Tipas duras a las que no les dejan serlo
Acaba de renovar por una tercera temporada 'Claws', la serie que perdi¨® la oportunidad de cambiar el esquema cl¨¢sico de todo producto de acci¨®n
Cuando Vince Gilligan, el creador de Breaking Bad, decidi¨® que Walter White, el profesor de qu¨ªmica convertido en lobo solitario del negocio de la metanfetamina, iba a comprar el local de lavado de coches donde hasta entonces le hab¨ªan explotado para hacer legal el dinero que estaba ganando de forma il¨ªcita no pod¨ªa imaginar que, al hacerlo, estaba inventando un subg¨¦nero del drama de acci¨®n serial: el de alguien contra las cuerdas por culpa del blanqueo de dinero.
Ozark es un excelente ejemplo de dicho subg¨¦nero. Marty Byrde y su familia en las ¨²ltimas ¨C su mujer est¨¢ teniendo una aventura que parece sacada de una novela de Elfriede Jelinek y sus hijos adolescentes lo aborrecen casi todo y, en especial, a su padre ausente ¨C cambian su apartamento en Chicago por un ruinoso motel en un aparentemente paradis¨ªaco lugar de veraneo, los Ozarks, en el que si no consigue lo imposible (blanquear ocho millones de d¨®lares), morir¨¢ y, con ¨¦l, toda su familia.
Algo parecido ocurre en la, de entrada, golos¨ªsima Claws (HBO). Con momentos de delirio visual a lo Baz Luhrmann ¨C hasta aparece Harold Perrineau, el actor que interpret¨® a Mercutio en Romeo y Julieta ¨C, Claws sigue los pasos de un pu?ado de tipas duras que regentan un sal¨®n de belleza en el extrarradio de Florida que sirve de tapadera a un capo local para blanquear lo que saca vendiendo oxicodona en falsas cl¨ªnicas de rejuvenecimiento. La siempre brillante Niecy Nash dirige el espect¨¢culo, tirando de un girl black power que no puede evitar morder el polvo.
Porque el principal problema de Claws ¨C que la pasada semana renov¨® por una tercera temporada que, con toda probabilidad, se estrenar¨¢ en junio ¨C es que reproduce el orden cl¨¢sico del producto de acci¨®n ¨C el hombre, por m¨¢s rid¨ªculo que se le pinte, sigue aplastando a la mujer, por m¨¢s tipa dura que esta aparente ser ¨C y, al hacerlo, convierte todo lo que toca, incluida la sororidad entre ellas, en pura cosm¨¦tica.
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