El signo de los tiempos
El espect¨¢culo funciona, aunque no me apasione
Llamarse Steve McQueen y no ser aquel que fue idolatrado (sospecho que tambi¨¦n deseado) por varias generaciones de espectadores, el tipo m¨¢s cool, la suprema imagen de la seducci¨®n masculina, junto a Brando y Newman, imagino que supone una carga muy pesada, que ser¨ªa objeto de bromas crueles en los colegios, exige mucha seguridad en uno mismo para soportar la malvada comparaci¨®n. El director Steve McQueen nos demostr¨® en Shame que era tan inteligente como perturbador. Cu¨¢nto miedo y piedad inspiraba aquel porn¨®grafo compulsivo y turbio, recurriendo obsesivamente al onanismo y al sexo acelerado con putas, chaperos y desconocidas, huidizo e impotente con mujeres que le atraen y podr¨ªan ofrecerle amor; un urbanita que est¨¢ m¨¢s solo que la una, perdido en su infierno. Mi fascinaci¨®n ante esa pel¨ªcula sombr¨ªa desapareci¨® en la siguiente, 12 a?os de esclavitud. Acab¨¦ saturado de la acumulaci¨®n de torturas de todo tipo que practican los esclavistas sobre sus desamparados siervos. Por supuesto que la realidad debi¨® de ser igual o peor, pero en la pantalla sonaba a repetitivo, demasiado obvio, panfletario, un enardecimiento facil¨®n, pero muy adecuado para la era de Obama. Le cayeron tres Oscar, incluido el de mejor pel¨ªcula. Normal.
Viudas
Direcci¨®n: Steve McQueen.
Int¨¦rpretes: Viola Davis, Michelle Rodriguez, Elizabeth Debicki, Liam Neeson, Colin Farrell, Cynthia Erivo, Robert Duvall.
G¨¦nero: thriller. EE UU, 2018.
Duraci¨®n: 129 minutos.
La ¨²ltima de este se?or se titula Viudas. Veo el titular de una entrevista que le hacen en la edici¨®n de papel de un peri¨®dico. Dice as¨ª: ¡°Lo normal y sano es que una pel¨ªcula sea feminista¡±. Y alucino, bendigo mi capacidad para seguir escandaliz¨¢ndome ante la idiotez, el oportunismo, la correcci¨®n pol¨ªtica. Tambi¨¦n mi asco y mi terror hacia los profesionales de la censura y de la inquisici¨®n, esas ancestrales y abyectas damas. Vuelven a gozar de esplendor, en su nombre se puede cometer cualquier fechor¨ªa, cualquier estupidez, cualquier perversi¨®n. Como ponerle certificado de legitimidad al arte en funci¨®n de su machismo y de su feminismo. Y me asalta un escalofr¨ªo pensando en tantas obras maestras del pasado que ser¨ªan irrealizables ahora, con sentencia de mazmorra o de destierro. Intento olvidarme, como siempre, de mi simpat¨ªa o mi rechazo hacia el creador, cuando veo su ¨²ltima pel¨ªcula. Viudas transcurre bien, est¨¢ rodada con profesionalidad, tiene cierto encanto y la olvido r¨¢pido. Hollywood, siempre tan mercenario, c¨ªnico y pr¨¢ctico, ha descubierto un fil¨®n para obtener la bendici¨®n institucional, moral y comercial de los nuevos tiempos. Las angustiadas protagonistas de esta pel¨ªcula no son wonderwomen, han vivido a la sombra de sus gansteriles parejas, que acaban de palmarla en un atraco fallido. Llenas de miedo y de inexperiencia, pero tambi¨¦n de determinaci¨®n, van a intentar recuperar ese bot¨ªn que consideran suyo, en la l¨²cida y antigua convicci¨®n de que las penas con pan son menos.
Funcionan las escenas intimistas, la acci¨®n y el dise?o de personajes. El espect¨¢culo funciona, aunque no me apasione. La protagoniza Viola Davis, una actriz muy poderosa (qu¨¦ lujo en La duda ver actuar juntas a esta se?ora, Meryl Streep, Amy Adams y el inolvidable y eternamente llorado Philip Seymour Hoffman), pero con permanente mal rollo en su expresi¨®n. No me la imagino haciendo comedia. Sus, para m¨ª, desconocidas compa?eras dan el tipo, son vulnerables y aprenden a ser fuertes. Sus acompa?antes masculinos (Liam Neeson, Robert Duvall, Colin Firth) son int¨¦rpretes distinguidos, pero saben que aqu¨ª no pintan nada. Sospecho que puede nacer un nuevo g¨¦nero, que la pistola, la metralleta y el cuchillo van a cambiar de manos.
Babelia
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