La juventud perdida en el teatro de la I Guerra Mundial
La Joven Compa?¨ªa se sumerge en las trincheras en su obra ¡®Barro¡¯
¡°Al final las guerras solo las hacemos los j¨®venes. Las perdemos nosotros para que las puedan ganar ellos¡±. El lamento parte de un chico franc¨¦s, pero igual pod¨ªa haber salido de la boca de alg¨²n alem¨¢n. En un bando y en otro, en el barro de las trincheras, los sentimientos se comparten. El infierno de hielo y muerte que sufrieron miles de j¨®venes europeos, en los primeros a?os del siglo XX, sin saber el horror al que se dirig¨ªan, se vive estos d¨ªas en la sala negra de los Teatros del Canal, de Madrid. La Joven Compa?¨ªa se sumerge con Barro en el frente de la Primera Guerra Mundial para relatar los interminables meses de dolor y odio de cinco j¨®venes, dos alemanes y tres franceses, en una contienda masiva en la que disparaban sin ver al enemigo. Primera obra de la tetralog¨ªa Mapa de las ruinas de Europa, Barro, escrita a cuatro manos por Guillem Clua y Nando L¨®pez, y dirigida por Jos¨¦ Luis Arellano, se representa desde el jueves hasta el pr¨®ximo 23 de diciembre. V¨ªctor de la Fuente, Jose Cobertera, ?lvaro Quintana, Jota Haya, Alejandro Chaparro, Samy Khalil y Mateo Rubinstein protagonizan esta funci¨®n junto a Mar¨ªa Romero, Cristina Varona y Mar¨ªa Valero.
La contundencia y frialdad de la escenograf¨ªa, cinco grandes ventiladores met¨¢licos y un panel de aluminio, a modo de mapa de Europa, contrasta con la humanidad y el realismo de los personajes que van desgranando frente al p¨²blico sus ilusiones iniciales, tambi¨¦n sus dudas, y el desaliento atroz al que la vida en el frente les fue llevando. Un mismo escenario compartido para el barro de las trincheras, el hospital de campa?a, los amores ocultos, la noche luminosa o las desgarradoras confesiones de esos soldados en las cartas enviadas a sus padres o abuelos. Tras el primer ensayo en la sala negra del Canal, Jos¨¦ Luis Arellano explica que Barro surge de la reflexi¨®n instalada en la Joven Compa?¨ªa, que con esta obra firma su decimotercera producci¨®n en seis temporadas, sobre qui¨¦nes somos, de donde proceden nuestros miedos y las ideolog¨ªas imperantes en Europa, en un trabajo colectivo, que reuni¨® a los dramaturgos, directores de escena y los actores de la compa?¨ªa. ¡°En esta primera obra de la tetralog¨ªa quer¨ªamos hablar, a trav¨¦s de la Primera Guerra Mundial, de la degradaci¨®n de la moralidad de los individuos y la creaci¨®n de las primeras corrientes de pensamiento, del nacimiento del nazismo, el auge de los nacionalismos, los populismos o los radicalismos¡±, dice Arellano, para quien el texto de Nando L¨®pez y Guillem Clua es una obra ¨ªntima sobre c¨®mo es la sociedad europea. ¡°Una sociedad intelectual, creadora de ideas, pero tambi¨¦n de odios, en la que se ha vivido el drama de dos guerras mundiales pero tambi¨¦n de la abolici¨®n de las fronteras, aunque todo esto parece tambalearse con la llegada del Brexit y el auge de los nacionalismos¡±, se lamenta el director de escena.
Herramienta de educaci¨®n
Seis temporadas, trece producciones y m¨¢s de 200.000 espectadores desde su nacimiento en 2012, han hecho de La Joven Compa?¨ªa una de las propuestas teatrales m¨¢s interesantes dirigidas a estudiantes y j¨®venes. Las funciones matinales que se organizan con los institutos est¨¢n llenas a rebosar y con las entradas vendidas con meses de antelaci¨®n. ¡°El teatro se convierte as¨ª en la mejor herramienta de educaci¨®n en valores¡±, asegura David R. Peralto, director del proyecto.
Tres son las producciones que ha preparado la compa?¨ªa este a?o. Adem¨¢s de Barro, se estrenar¨¢ en marzo, tambi¨¦n en los Teatros del Canal, Federico hacia Lorca, una obra escrita a partir de textos del poeta granadino y que dirigir¨¢ Miguel del Arco. Ya hay reservadas para esta funci¨®n 8.000 de las 10.000 entradas disponibles. El otro montaje llegara al Centro Conde Duque en abril. Se trata de Gazoline, una obra protagonizada por seis int¨¦rpretes negros, todos ellos nacidos en Espa?a.
Nando L¨®pez y Guillem Clua, dos dramaturgos muy vinculados a La Joven Compa?¨ªa, son testigos tambi¨¦n de este primer ensayo de la obra, en la que se propusieron derribar sus fronteras de autor para narrar como la juventud fue la primera v¨ªctima de este primer conflicto mundial, como estos estudiantes soldados fueron manipulados y utilizados como armas vivas. ¡°Lo primero en lo que nos pusimos de acuerdo fue en el foco que ten¨ªa que tener la historia, que era la de narrar una gran guerra a trav¨¦s de la mirada de estos cinco soldados de ambos bandos, sin manique¨ªsmos, y centr¨¢ndonos en contar la verdad sobre lo que este conflicto signific¨® para ellos¡±, explica Clua, que a?ade que, aunque se trata de un relato de ficci¨®n, la obra est¨¢ muy documentada con cartas, art¨ªculos de prensa y literatura epistolar.
¡°Hemos querido hacer una funci¨®n intimista, alejados del gran hecho hist¨®rico y centr¨¢ndonos en la vivencia de los personajes, como las ideas de estos chicos van evolucionando a medida que evoluciona el conflicto y comprobar tambi¨¦n la evoluci¨®n de los distintos pa¨ªses implicados. Vemos el comienzo del auge del fascismo en Alemania, frente a otras ideas m¨¢s pacifistas y europe¨ªstas, y somos testigos del cultivo de la Segunda Guerra Mundial¡±, a?ade L¨®pez. Sin olvidar que tambi¨¦n en el horror del d¨ªa a d¨ªa, hay hueco para la poes¨ªa. ¡°Ten¨ªamos muy claro que el tono po¨¦tico no pod¨ªa faltar en esta obra, porque la cultura es parte de lo que define Europa, nuestro gran v¨ªnculo¡±.
Y as¨ª, en medio del sufrimiento y el odio ¨C¡°cuanto m¨¢s sufrimos m¨¢s crece nuestro odio¡±- y chapoteando en el asqueroso barro, se escucha la voz de un estudiante franc¨¦s, que tambi¨¦n podr¨ªa haber sido la de un alem¨¢n. ¡°?Yo soy tan hijo de Balzac como de Goethe?¡±.
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