Sharon Van Etten, la chica que amaba a David Lynch
El nuevo ¨¢lbum de la cantante recibe una calificaci¨®n de 8 sobre 10
No un terremoto, sino una peque?a colecci¨®n de ellos ¡ªla maternidad, la vuelta a la universidad, su puesta de largo como actriz de culto en el drama de Brit Marling, The OA, el mism¨ªsimo David Lynch llamando a su puerta: ¡°?Tienes una canci¨®n para la nueva Twin Peaks?¡±¡ª han sacudido la vida de la reina, insondablemente profunda, del desamor songwriter en los cuatro a?os que median entre el enorme Are We There (2014) y el presente, despedazado ¡ªpor la falta de tiempo, dice¡ª y si cabe a¨²n m¨¢s sublime, por momentos casi sagrado de Remind Me Tomorrow.
Artista: Sharon Van Etten
Disco: Remind Me Tomorrow
Calificaci¨®n: 8 sobre 10
Tan visceral y oscuro como de costumbre, aunque m¨¢s poderoso que nunca, m¨¢s, podr¨ªamos decir, lynchiano que nunca, el sonido de Van Etten abandona lo real ¡ªla guitarra, el piano, su modesto pero doloroso minimalismo, ya expandido en Are We There¡ª para elevarse a un plano superior en el que el sintetizado y una suerte de dream dark rock lo reconfiguran hasta permitir la explosi¨®n devastadoramente ambiental de No One's Easy To Love, m¨¢s que una canci¨®n, un estado de ¨¢nimo. De hecho, el ¨¢lbum al completo es un estado de ¨¢nimo, a la manera en que lo son los pluscuamperfectos ¨¢lbumes de Justin Vernon.
Con John Congleton a los mandos esta vez, el tipo que est¨¢ detr¨¢s de trabajos de St. Vincent, Goldfrapp, Best Coast, Jens Lekman y un largo y ecl¨¦ctico etc¨¦tera, ese estado de ¨¢nimo se ha vuelto juego (electr¨®nico) de espejos en el que la siempre esquiva y feroz Van Etten se niega a encontrar su sitio: lo mismo parece suplicar bajo el agua (Memorial Day) que tira de luminosa nostalgia pop (la poderos¨ªsima Seventeen y su m¨¢ntrico ¡°I used to be free, I used to be seventeen¡±), que simplemente recuerda a una nueva versi¨®n de s¨ª misma (Comeback Kid es un regreso a Tramp, el ¨¢lbum que produjo Aaron Dessner, de The National, y a la PJ Harvey de los 90, pero redimensionada).
Dice Van Etten que este disco va de no tirar la toalla y seguir persiguiendo aquello que te apasiona, de alimentar el monstruo para que no te devore a ti, lo que en su caso se traduce en apartar la realidad y vivir seg¨²n tus propias reglas, o m¨¢s bien, extraer de ella s¨®lo aquello que encaja en tu universo.
Podr¨ªa decirse que algo as¨ª es Remind Me Tomorrow, un tirabuz¨®n narrativo, de, por momentos, una intensidad percutiva de otro planeta (Malibu), que se aleja del mundo para continuar explorando ese otro mundo que la de Nueva Jersey convierte en m¨²sica y que est¨¢ hecho de historias, s¨ª (escuchen I Told You Everything), pero tambi¨¦n de pedazos de su alma irredenta.
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