Mercedes Mil¨¢: ¡°Soy una renacida de 67 a?os¡±
La presentadora estrella vuelve a la tele tras dos a?os de retiro por una depresi¨®n con 'Scott y Mil¨¢', un programa entre autoficci¨®n y reportaje para #0
Lo de la Mil¨¢ no es noticia. Ya lo ha pregonado ella misma por tierra, mar y wifi. Vuelve al circo televisivo desde el agujero de la depresi¨®n m¨¢s profunda. Empalm¨® el trauma de una ruptura amorosa con el estresazo de presentar Gran Hermano durante casi tres lustros y acab¨® abrasada viva. Seguro que el trance le ha dejado ara?azos en la cara y en al alma, pero, desde luego, no parece haberle restado energ¨ªa. Llega, ordena el cotarro de la foto y el v¨ªdeo, me arrastra a la ponencia que da su sobrina y ahijada ¡ª¡±babeo con la nena¡±¡ª en un local cercano y solo despu¨¦s se entrega a fondo en la entrevista. Se nota que est¨¢ acostumbrada a ser el centro del foco y a que se hagan las cosas a su gusto, s¨ª, pero nunca a medias.
?Cu¨¢nto fastidia o¨ªr ¡°an¨ªmate¡± cuando solo quieres llorar?
Eso es horroroso. Cuando te dicen 'mira la botella medio llena', 'dentro de ti est¨¢n las claves', 'todos los d¨ªas sale el sol' es horrible. Yo no lo he dicho nunca, y ahora ya no lo dir¨¦ jam¨¢s. Porque no vale para nada. Lo ¨²nico que vale es que te digan: '?me dejas darte un abrazo muy fuerte?'. Y ya est¨¢.
?Qu¨¦ diferencia la tristeza de la depresi¨®n propiamente dicha?
Son dos mundos. Cuando est¨¢s en plena depresi¨®n te quieres morir, solo quieres llorar, no quieres ver a nadie, no entiendes que tu car¨¢cter se pueda acomodar a eso porque no eres as¨ª. Hasta que entiendes que es la qu¨ªmica cerebral quien est¨¢ mandando en tu vida porque t¨² lo has provocado, y empiezas a escuchar a los m¨¦dicos.
?Fue la culpable de su propia 'depre'?
As¨ª te lo digo. Esto ha sido porque yo he querido. Por no parar cuando el cuerpo te lo pide. Hasta que te para ¨¦l en seco y te deja en un rinc¨®n sin entender nada. Si no me hubiera pasado de falta de sue?o, de horas de trabajo, si no me hubiera estresado de mala manera, no la habr¨ªa tenido. Y a quien se reconozca en lo que digo, que pare, porque la factura que tiene que pagar luego es de tal calibre que no merece la pena.
?Habla de esa sensaci¨®n de que la vida te vive a ti y no t¨² la vida?
La nueva Mil¨¢
Despu¨¦s de 45 a?os ante las c¨¢maras, Mercedes Mil¨¢ (Barcelona, 1951) se autopresenta como "socia de la librer¨ªa Mas Bernat, en Barcelona, y presentadora de 'Scott y Mil¨¢", en #O", el programa con el que vuelve a la tele? tras dos a?os retirada por depresi¨®n. Scott es su perro schnauzer, que ejerce de copresentador y testigo de cargo de sus andanzas. En lo peor del agujero no pod¨ªa leer ni un p¨¢rrafo, dice. "Ahora me podr¨ªa leer Mas Bernat entera". As¨ª de bien se encuentra.
Esa. Siempre decimos que el cuerpo es sabio, pero no le hacemos caso. Se puede salir, pero hay que poner medidas: lecturas, nuevas costumbres, qu¨ªmica, psiquiatras, psic¨®logos, amigos. Es lo que he hecho, y aqu¨ª me tienes, nueva.
?Renacida?
Renacer refleja a la perfecci¨®n lo que estoy sintiendo ahora. Soy una renacida de 67 a?os. Un beb¨¦ acelerado, pasado por el microondas. Porque yo no querr¨ªa volver a ser joven de ninguna forma. Quiero tener arrugas, como las que tengo, vaya, no tengo que pedir m¨¢s.
?El gran lujo es la serenidad?
Cuando me separ¨¦, mi mayor deseo era estar en paz. Necesitaba paz. Ahora, m¨¢s que serenidad es tranquilidad, tener la sensaci¨®n de que est¨¢s controlando tu vida.
?Mejor querer y despu¨¦s perder que nunca haber querido?
Absolutamente. No imagino a alguien en el mundo, y lo habr¨¢, que nunca haya querido ni le hayan querido. Cuando te enamoras, te apasionas tanto que cuando llega el desamor crees que preferir¨ªas no haberlo vivido. Pero cuando pasa ese tiempo, te das cuenta de que hay much¨ªsimas cosas buenas, much¨ªsimos sentimientos que guardar.
Lord Byron dec¨ªa: cuanto m¨¢s conozco a los hombres, m¨¢s quiero a mi perro. ?Est¨¢ de acuerdo?
Pues no, mira. Quiero much¨ªsimo a Scott, y ¨¦l a m¨ª, y ahora mismo mi vida sin ¨¦l no tiene sentido. Pero sigo queriendo y me siguen gustando much¨ªsimo los t¨ªos.
Hace 10 a?os, me dijo que a los periodistas de prensa escrita se nos bajar¨ªan los humos cuando supi¨¦ramos la audiencia al minuto. Ya la sabemos. ?Se nos han bajado?
Bienvenidos al club, colegas. A¨²n no s¨¦ si se os han bajado, porque por ahora solo percibo cari?o. Yo amo a la audiencia, qu¨¦ quieres que te diga. Si no te ven es como tener un restaurante de pescado y que no vengan clientes, haces todo el trabajo, no ingresas un euro y tienes que tirar el producto.
Pues ahora va a pasar de millones de espectadores a muchos menos. ?Cu¨¢ntos son suficientes?
Cuando hablas a la c¨¢mara, ves un agujero negro, nunca sabes qui¨¦nes ni cu¨¢ntos hay detr¨¢s. El share, el que sean uno o un mill¨®n, le importa a quien paga el programa. Lo que me importa a m¨ª es que me sigan, que me pillen, que me entiendan.
Bueno, 'share' significa 'compartir'.
Exactamente, t¨ªa. Soy una mujer nueva y ese es mi nuevo share.
Vaya 'striptease' se ha marcado.
Pues s¨ª. Siempre me han gustado los stripteases de los dem¨¢s y ahora me ha llegado la hora. Al ver emitirse el primer programa me he sentido m¨¢s desnuda y expuesta que nunca, y me he dicho, '?hasta d¨®nde has llegado, Mercedes?'. Es un desnudo profundo, pero ¨²til. Me siento abrigada, cobijada por la gente, y merece la pena.
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