El director descubri¨® que Brando hab¨ªa salido ¡°triste y enfadado¡± de El ¨²ltimo tango en Par¨ªs. El cineasta no sab¨ªa por qu¨¦, aunque sospechaba que el int¨¦rprete se hab¨ªa sentido frustrado a posteriori por haber desvelado demasiado de s¨ª mismo en el filme.
Pero Bertolucci sigui¨® por su camino. Como siempre, como con las pol¨¦micas por La luna; o con Novecento. Este filme desbord¨® todos sus l¨ªmites: cost¨® tres millones m¨¢s de los seis previstos, termin¨® un a?o m¨¢s tarde y con m¨¢s de cinco horas de duraci¨®n. Mientras las majors se negaron a distribuirlo, Grimaldi, el productor, lanz¨® por su cuenta una edici¨®n de tres horas y cuarto. Bertolucci le demand¨®, y vuelta a los tribunales.
En sus opiniones, el cineasta tampoco se fren¨® nunca. Reconoci¨® que de joven aspiraba con sus creaciones a ¡°ganar el Nobel¡± y que apodaba a sus pel¨ªculas ¡°Miura¡±, por ser "indestructibles" como los toros de la ganader¨ªa andaluza; en 2013, en una charla con El Pa¨ªs Semanal, critic¨® a Beppe Grillo, l¨ªder del Movimiento Cinco Estrellas, por su estilo autoritario, y sostuvo que la elecci¨®n del papa Francisco fue ¡°una gran jugada de astucia del Vaticano¡±. Milit¨® durante a?os en el Partido Comunista Italiano y avis¨® de que Italia, en los ¨²ltimos a?os, estaba asistiendo ¡°al suicidio de la izquierda y de la democracia¡±.
Ni siquiera uno de sus mejores amigos se salv¨® de su juicio feroz, al menos en su primer encuentro. Bertolucci ten¨ªa unos 14 a?os, y un hombre acudi¨® a su casa. Dijo que quer¨ªa hablar con su padre, pero el joven le cerr¨® la puerta en la cara. Fue a su progenitor, y le cont¨® que hab¨ªa un tipo esper¨¢ndole, pero que no le daba buena espina: ¡°Creo que es un ladr¨®n¡±. El padre pregunt¨® si al menos el desconocido hab¨ªa dicho c¨®mo se llamaba. S¨ª. Era Pier Paolo Pasolini.
Babelia
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