Ligero de equipaje
El relato crea una s¨®lida ilusi¨®n de la dificultad de ese existir hecho de cicatrizaciones, p¨¦rdidas y renuncias
Durante su encuentro con un psiquiatra, Gabriel Dahan, el protagonista de Maya, deja claro que su idea de la curaci¨®n no pasa por desvelar su alma a un desconocido tendido en un div¨¢n. Gabriel se niega a ser una v¨ªctima. O a que lo consideren como tal. Periodista de guerra, acaba de ser liberado tras largos meses de secuestro en Siria y su reingreso en la normalidad no va a ser f¨¢cil: el cautiverio ha dejado rastros en su piel torturada, pero lo m¨¢s relevante son las heridas que siguen dentro y que pertenecen al terreno de lo inefable.
MAYA
Direcci¨®n: Mia Hansen-L?ve.
Int¨¦rpretes: Roman Kolinka, Aarshi Benerjee, Alex Descas, Pathy Aiyar.
G¨¦nero: drama. Francia, 2018.
Duraci¨®n: 107 minutos.
Tanto el actor Roman Kolinka, que encarn¨® al estudiante politizado de El porvenir (2016), como la directora Mia Hansen-L?ve saben que lo inefable no es necesariamente incomunicable: el sint¨¦tico, preciso lenguaje cinematogr¨¢fico de la cineasta, capaz de dotar de resonante fuerza dos cruciales elipsis en este relato, y la interiorizada interpretaci¨®n del actor se al¨ªan para armar un relato complejo que solo parece responder a las elusivas directrices de lo humano. La manera de contar de Hansen-L?ve pone en evidencia hasta qu¨¦ punto esa ret¨®rica de arcos dram¨¢ticos, puntos de giro y din¨¢micas de redenci¨®n de la cultura del guion no es instrumento para desvelar las sutilezas de la vida, sino para amordazarlas e uniformizarlas. Instrumento para subestimar, entre otras cosas, esa inteligencia del espectador que la directora tiene en alto aprecio.
De nuevo, la capacidad de supervivencia se convierte en elemento de cohesi¨®n del discurso: el viaje a Goa de Gabriel tras una profunda experiencia de desconexi¨®n de lo cotidiano y lo afectivo en Par¨ªs no cobrar¨¢ la forma de un t¨®pico renacimiento espiritual, porque, sin necesidad de enfatizar nada, todo se revelar¨¢ mucho m¨¢s complicado. Viaje no necesariamente reconciliatorio al origen, reencuentro con un paisaje en transformaci¨®n ¨Cun para¨ªso perdido, en definitiva: otro tema recurrente en Hansen-L?ve- y esbozo de un posible renacimiento sentimental, Maya es muchas cosas a la vez: entre otras, un matizado retrato de personajes, hecho de delicados trazos que esquivan todo t¨®pico en torno a la seducci¨®n por el exotismo en lo referente al personaje del t¨ªtulo. La resaca de la cultura hippie, sus da?os colaterales en la historia familiar y la especulaci¨®n tur¨ªstica tambi¨¦n se manifiestan en un relato que no es que quiera abarcar demasiado, sino que crea una s¨®lida ilusi¨®n de la dificultad de ese existir hecho de cicatrizaciones, p¨¦rdidas y renuncias.
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