Fuera de p¨¢gina
El arte impreso vuelve a agitar el pulso de la historiograf¨ªa m¨¢s convencional con un renovado esp¨ªritu inconformista y una apuesta por nuevos formatos
La idea es despeinar cualquier cosa asociada a la lectura ¨²nica. Salir de la p¨¢gina. Defender la edici¨®n como un laboratorio de ideas en el que se pueden gestar muchos de los grandes hallazgos que despu¨¦s descansan en las obras de arte consideradas de m¨¢s val¨ªa. Hablamos de libros de artistas, ediciones independientes, proyectos de autoedici¨®n, revistas-objeto, carteles, pegatinas y un sinf¨ªn de formatos h¨ªbridos y contaminados que escapan de lo com¨²n: de la fotocopia al manuscrito, del cartel a la hoja de mano, de la octavilla a la invitaci¨®n. Arte impreso lo llama Javier Maderuelo en su ¨²ltimo libro. Manifestaciones que suelen quedar hu¨¦rfanas en la historiograf¨ªa m¨¢s convencional y que reclaman otra idea de archivo alejada de las categor¨ªas cl¨¢sicas.
Dice Maderuelo que todo empez¨® con el collage. Era el a?o 1912 cuando los papiers coll¨¦s inauguraban una larga tradici¨®n de encolar hojas de peri¨®dicos, billetes de transporte, envoltorios de caramelos, sobres de cartas o anuncios publicitarios que justo hab¨ªan salido de la imprenta. Un a?o m¨¢s tarde, el poeta Blaise Cendrars hizo, con ilustraciones de Sonia Delaunay, La prose du Transsib¨¦rien, un libreto en formato de acorde¨®n donde forma y contenido comenzaban a volverse indisociables en ese terreno equidistante entre literatura y artes visuales. Esa puerta la abri¨® antes Mallarm¨¦ con Un coup de d¨¦s, liberando el libro de su tradicional disposici¨®n en la p¨¢gina. Un referente absoluto para lo que vino despu¨¦s: Marinetti y su Parole in libert¨¤, los tracks de los surrealistas, el letrismo para los dad¨¢s y hasta la Bo?te-en-valise de Marcel Duchamp.
En la edici¨®n independiente, hoy las etiquetas empiezan a quedarse cortas
Gracias a su inmediatez y su edici¨®n en serie, los artistas pronto llevaron la idea de arte impreso a una acci¨®n radical. Materializaron el desaf¨ªo a un sistema marcado por el elitismo y las jerarqu¨ªas propias de un incipiente libremercado art¨ªstico, al mismo tiempo que sirvieron como estrategia de comunicaci¨®n de ideas pol¨ªticas y est¨¦ticas al margen de los circuitos tradicionales. John Cage introdujo silencio y Fluxus muchas cajas, estuches o sobres, evitando el formato de libro encuadernado para propagar su gran ideal: el arte como actividad simple, carente de requisitos, masiva e id¨¦ntica a la experiencia de la vida. No estaban lejos de los libros de ZAJ, que, lejos de suscitar respuestas, ofrec¨ªan una permanente pregunta carente de interrogantes.
En aquellos a?os sesenta y setenta, mientras Lucy Lippard hablaba de la ¡°desmaterializaci¨®n del arte¡±, la edici¨®n se convirti¨® en un espacio de experimentaci¨®n conceptual, verbal y material. Los impulsos de artistas, movimientos, colectivos y otros agentes destinados a modificar el statu quo intelectual, art¨ªstico y pol¨ªtico se canalizaron en la producci¨®n de abundante material impreso. Ah¨ª se abri¨® otra genealog¨ªa que todav¨ªa hoy resuena: las publicaciones de Dieter Roth, Ed Ruscha, Ian Hamilton Finlay, Boltanski, Hanne Darboven, Richard Long, Lawrence Weiner, Peter Downsbrough, Hans-Peter Feldmann, Stanley Brown, Juan Hidalgo, Yoko Ono, Jos¨¦ Daniel Castillejo, Joan Rabascall, On Kawara, Eul¨¤lia Grau, Muntadas, Richard Prince, Isidoro Valc¨¢rcel Medina y un largo etc¨¦tera.
En 1975, Ulises Carri¨®n fund¨® en ?msterdam la librer¨ªa-galer¨ªa Other Books & So, el primer espacio dedicado a la presentaci¨®n y a la venta de este nuevo g¨¦nero nacido de la conmoci¨®n en las formas, las ideas y los medios. El propio Carri¨®n cre¨® numerosos libros de artista explorando la concepci¨®n y el lenguaje visual. Un fondo que est¨¢ hoy en el Archivo Lafuente, un absoluto referente en este campo. Aunque el arte impreso de la ¨¦poca no s¨®lo indag¨® en cuestiones de lenguaje. Unas veces fue fruto de acciones contestatarias y pol¨ªticas, como los carteles en torno al Mayo del 68 en manos de los situacionistas. Otras fueron producto de movimientos contraculturales que respond¨ªan a reivindicaciones raciales como las de Black Panther Party o de g¨¦nero como las de Barbara Kruger o las Guerrilla Girls.
Justo ArtsLibris reedita este a?o una de sus ic¨®nicas postales, en colaboraci¨®n con el colectivo feminista, para celebrar los 10 a?os de esta feria dedicada a los libros de artista. Tambi¨¦n para rescatar el peso de aquella emergencia underground de los setenta que se encuentra en la base de la nueva edici¨®n como soporte art¨ªstico. La producci¨®n de los ¨²ltimos 15 a?os tiene una deuda directa con esa tradici¨®n inconformista con el elitismo del mundo del arte y su esfuerzo por extender los canales de distribuci¨®n de lo art¨ªstico m¨¢s all¨¢ de las galer¨ªas y museos, saltando del mail art a las manifestaciones de la cultura sumergida, pasando por los zines y c¨®mics. Una oda al punk y al do it yourself que desplaza la idea de obra a la de proyecto y que marca mucha de la edici¨®n independiente hoy.
En los sesenta, las publicaciones fueron un espacio de experimentaci¨®n conceptual y material
Ah¨ª las etiquetas empiezan a quedarse cortas. Seguramente uno de los trabajos m¨¢s dif¨ªciles de encasillar sea el de Mariana Castillo Deball o el de Raimond Chaves & Gilda Mantilla. Estos ¨²ltimos lo dicen desde el t¨ªtulo de su exposici¨®n en CentroCentro: El calor derrite los estilos. Hablamos de c¨®mic expandido (Francesc Ruiz, Mart¨ªn Vitaliti), de flipbook (Javier Pe?afiel) y de postprint en aquellos proyectos que han abandonado el papel por el formato digital. De hecho, es la primera vez que ArtsLibris acoge cuatro de ellos: Continent (continentcontinent.cc), Avant (avant.org), dpr-barcelona (dpr-barcelona.org) y Brand New Life (brandnewlife.org). La actual crisis del cat¨¢logo de exposici¨®n tambi¨¦n aviva la urgencia de buscar nuevas ideas de la mano de un nuevo modelo de editor que se ha convertido en un ejemplo de autogesti¨®n y edici¨®n alternativa de las grandes empresas editoriales. A algunos les veremos estos d¨ªas en Libros Mutantes, la feria que re¨²ne lo m¨¢s experimental en el campo de la edici¨®n en La Casa Encendida: Belleza Infinita (Bilbao), Caniche (Madrid/Bilbao), La M¨¢s Bella (Madrid), Cru (Barcelona/Figueres), Crani (Figueres)...
A veces son los propios artistas los que promueven estas editoriales, como Biel Books de Gabriel Peric¨¤s, Lalavandera de Elena Aitzkoa y Ra¨²l Dom¨ªnguez o el Proyecto Alias de Dami¨¢n Ortega. Un campo libre y ancho por donde centros de arte y museos indagan en nuevos formatos, tambi¨¦n de exposici¨®n. Ejemplos son los Centros de Documentaci¨®n del Macba de Barcelona y de La Panera, esta ¨²ltima con exposiciones online sobre proyectos editoriales; el CGAC de Santiago de Compostela, el Museo Reina Sof¨ªa, espacios como Ivorypress y las revisiones hist¨®ricas que hace la Fundaci¨®n Juan March. Artium de Vitoria se suma a la reactualizaci¨®n con Exposici¨®n bibliogr¨¢fica. Trabajos que conquistan su lugar en los museos en tanto que libros de artistas y que convierten nuestras bibliotecas en peque?os museos.
Arte impreso. Javier Maderuelo. La Bah¨ªa, 2018. 235 p¨¢ginas. 20 euros.
Feria ArtsLibris. Barcelona. 26, 27 y 28 de abril.
Exposici¨®n bibliogr¨¢fica. Artium. Vitoria. Hasta el 19 de octubre.
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