John Adams: ¡°Los compositores han perdido mucho tiempo en la especulaci¨®n intelectual¡±
El creador estadounidense, precursor de la docu-opera, gana el premio Fronteras del Conocimiento
Hubo un tiempo en que los compositores decidieron romper el hilo emocional con el p¨²blico. Aquel divorcio dur¨® demasiado. Tanto que a punto estuvo de vaciar las salas de concierto cuando en los programas se inclu¨ªan ciertos nombres. Desde comienzos del siglo XX, en la segunda Escuela de Viena, hasta los a?os sesenta, muchos se empe?aron en reproducir los sonidos de un mundo en descomposici¨®n m¨¢s que apelar al sentimiento. Cuando John Adams (Worcester, Massachusetts, 1947) empez¨® a crear, quiso recomponer aquella distancia. Y ha dedicado su vida a ello con ¨¦xito. Por eso, este martes consigui¨® en Madrid el Premio Fronteras del Conocimiento (en su categor¨ªa de m¨²sica y ¨®pera), el mejor dotado ¡ª400.000 euros¡ª en Espa?a, concedido por la Fundaci¨®n BBVA.
¡°Soy un aglutinador¡±, coment¨® el galardonado. ¡°Mi m¨²sica convoca a los cl¨¢sicos, de Bach a Stravinski, pero tambi¨¦n al jazz y al pop o al rock¡±, asegur¨® en un v¨ªdeo enviado tras darse a conocer el fallo. Desde sus comienzos, Adams decidi¨® afrontar una transversalidad no carente de riesgos. Su obsesi¨®n era volver a conectar con cuanto m¨¢s p¨²blico mejor.
Se alist¨® en el minimalismo, desconfi¨® de propuestas rompedoras en boga en su pa¨ªs ¡ªque inclu¨ªan desde John Cage a Stockhausen¡ª, prefiri¨® prestar el o¨ªdo a melod¨ªas populares en voz y manos de Duke Ellington, Bob Dylan o Stevie Wonder, incluso a los mofletes irredentos que inflaban la trompeta de Miles Davis. ¡°Crec¨ª entre diferentes g¨¦neros. Quer¨ªa plasmar los sonidos que nos rodeaban a todos en mi pa¨ªs¡±.
¡°Para sobrevivir, la ¨®pera debe abordar temas que nos incumben. Para la m¨²sica, es el equivalente a una pel¨ªcula o una novela"
Y cuando Adams dice su pa¨ªs, se refiere tambi¨¦n al club de su abuelo en New Hampshire, donde toc¨® un buen pu?ado de grandes del jazz durante su infancia. De ah¨ª, Adams pas¨® a estudiar en Harvard y poco despu¨¦s cambi¨® de costa hasta California, en plena ebullici¨®n hippie de principios de los setenta. All¨ª vive hoy y disfruta del ¨¦xito de su ya apabullante carrera con t¨ªtulos en varios g¨¦neros.
Como la ¨®pera, donde ha triunfado con propuestas como Nixon in China o Doctor Atomic, t¨ªtulos con los que junto a un director de escena como Peter Sellars inici¨® una v¨ªa propia que se ha catalogado como docu-opera, en la que ¨¦l mismo se define como un creador pol¨ªtico. ¡°Para sobrevivir, la ¨®pera debe abordar temas que nos incumben. Para la m¨²sica, es el equivalente a una pel¨ªcula o una novela. Debe apelar a la conciencia colectiva, desde la pol¨ªtica hasta la preocupaci¨®n por las armas nucleares o el terrorismo¡±.
Siempre sin dejar de lado al sentimiento. ¡°La m¨²sica tiene la potencia de aglutinarlo m¨¢s que cualquier otra expresi¨®n art¨ªstica. No s¨¦ por qu¨¦, pero nadie puede vivir sin ella. Por eso he tratado de tener presente siempre ese v¨ªnculo de la emoci¨®n. M¨¢s cuando ha existido durante mucho tiempo la especulaci¨®n intelectual por encima de lo otro¡±, afirma Adams.
Es un aspecto que el jurado destac¨® especialmente en su trayectoria: ¡°Se aleja del compositor cient¨ªfico, intelectual, para buscar un artista comprometido con el p¨²blico, sin rigideces ni formalismos, que abre al m¨¢ximo su paleta emocional para volver a conectar con el p¨²blico¡±, explican en sus conclusiones.
Los miembros encargados de otorgar esta categor¨ªa han sido Joana Carneiro, presidenta del jurado y directora principal de la Orquesta Sinf¨®nica Portuguesa, Andrew McGregor, presentador de BBC Radio 3 (Reino Unido), Mauro Bucarelli, administrador art¨ªstico de la Academia Nacional de Santa Cecilia (Italia); V¨ªctor Garc¨ªa de Gomar, director art¨ªstico del Palau de la M¨²sica Catalana y Pedro Halffter Caro, director de orquesta y compositor. El premio ser¨¢ entregado el pr¨®ximo 15 de junio durante una ceremonia que tendr¨¢ lugar en el Palacio Euskalduna de Bilbao.
Babelia
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