Esv¨¢sticas y tacones altos
Robert Zemeckis est¨¢ especialmente diestro en la alquimia entre alto espect¨¢culo digital y delicadeza en el retrato de una personalidad entendida como campo de batalla
La participaci¨®n de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial propici¨® la aparici¨®n de una pintoresca nota a pie de p¨¢gina en la historia de la cultura popular estadounidense: el fen¨®meno de las Men¡¯s Adventure magazines -tambi¨¦n llamadas coloquialmente revistas de mancha de sobaco o de sudor masculino-. En su interior, relatos de ¨ªndole pulp constru¨ªan un nuevo imaginario de la masculinidad, reforzado por unas ilustraciones de portada con frecuente presencia de s¨¢dicos nazis torturando a mujeres voluptuosas. Que todo ese universo ten¨ªa un alto potencial libidinoso para el lector heterosexual de posguerra es algo evidente: bastante m¨¢s infrecuente es encontrar en ese territorio la inspiraci¨®n para afirmar una identidad sexual disidente o los instrumentos terap¨¦uticos para reconstruirse tras una experiencia traum¨¢tica. Y, sin embargo, eso es lo que le sucedi¨® a Mark Hogancamp, alcoh¨®lico residente en Kingston (Nueva York), que fue v¨ªctima de una brutal agresi¨®n que le tuvo nueve d¨ªas en coma y borr¨® por completo su memoria. Ilustrador incapacitado para retomar su labor, Hogancamp levant¨® en el patio de su casa una minuciosa, obsesiva y algo patol¨®gica reconstrucci¨®n de un pueblo de la B¨¦lgica ocupada, habit¨¢ndolo con mu?ecos y mu?ecas articuladas, que acabar¨ªa abri¨¦ndole las puertas de los circuitos del arte outsider. En realidad, en ese pueblo imaginado que canalizaba todo el imaginario ultraviolento e hipersexualizado de las revistas de aventuras masculinas tambi¨¦n estaba cifrado el secreto de su identidad: qui¨¦n fue y qui¨¦n deseaba ser.
BIENVENIDOS A MARWEN
Direcci¨®n: Robert Zemeckis.
Int¨¦rpretes: Steve Carell, Leslie Mann, Gwendoline Christie, Neil Jackson.
G¨¦nero: drama. Estados Unidos, 2018.
Duraci¨®n: 116 minutos.
Hogancamp fue objeto de un poderoso documental dirigido por Jeff Malmberg ¨CMarwencol (2010)-, que ha servido de punto de partida para el Bienvenidos a Marwen que firma un Robert Zemeckis especialmente diestro en la alquimia entre alto espect¨¢culo digital y delicadeza en el retrato de una personalidad entendida como campo de batalla. La pel¨ªcula viaja constantemente del tumultuoso inconsciente de su protagonista ¨Cese teatro ritual de plomo y sangre, esculpido en puro virtuosismo digital- a su presente de soledad en colores desva¨ªdos. El lenguaje corporal vencido de Steve Carell fija la medular tristeza de un personaje que, congelando el gesto hasta lo insoportable, protagonizar¨¢ una declaraci¨®n de amor totalmente devastadora. En el ¨²ltimo tramo de la trayectoria de Zemeckis, el reto tecnol¨®gico parec¨ªa estar siempre antes que el alma: Bienvenidos a Marwen logra que cada gesto pirot¨¦cnico est¨¦ al servicio de algo, sin suavizar los ¨¢ngulos m¨¢s problem¨¢ticos de su protagonista, conformando la propuesta m¨¢s extravagante en la carrera del cineasta.
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