Gerald Brenan, la mejor manera de contar Espa?a
Un nuevo libro re¨²ne escritos desconocidos del escritor brit¨¢nico, autor de obras maestras como 'Al sur de Granada' o ¡®El laberinto espa?ol¡¯
Su mejor bibliograf¨ªa fueron los caminos. Gerald Brenan pate¨® Espa?a como un peregrino sistem¨¢tico y la cont¨® como muy pocos a lo largo del siglo XX. Cre¨® escuela de hispanistas pero fue autodidacta y de esa pasi¨®n azarosa al principio y absolutamente comprometida al final de sus d¨ªas, surgieron obras maestras como El laberinto espa?ol o Al sur de Granada. Son dos libros aun de plena vigencia a los que ahora se une Cosas de Espa?a, una colecci¨®n de escritos y art¨ªculos bastante desconocidos del autor brit¨¢nico, publicados por F¨®rcola con pr¨®logo de Carlos Prager.
Cuando sobrevivi¨® a las trincheras en la Primera Guerra Mundial supo que no quer¨ªa morir despu¨¦s de aburrimiento. Eligi¨® las estrecheces a campo abierto de un pa¨ªs desconocido frente al ahogo de la comodidad sentado en un despacho que Londres le pon¨ªa en el horizonte tras la paz. Desembarc¨® en Espa?a con un sentido pr¨¢ctico absolutamente ingl¨¦s: crey¨® que le resultar¨ªa m¨¢s barato que Grecia o Italia. Si algo ten¨ªa claro es que el destino deb¨ªa ser el Mediterr¨¢neo. Recal¨® en el sur, con un mont¨®n de libros, poca muda y 25 a?os abiertos en canal por el optimismo y la curiosidad.
La saci¨® de tal manera que reflej¨® sus visiones en escritos sobre antropolog¨ªa, arte, historia, literatura, viajes, bot¨¢nica y gastronom¨ªa, pese a sus reservas ante el garbanzo: ¡°Esa bala amarilla que explota en el cuerpo produciendo varios cent¨ªmetros c¨²bicos de gas¡±, cont¨®. Conform¨® as¨ª un sistema de saberes que le permiti¨® ofrecer una de las m¨¢s brillantes visiones de Espa?a al mundo.
Fue el hispanista m¨¢s original del siglo XX¡±, asegura Carlos Prager, autor del pr¨®logo de Cosas de Espa?a
Tambi¨¦n una nueva manera de contar un pa¨ªs, v¨ªctima entonces del pesimismo derivado del 98 entre los suyos y del clich¨¦, o lo que es peor, las leyendas negras interesadas de los for¨¢neos. Brenan huy¨® desde que pis¨® la pen¨ªnsula de todo asomo de prejuicio y afil¨® la mirada hasta hacerla propia y a la vez justa con lo que se topaba. A todo encontr¨® una brillante explicaci¨®n que destrozaba t¨®picos y llenaba de razones las supercher¨ªas. Bien fueran encarnadas pos curas de una fealdad neutral, prostitutas que cobraban en especie, hechiceras que no eran conscientes de que volaban antes de que se construyeran puentes o pueblos incapaces de sacrificar un animal.
De ah¨ª salieron las obras maestras citadas, adem¨¢s de La faz de Espa?a o su Autobiograf¨ªa (Una vida propia, memoria personal). Tambi¨¦n sus estudios sobre los m¨ªsticos, con especial atenci¨®n a San Juan de la Cruz, a quien dedica dos cap¨ªtulos excepcionales en el nuevo libro donde encontramos otros acerca de Cervantes, el Museo del Prado o una muy entregada peregrinaci¨®n al Roc¨ªo.
La prosa es aguda, divertid¨ªsima, ¨¢gil, clara y moderna. Fiel a esa impronta propia, sin amaneramientos, que le ha convertido en uno de los mejores cronistas del pa¨ªs donde recal¨®. ¡°Adem¨¢s de ser bastante descriptivo, como lo fueron los predecesores brit¨¢nicos como Richard Ford o George Borrow, abarca a Espa?a desde las ideas, a partir de un sentido hist¨®rico poderoso, al que se le suman, siempre con hondura, la pol¨ªtica, la sociolog¨ªa y la literatura entre otros muchos aspectos¡±, comenta Pranger.
Brenan mantiene un equilibrio ¨²nico entre lo culto y lo popular: ¡°Por eso fue el hispanista m¨¢s original del siglo XX¡±, a juicio del encargado de esta edici¨®n. ¡°Viv¨ªa dentro del pa¨ªs, pero como una especie de persona interpuesta, un observador privilegiado que, adem¨¢s, contaba con un poderoso sentimiento rom¨¢ntico, algo que le implic¨® emocionalmente y le impuls¨® a escribir¡±.
Tard¨® tiempo en lograrlo pero hall¨® un perfil propio distinto: tan cristalino como eficaz. ¡°Viaja mediante la palabra, siempre entre el detalle y la abstracci¨®n¡±
Fue cercano al grupo de Bloomsbury, relat¨® de manera magistral la visita que le hicieron, entre otros, Lytton Strachey o Dora Carrington y m¨¢s tarde Virginia Woolf, en Al sur de Granada. Pero fue un autor tan meticuloso como tard¨ªo: ¡°Se faj¨® con tes¨®n hasta lograr una prosa que estuviese capacitada para albergar su memoria prodigiosa y una capacidad torrencial con que elaborar ideas, im¨¢genes, analog¨ªas o met¨¢foras¡±.
Tard¨® tiempo en lograrlo pero hall¨® un perfil propio distinto: tan cristalino como eficaz. ¡°Viaja mediante la palabra, siempre entre el detalle y la abstracci¨®n¡±, asegura Pranger. En perfecta comuni¨®n interior junto a ese misticismo con el que se identificaba. Entregado a su austeridad y al vagabundeo que acababa recalando en arcadias directamente conectadas con otros milenios, como Yegen, en las Alpujarras. ¡°Espa?a le ofreci¨® eso. Desde muy joven estuvo fascinado con las figuras de Teresa de Jes¨²s, Juan de la Cruz, y con las vidas de los santos en general. Adem¨¢s, esa vida austera, muy conectada con el dolor, ser¨ªa el camino m¨ªstico para lograr lo que ¨¦l consideraba una exacerbaci¨®n de la conciencia¡±.
Probablemente lograra en vida sus elevaciones del alma. Pero en cuanto a su cuerpo, es otro cantar. Don¨® su cad¨¢ver para la ciencia. Pero la impericia o quiz¨¢s un exceso de reverencia ante don Geraldo, como lo llamaban, lo mantuvieron sin cumplir su fin. Fue apartado en un recipiente de formol durante 14 a?os en la Facultad de Medicina de la Universidad de M¨¢laga. ?Descuido o respeto mal entendido? ¡°Anduvo muchos a?os olvidado, o m¨¢s bien, creo, que nadie se atrevi¨® a tocarlo por tratarse de un escritor famoso¡±, apunta Pranger. Finalmente fue enterrado en 2001 en el cementerio ingl¨¦s de M¨¢laga.
Brenan goz¨® en vida y tras su muerte de mucha reputaci¨®n. Fue precursor y maestro de hispanistas de referencia: Hugh Thomas, Raymond Carr, Ian Gibson, Paul Preston... Sin embargo, en las ¨²ltimas d¨¦cadas, ha sufrido cierto declive. ¡°Se olvidan muchas de sus aportaciones, o quiz¨¢ la Espa?a ya desarrollada no lo quiera aceptar ahora tanto¡±.
Aun as¨ª, conviene resguardarlo en la memoria colectiva y en las estanter¨ªas de cada casa. Sus lecciones sobre esas tensiones perpetuas entre territorios o una izquierda que tiende a la divisi¨®n suicida en contraposici¨®n a la derecha merecen un concienzudo repaso. Cierta equidistancia bien informada, su sentido de la pausa y la reflexi¨®n: ¡°El espejo retrovisor que nos proporciona. Por m¨¢s que creamos que son fen¨®menos recientes, me encantar¨ªa hoy hablar con ¨¦l acerca del nacimiento de Podemos a partir del 15M, del llamado Proc¨¦s, de la aparici¨®n s¨²bita, o no tanto, de Vox. Acerca de todo eso, pero en otro contexto y con otros actores, ya escribi¨® a su manera Gerald Brenan¡±.
Lo hizo asombrado por un pa¨ªs muy alejado en su concepci¨®n vital del suyo, donde, seg¨²n refleja en Al sur de Granada, se cultivaba al tiempo el sentido po¨¦tico y el de la realidad. Un pa¨ªs que le debe la lecci¨®n de c¨®mo construir la mejor manera de ser contado.
Babelia
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