¡®La generaci¨®n¡¯: historia del ¨²ltimo ¡®boom¡¯ de la literatura espa?ola

De Lectura f¨¢cil (Anagrama), que obtuvo el ¨²ltimo Premio Herralde de Novela, se cuenta que antes del reconocimiento su destino fue otro. El libro lo contrat¨® un gran grupo editorial, que nunca lo public¨® tras la negativa de su autora a admitir ciertos cambios. Cristina Morales (Granada, 1985) no desmiente el hecho, pero admite que una serie de condicionamientos legales le impiden profundizar en esta historia. ¡°Hay un problema general de censura¡±, dice, ¡°es una censura por parte de mercado editorial hacia ciertos temas, y una censura a posteriori,la de jueces y fiscales. El primer obst¨¢culo de un escritor es el propio c¨®digo penal¡±.

El final feliz de Lectura f¨¢cil tambi¨¦n ha servido para probar una intuici¨®n que ven¨ªa sobrevolando el panorama editorial espa?ol: la confirmaci¨®n de una nueva sensibilidad generacional entre los escritores nacidos en los ochenta y noventa, donde se da una arrolladora presencia de mujeres, cuya escritura, adem¨¢s, ha sido impulsada en tiempos de reflexi¨®n sobre el g¨¦nero.

Para estas escritoras, la producci¨®n literaria a menudo aparece ligada a un contexto de precariedad laboral (¡°una es experta en recibir noes¡±, dice Morales). Y a diferencia de la generaci¨®n literaria al uso, tampoco se trata de una constelaci¨®n de firmas que orbite alrededor de un ¨²nico g¨¦nero, sino que fluye por el periodismo, la no ficci¨®n, la novela o la poes¨ªa. T¨ªtulos recientes y varias de las novedades que aparecer¨¢n este a?o cristalizan esta nueva escena de la literatura espa?ola, que se escribe fundamentalmente en femenino. No es, pues, otra generaci¨®n, sino La generaci¨®n, si se permiten las cursivas.

Tras agotar varias ediciones de su poemario Cuaderno de campo, la escritora y veterinaria Mar¨ªa S¨¢nchez (C¨®rdoba, 1989) publica Tierra de mujeres, libro cuya idea seminal, en palabras de la autora, es ¡°la deuda hist¨®rica con todas las mujeres¡± de su familia. El ensayo, que saldr¨¢ en febrero en Seix Barral, propone dar voz a las silenciadas en los campos espa?oles. ¡°Para m¨ª¡±, dice S¨¢nchez, cuyo trabajo es asesorar a ganaderos, ¡°el medio rural tiene nombre de mujer y es con el feminismo con el que llegaremos a una soberan¨ªa alimentaria, a econom¨ªas transformadoras, a otros movimientos sociales y a otro tipo de vida y de formas de consumo¡±.

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Para Luc¨ªa Baskaran (Zarautz, 1988), la construcci¨®n de la identidad femenina y la violencia que padecen los cuerpos le¨ªdos como ¡°mujer¡± conforman el hilo que une sus dos obras: Partir (Expediciones Polares) y Cuerpos malditos, que ver¨¢ la luz en 2019 en Temas de Hoy. La escritora admite que la r¨²brica del feminismo en la literatura encierra un problema: ¡°Etiquetar de feminista una obra escrita por una mujer solo por el hecho de que sus personajes femeninos sean complejos es una trampa, tal y como lo es la etiqueta literatura femenina. Son t¨¦rminos que me molestan porque se est¨¢ explicitando que hay una literatura a secas, la universal, que es la producida por hombres, y la otra, la que escribimos las mujeres, dirigida solo a nosotras¡±.

En la duda respecto a la bienvenida acr¨ªtica de la etiqueta feminista abunda la escritora y periodista Sabina Urraca (San Sebasti¨¢n, 1984), autora de Las ni?as prodigio (Fulgencio Pimentel): ¡°Mientras mis colegas hombres eran invitados a hablar de su literatura, a m¨ª y a muchas colegas solo se nos pregunta sobre escribir siendo mujeres y poco sobre lo que escrib¨ªamos. Me sent¨ªa usada de forma oportunista, aprovechando la viralidad del asunto¡±.

Llegados a este punto, la pregunta es inevitable: ?y d¨®nde est¨¢n ellos? ¡°Sobre lo masculino en Espa?a ha habido una influencia demasiado pesada de los puros y las putas, y esa idea ha permeado de forma nociva en nuevos escritores. Hay bastante emulaci¨®n de un discurso que es insuficiente¡±, responde Marcel Ventura, director editorial de Temas de Hoy, sello que se reinventa para acercarse a un p¨²blico joven, con autoras en cartera para este a?o como Alejandra Parejo (Mallorca, 1989) o Elisa Levi (Madrid, 1994).

Desconexi¨®n

Que la industria editorial lleva a?os apostando por escritores nacidos en los ochenta es innegable. Con una trayectoria literaria de m¨¢s de una d¨¦cada, Aixa de la Cruz (Bilbao, 1988) es una prueba: ¡°He notado una gran desconexi¨®n con un sector de mi generaci¨®n al que sol¨ªa seguir y leer con mucho inter¨¦s, pero que de pronto, y coincidiendo con que se alinean en ese frente de reacci¨®n a las perspectivas de g¨¦nero, ya no me interpelan¡±.

De la Cruz no est¨¢ sola: la lista de nombres cuya obra refleja esas inquietudes generacionales es amplia y cada vez m¨¢s reconocida: Berta Garc¨ªa Faet ¡ª¨²ltimo Premio Nacional de Poes¨ªa Joven¡ª, Noem¨ª L¨®pez Trujillo ¡ªque este a?o publicar¨¢ un ensayo con Capit¨¢n Swing¡ª o Elena Medel ¡ªla primera poeta de su generaci¨®n en despuntar y cuyo trabajo como editora ha dado voz a muchas de estas autoras¡ª. De manera m¨¢s o menos obvia, existe en todas estas firmas una confrontaci¨®n no solo con buena parte de la tradici¨®n literaria espa?ola, sino tambi¨¦n contra aquellas voces contempor¨¢neas en donde resuenan ciertos ecos reaccionarios. ¡°Ese enfrentamiento¡±, opina Morales, ¡°era necesario¡±.