Bob (nadie le dice Robert)
La escritora mexicana describe en este texto la figura de su mentor y editor

Todos hablan del impacto que causa entrar a su oficina o a su alguna vez hermosa sala ¡ªque ¨¦l ha convertido en una guarida llena de libros, manuscritos, CD, para tristeza de su esposa, Maria Tucci¡ª. Todos hablan de los inmensos retratos en pl¨¢stico repujado de tres perros ¡ªno recuerdo la raza, pero no importa¡ª que vigilan su escritorio. Mencionan que Bob, el legendario Bob Gottlieb, los recibi¨® en camiseta y sin zapatos. Dicen, algunos con sorna, que es exc¨¦ntrico, como efectivamente lo es. Pero a m¨ª nada de eso me pareci¨® raro ni digno de recordar, ?porque desde el primer momento qued¨¦ alucinada por su capacidad instant¨¢nea de diagnosticar el problema con tu texto, tu empleo, tu relaci¨®n rom¨¢ntica.
¡°Tu amiga¡±, me dice, ¡°tu amiga ¡ªa quien no conoce¡ª no tendr¨ªa que haberse quedado en M¨¦xico cuando se divorci¨®. Deber¨ªa haber regresado a Francia con la ni?a. Le habr¨ªa ido mucho mejor¡±. Y tiene raz¨®n.
¡°El problema con este texto¡±, dice, hojeando sin detenerse a leer una sola p¨¢gina, ¡°es que no has decidido qui¨¦n es tu personaje principal¡±. Por supuesto.
¡°Quiero entender¡±, me dice. ¡°Yo soy el editor en jefe de la revista The New Yorker y te estoy preguntando que cu¨¢ndo vuelves a escribir algo para nosotros, ?y t¨² me contestas que no puedes porque te vas a ir a vivir a la Uni¨®n Sovi¨¦tica a aprender ruso?¡±.
¡°Voy a decirte algo, y quiero que sea tu mantra¡±, dice, con la irritabilidad con que siempre enfrenta la estupidez. ¡°El hecho de que est¨¦s haciendo algo, y haci¨¦ndolo bien, no quiere decir que no valga la pena hacerlo. Rep¨ªtelo conmigo¡±. No me fui a Rusia, y en cambio en cada curso que he dado he hecho que las participantes repitan este mantra que alg¨²n d¨ªa les salvar¨¢ la vida.
Desde que se jubil¨® ha escrito cinco biograf¨ªas (incluyendo la suya). Si llevo bien la cuenta, tambi¨¦n es el recopilador de cuatro antolog¨ªas (incluyendo una propia). Sigue editando a sus autores preferidos. Rese?a espect¨¢culos de danza contempor¨¢nea y ballet. Da charlas, es miembro de la junta rectora del Miami City Ballet. Es organizado, chistos¨ªsimo, hiperproductivo y cero sentimental. La noche de la reelecci¨®n de George W. Bush a la presidencia, llam¨¦ desconsolada a la una de la madrugada sabiendo que ¨¦l y Maria eran las ¨²nicas personas que contestar¨ªan al tel¨¦fono sin zozobra a esa hora. Maria y yo nos condolimos, afligidas. ¡°Estoy tan deprimida que no pienso salir de debajo de la cama!¡±, declar¨® ella.
¡°Yo s¨ª¡±, dijo Bob. ¡°Tengo demasiadas cosas que hacer¡±.
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