Oreja al oficio y la buena t¨¦cnica del novillero ?ngel T¨¦llez
Reses de Guadajira bien presentadas y de buen juego en un festejo interminable
Siete avisos y dos horas y cuarenta y cinco minutos de novillada. Interminable. Y por unas cosas o por otras, la tarde nunca termin¨® de coger vuelo. Se qued¨® todo a medias, incluso a menos de medias. Y alguien tendr¨¢ que explicar a los que llegan al escalaf¨®n de novilleros que no por mucho alargar las faenas se consigue el objetivo final. Todo lo contrario. Pasarse de faena es uno de los vicios actuales de la torer¨ªa y la consecuencia es que llegan los avisos, uno a uno, para hacer de algunas tardes pasajes tediosos y sin sentido.
De lo mejor de esta primera novillada, la presentaci¨®n de las reses de Guadajira. Un lujo de lote el que envi¨® a Valencia el ganadero. Con cuajo, con hechuras, bien armados. Y de juego m¨¢s que aprovechable los tres primeros. Bajaron nota los de la segunda parte del festejo. El cuarto, porque busc¨® las tablas antes de lo convenido; el quinto, porque fue castigado en exceso en varas, y el sexto, porque pareci¨® el m¨¢s endeble. Pero incluso estos dos ¨²ltimos, con sus posibilidades.
De los tres espadas, ?ngel T¨¦llez fue el mejor librado y el que m¨¢s puso para acercarse al ¨¦xito. A sus dos novillos dej¨® que los castigaran mucho en varas, pero el segundo tuvo el suficiente resuello para aguantar. Obediente en la muleta, aunque algo distra¨ªdo cuando la tomaba por el lado izquierdo, fue novillo al que T¨¦llez entendi¨®. El oficio, una buena t¨¦cnica y un concepto cl¨¢sico hicieron de la faena una labor con cierta consistencia. De saber por qu¨¦ daba cada paso y cada pase. No fue faena redonda, aunque s¨ª muy larga que pareci¨® pesar al final.
GUADAJIRA / CERVERA, T?LLEZ, DE MANUEL
Novillos de Guadajira, de excelente presentaci¨®n, con mucho cuajo los tres ¨²ltimos. Mansitos en el primer tercio, pero de buen juego los tres primeros. M¨¢s parados los dem¨¢s.
Juan Cervera: pinchazo ?_aviso_ media tendida, descabello _2? aviso_ y descabello (silencio); pinchazo _aviso_ dos m¨¢s, dos descabellos _2? aviso_ y cuatro descabellos (silencio).
?ngel T¨¦llez: pinchazo _aviso_ y estocada (vuelta al ruedo); media estocada _aviso_ (oreja).
Francisco de Manuel: dos pinchazos y estocada (palmas); pinchazo y media _aviso_ (silencio).
Plaza de Valencia, 11 de marzo. 2? de Fallas. Menos de media entrada.
Mucho castigo recibi¨® el quinto, que lleg¨® algo protest¨®n y berre¨®n a la muleta. Pero tuvo buen fondo a pesar de que nunca acab¨® de entregarse. T¨¦llez volvi¨® a echar de oficio en otra faena larga. No hubo ligaz¨®n, aunque s¨ª muletazos sueltos de corte cl¨¢sico. Porf¨ªa, insistencia y posici¨®n de torero ya preparado para empresas mayores. Breve con la espada, con media que bast¨®, sirvi¨® para llevarse el ¨²nico trofeo de la tarde.
Muy asentado en la arena el debutante Francisco de Manuel en el tercero de la tarde. Siempre con la idea de poner verdad en todo lo que hac¨ªa. Bien colocado, trat¨® de profundizar en cada muletazo con la suerte cargada ante un novillo que manse¨® en el primer tercio, pero que fue excelente para la muleta. El punto negativo lo tuvo antes cuando cogi¨® las banderillas, con m¨¢s pena que gloria. Y tampoco la espada fue buena aliada.
El sexto fue el m¨¢s endeble de los seis. En esta ocasi¨®n dej¨® a sus banderilleros Fernando S¨¢nchez y Juan Carlos Rey que cogieran los palos y acert¨®: buen segundo tercio por el que tuvieron que saludar ambos lidiadores. El novillo de Guadajira lleg¨® algo frenado a la muleta, corto de embestida tambi¨¦n. Francisco de Manuel intent¨® repetir el concepto de su primero, pero la cosa no estaba para ello. La faena no alcanz¨® vuelo y el resultado final fue casi la nada.
Juan Cervera reapareci¨® en Valencia despu¨¦s de ocho a?os retirado de la profesi¨®n por cuestiones personales. Le molest¨® algo el viento en su primero, aunque tampoco logr¨® el acople necesario ante un novillo con mucho celo en la muleta. En el cuarto, novillo que derrib¨® en la primera entrada al caballo, se repiti¨® pr¨¢cticamente la escena del primero. Pareci¨® m¨¢s asentado en principio, con mayor confianza, pero el novillo cant¨® muy pronto su mansedumbre, se fue a tablas, y Cervera, algo fr¨ªo de actitud, se pas¨® toda la faena en b¨²squeda de la embestida perdida de un novillo que nunca estuvo por la labor de ayudar. Muy deficiente con la espada, le llegaron hasta dos avisos en cada novillo.
Babelia
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