Jan Lauwers lleva a escena los horrores del siglo XX
El influyente director belga presenta en Madrid su rompedora adaptaci¨®n de la novela ¡®Guerra y trementina¡¯, de Stefan Hertmans


Jan Fabre, Jan Lauwers, Guy Cassiers, Ivo van Hove, Alain Platel. Son los cinco grandes patriarcas de la escena europea de vanguardia. Comparten una cualidad que los ha convertido en figuras de referencia internacional: una concepci¨®n del teatro como espect¨¢culo total, h¨ªbrido, sin l¨ªmites, m¨¢s all¨¢ de los textos dram¨¢ticos convencionales. Todos nacieron en B¨¦lgica, rondan los 60 a?os y ejercen su padrinazgo como asesores de creadores m¨¢s j¨®venes en el influyente Toneelhuis de Amberes, que dirige el propio Cassiers.
Ayer uno de estos popes, Lauwers, viaj¨® a Madrid para preparar el estreno este jueves en los Teatros del Canal de Guerra y trementina, la ¨²ltima producci¨®n de su famosa compa?¨ªa Needcompany, una adaptaci¨®n de la novela del mismo t¨ªtulo del tambi¨¦n belga Stefan Hertmans, muy alabada por la cr¨ªtica cuando se public¨® en 2013 y traducida por fin al espa?ol por Anagrama el pasado oto?o. Con las entradas agotadas desde hace meses, pues solo se han programado dos funciones, este nuevo trabajo de Lauwers conmovi¨® en su estreno la temporada pasada por su manera f¨ªsica y salvaje de trasladar a la escena una epopeya de 400 p¨¢ginas que atraviesa los grandes acontecimientos del siglo XX, incluidos los horrores de las guerras mundiales.
Una de las razones que llevaron a Lauwers a llevar Guerra y trementina a escena es que tiene relaci¨®n con su propia vida. Hertmans cuenta la historia de su abuelo, que poco antes de morir le entreg¨® sus cuadernos de memorias, en los que relata su dura experiencia en la guerra, un amor frustrado y su b¨²squeda de consuelo como copista de grandes maestros de la pintura. El abuelo de Lauwers tambi¨¦n fue combatiente, copista y vivi¨® en una "lucha continua entre lo sublime, que era lo que m¨¢s anhelaba, y sus recuerdos de muerte y destrucci¨®n", como escribe Hertmans en su libro. "Ese dilema sigue vigente. A menudo se afirma que el arte tiene que volverse pol¨ªtico. Eso me parece una evoluci¨®n peligrosa. El arte siempre ha sido pol¨ªtico, pero cuando la pol¨ªtica se transforma en el fin del arte, entonces matamos el arte y acabamos con la belleza de la pol¨ªtica al mismo tiempo. El arte tiene que trascender a la pol¨ªtica", explica Lauwers por tel¨¦fono desde Bruselas, poco antes de viajar a Madrid.
Due?o de una imaginaci¨®n teatral desenfrenada, Lauwers ha construido una adaptaci¨®n radicalmente libre de la novela, con el benepl¨¢cito de Hertmans, en la que el narrador no es el abuelo sino la abuela. La interpreta de forma soberbia, seg¨²n la cr¨ªtica, la carism¨¢tica actriz Viviane de Muynck, que ya particip¨® en otra obra muy aplaudida de Lauwers, La habitaci¨®n de Isabella. ¡°El punto de vista femenino est¨¢ ausente en la historia. Necesitamos revisar el pasado tambi¨¦n desde esa perspectiva¡±, dice el director. "Entonces pens¨¦ en Vivian, con la que quer¨ªa volver a trabajar, y las dos cosas confluyeron. Y estoy encantado porque de repente tienes un punto de vista diferente al del libro. La adaptaci¨®n para teatro se convirti¨® en una obra de teatro, y no en una lectura del libro o una conferencia sobre el libro. Yo necesitaba tomar esa distancia para crear una obra de arte aut¨®noma", a?ade.
Solo habla ese personaje femenino durante la funci¨®n. Lo dem¨¢s es m¨²sica, danza, cuerpos chocando, una ic¨®nica enfermera de guerra, violencia y belleza. ¡°Deconstruyo la ilusi¨®n del teatro para crear una ilusi¨®n nueva. Pero no es una cr¨ªtica al teatro convencional. Trato simplemente de crear convenciones nuevas. No creo en la revoluci¨®n, sino en la evoluci¨®n¡±, advierte Lauwers.
?C¨®mo se imagina Lauwers la evoluci¨®n del teatro en el futuro? "En mi opini¨®n, camina en una direcci¨®n muy alejada de las nuevas tecnolog¨ªas. Yo creo que el teatro es una persona que presenta algo dirigido a otra, eso nunca va a cambiar. Si cambia ser¨¢ en los videojuegos, es otro oficio, yo no quiero juzgarlo. Pero para m¨ª el alma del teatro es la persona que est¨¢ sobre las tablas. A esa persona le est¨¢ permitido fracasar, digamos: tiene derecho a fracasar. Creo que el arte es un tiempo entre dos fracasos y necesitamos ese tipo de fragilidad: la fragilidad del cuerpo, de la voz. Para m¨ª, ah¨ª est¨¢ la belleza del teatro", responde el director.
Aprovechando la conversaci¨®n, es inevitable preguntarle a este director por qu¨¦ la generaci¨®n belga a la que pertenece ha dado al teatro tantos directores rompedores. Lauwers tiene clara la explicaci¨®n: "En este caso hay que diferenciar y hablar de la parte flamenca de B¨¦lgica. Hay diferencia porque en B¨¦lgica hay dos culturas, la franc¨®fona y la flamenca, que son distintas: la tradici¨®n flamenca parte del hecho de que hasta finales del siglo XX se nos prohibi¨® hablar nuestro idioma porque en la Segunda Guerra Mundial los flamencos colaboraron con los fascistas alemanes. Ser flamenco se asociaba con la Alemania nazi y mi generaci¨®n, la generaci¨®n de posguerra, no estaba orgullosa de ser flamenca. O ser flamenco no era el objetivo. As¨ª que nos hicimos internacionales, tratamos de usar otro tipo de herramientas y destruir nuestra tradici¨®n. Negar nuestra condici¨®n de flamencos nos permiti¨® dar un paso m¨¢s, ir m¨¢s lejos, porque las identidades a veces pueden aprisionarnos. Al perderla, nosotros pudimos avanzar, hacer otra cosa. Es un punto de vista filos¨®fico complicado de explicar, pero creo que esto ocurri¨® porque negamos nuestro origen, por nuestra negaci¨®n de este tipo de nacionalismo. Quer¨ªamos romper las normas y romper las fronteras, eso fue lo que hicimos".
?Y qu¨¦ opina del teatro europeo? ?Hay algo que pueda llamarse "teatro europeo"? "Una pregunta muy pertinente¡ Creo que algo hay, gracias a festivales interncionales como el de Avi?¨®n, donde se mezclan muchas nacionalidades. Europa es muy importante. Debemos unirnos m¨¢s en las artes y defender m¨¢s a Europa en su diversidad. Es lo que debemos hacer la pr¨®xima d¨¦cada: aprender a trabajar juntos mejor. Es responsabilidad de todos los artistas".
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