Cuando Elvis regres¨®
Un fragmento del libro 'Elvis. El regreso', que rememora el legendario concierto de 1968 del rey del 'rock and roll'

John Lennon aseguraba: "El blues es una silla, no un dise?o para una silla o una silla mejor... es la primera silla. Se trata de una silla para sentarse, no para mirar. Te sientas en esa m¨²sica¡±. Una frase que explicar¨ªa a la perfecci¨®n lo que Steve Binder y Bones Howe debieron ver en espect¨¢culo que hab¨ªan dise?ado como, sin duda, la parte m¨¢s especial del programa de televisi¨®n y la que, a la postre, ser¨ªa m¨¢s recordada. Dos conciertos que, para siempre, ser¨ªan conocidos como Sit-Down Shows, y que se celebraron de manera consecutiva la tarde del 27 de junio de 1968. El primero de ellos, programado para las seis de la tarde, iba a ser considerado por unanimidad el mejor de los dos. De hecho, no hay m¨¢s que ver la selecci¨®n de temas que ser¨ªan incluidos en la emisi¨®n definitiva en televisi¨®n y comprobar como del segundo concierto de la noche ¨²nicamente se selecciona la versi¨®n de Lawdy Miss Clawdy. El propio co productor Chris Bearde lo recuerda: "El primero fue m¨¢s real. Era el¨¦ctrico, y tuvo ese momento de parecer haber recuperado el poder¡±.
Todo parec¨ªa estar preparado poco antes del concierto. Steve Binder cre¨ªa que ya hab¨ªa pasado lo peor con el numerito del p¨²blico provocado por la actitud del Coronel. Pero a¨²n iba a tener que superar un ¨²ltimo escollo. Todav¨ªa con los nervios a flor de piel, Binder se dirige a maquillaje para ver como a Elvis le dan los ¨²ltimos retoques, b¨¢sicamente en su peinado. El cantante, p¨¢lido, pide que les dejen solos y Steve se teme lo peor. Algo que, por supuesto, va a suceder. ¡°Steve, no puedo hacerlo¡±, le asegura Elvis. ¡°Tengo la mente totalmente en blanco y no recuerdo nada de lo que cant¨¦ o dije en los ensayos. Adem¨¢s, quieres que salga e improvise. Simplemente, no puedo¡±.
Era el momento m¨¢s cr¨ªtico de todos los que hab¨ªan vivido hasta el momento. El camino no hab¨ªa sido f¨¢cil hasta llegar a all¨ª. Cada dificultad hab¨ªa parecido ser insuperable, pero aquello lo superaba todo. Si Elvis no sal¨ªa en 15 minutos al escenario todo estar¨ªa perdido. Dos opciones pasaron por la mente de Steve Binder. Dos posibilidades que valor¨® en apenas unos segundos. La primera era intentar explicarle a Elvis lo que aquello supon¨ªa. Si no sal¨ªa al escenario, si dejaba a toda aquella gente colgada, tanto p¨²blico como empresarios de la NBC, su carrera estar¨ªa sentenciada. Su destino ser¨ªa seguir haciendo pel¨ªculas cada vez peores mientras su vertiente musical era dejada de lado para acabar sumido en el m¨¢s triste olvido. La segunda opci¨®n era diferente. Y fue la escogida.
Binder se dio cuenta que Elvis estaba actuando como un ni?o. Hac¨ªa tiempo que hab¨ªa perdido el soporte de su madre y el Coronel hab¨ªa adoptado el papel de director, no solo de su carrera, sino tambi¨¦n de su vida. Pero ahora estaba all¨ª sin ¨¦l. Sab¨ªa que no ten¨ªa su apoyo y dudaba de si, al final, lo hac¨ªa con raz¨®n. As¨ª que Binder tom¨® la opci¨®n de ejecutar ese papel y de manera firme transmiti¨® a Elvis su opini¨®n. Sin fisuras. No pregunt¨®. Afirm¨®. ¡°Elvis no voy a preguntarte. Vas a salir. No me importa si sales y dices hola y adi¨®s, y te vas detr¨¢s del escenario, pero vas a salir¡±. Era lo que el cantante necesitaba, no hay duda. Porque Elvis sali¨®. Vaya si sali¨®.
Eduardo Izquierdo es cr¨ªtico musical y autor del libro??Elvis. El regreso. Este texto es un fragmento del libro.
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