Cat¨¢strofe sobre dos ruedas
La calidad de la animaci¨®n no solo herir¨¢ la sensibilidad del espectador con conocimiento de causa: tambi¨¦n exasperar¨¢ al p¨²blico infantil
Los cazadores de las emociones extremas com¨²nmente asociadas a las pel¨ªculas de serie B y Z saben que estos son malos tiempos para ese tipo de l¨ªrica. Hoy incluso la manufactura de subproductos tiene m¨¢s que ver con la identidad corporativa que con el azar, la libertad o la mera supervivencia. As¨ª lo demuestran la existencia de productoras como Asylum ¨Cespecializada en la confecci¨®n de pel¨ªculas autoconscientemente malas a partir de la f¨®rmula de servir insensatas hip¨¦rboles con precarios efectos digitales, verbigracia la saga Sharknado- o como la brasile?a V¨ªdeo Brinquedo, que tiene su joya de la corona en esa degradaci¨®n posibilista de Ratatouille (2007) que fue la indigente Ratatoing (2007). La empresa tambi¨¦n cuenta en su cat¨¢logo con su propia versi¨®n low-cost de Cars (2006): The Little Cars (2006), que ha alcanzado el dudoso honor de adelantar en el tiempo a su modelo en el lanzamiento de otras dos secuelas.
BIKES
Direcci¨®n: Manuel J. Garc¨ªa.
Animaci¨®n
G¨¦nero: comedia.
Espa?a, 2018
Duraci¨®n: 92 minutos.
Cineasta que debut¨® en la direcci¨®n adaptando las tonificantes historietas de Mique Beltr¨¢n en la insuficiente, pero honrosamente artesanal Marco Antonio, rescate en Hong Kong (2000), Manuel J. Garc¨ªa propone en Bikes otro extempor¨¢neo asalto a la memoria de Cars. Ser¨ªa interesante saber a qui¨¦n ¨Co a qui¨¦nes- debi¨® de parecer una buena idea dar luz verde a este proyecto que, partiendo de una iniciativa cuestionable, sigue tomando las peores decisiones posibles hasta el final de su metraje. Por lo menos, la celeridad en la ejecuci¨®n de los productos de V¨ªdeo Brinquedo abre la posibilidad de enga?ar a alg¨²n padre despistado ante la oferta de un top-manta, pero Bikes llega con los suficientes a?os de retraso como para que nadie la confunda con el producto original.
El planteamiento de producci¨®n no es tan desolador como el de la firma brasile?a, pero la calidad de la animaci¨®n no solo herir¨¢ la sensibilidad del espectador con conocimiento de causa: tambi¨¦n exasperar¨¢ al espectador infantil. Que el dise?o de personajes precise inventar manos retr¨¢ctiles para que sus personajes puedan hacer algo ofrece la m¨¢s clara evidencia de que el punto de partida ya abr¨ªa la puerta a la cat¨¢strofe conceptual y est¨¦tica.
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