Oscuro amor
La ¨²ltima novela de Gustavo Mart¨ªn Garzo es una sucesi¨®n de historias que se van engarzando con nexos tan coherentes como misteriosos
Con suma pericia o delicadeza, sin apenas notarse por qu¨¦ no se recurre a estridencias efectistas ni a trucos novelescos, en su ¨²ltima novela Gustavo Mart¨ªn Garzo nos traslada del per¨ªmetro de lo real al coraz¨®n del misterio, en un relato donde fluyen al par la min¨²scula y casi anodina vida cotidiana y la corriente sumergida de historias secretas y ocultas, recuerdos y olvidos, sue?os y silencios que en ocasiones afloran involuntariamente, como por efecto de un choque extra?o e imprevisto o un golpe de azar, entretejiendo en el relato el mundo de lo real-natural con las im¨¢genes que brotaban de los deseos y sentimientos m¨¢s ¨ªntimos. Todo ello resuelto en una sucesi¨®n de historias que se van engarzando con nexos tan coherentes como misteriosos.
El lugar o escenario que enmarca estas historias es un poderoso factor que potencia la alianza entre lo real reconocible y lo irreal o surreal latente, pues La rama que no existe transcurre en pueblos y parajes costeros de una comarca occidental c¨¢ntabra, donde se recorta un paisaje tan hermoso como sugerente, con el mar, la r¨ªa, los prados y los bosques h¨²medos y sombr¨ªos, donde puede escucharse el mar golpeando contra los acantilados, observar las bandadas de aves o vivir maravillado ¡°la hora de las cosas abandonadas¡±. El paisaje no es un objeto ornamental, sino un elemento revelador, pre?ado de sentido, que acompa?a a los personajes y expresa simb¨®licamente sus vaivenes y zozobras, la dualidad en que se agitan, cansados de ¡°tener una sola vida¡± y ¡°no escapar de lo que somos¡±, en contraste con los anhelos y deseos que duelen y perturban pero tambi¨¦n alientan.
La rama que no existe toma su t¨ªtulo de un cuadro de Eduardo Blanchard, un pintor reconocido en su d¨ªa que sin embargo vive ya retirado all¨ª, desenga?ado de todo y sin haber cogido los pinceles durante a?os para pintar alguno de sus singulares lienzos, poblados de personajes solitarios en actitudes cotidianas como el aseo o la lectura y a la vez envueltos en una atm¨®sfera de enso?aci¨®n y misterio. Cuando la joven profesora de literatura Claudia Serra se incorpora al instituto de la localidad, pronto se siente atra¨ªda por esa figura esquiva con quien vive una fugaz y oscura historia de amor, a trav¨¦s de la cual emerge un tr¨¢gico pasado. De esa historia es parcial testigo el profesor de ciencias, amigo y colega, depositario de las confidencias femeninas, y que, al modo de un naturalista, ir¨¢ anotando en un cuaderno. La novela va as¨ª configur¨¢ndose como una gavilla de historias que hablan de la vida y del amor, de necesidades y carencias, de la ?inasible felicidad, del sentimiento de culpa, del dolor, las promesas incumplidas, la muerte; historias cuyo sentido desconoc¨ªamos, como las que poblaban los cuadros de Blanchard, casi siempre protagonizados por mujeres o muchachas cuyos cuerpos presentaban una herida, una peque?a anomal¨ªa, una leve deformidad e incluso una amputaci¨®n; cuadros e historias que ¡°no explicaban nada, no serv¨ªan para entender el mundo¡±, pero hund¨ªan sus ra¨ªces en la vida y la expresaban con una belleza perdurable: la que nac¨ªa de su verdad, de creerlas posibles.
Y esa es la mejor traves¨ªa que puede regalarnos un escritor.
La rama que no existe. Gustavo Mart¨ªn Garzo. Destino, 2019. 176 p¨¢ginas. 17,50 euros.
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