Dante Alighieri, todo un personaje
Marco Santagata construye a partir de una exhaustiva documentaci¨®n la novela de la vida del autor de la ¡®Comedia¡¯, al que atribuye grandes dosis de presunci¨®n, fervor combativo y mala leche
Puede darse por cierto que Dante asisti¨® en septiembre de 1313 a las exequias de Enrique VII en la catedral de Pisa. El emperador hab¨ªa muerto un mes antes, seg¨²n los rumores, porque su confesor le hab¨ªa hecho comulgar con una hostia envenenada (o, en la Comedia, por obra de unas misteriosas suppe). Para evitar la descomposici¨®n, al cad¨¢ver le hab¨ªan extra¨ªdo las entra?as y lo hab¨ªan hervido con vino y esencias.
Ah¨ª, en la catedral, el Alighieri tuvo que sentir que sus sue?os se ven¨ªan abajo como un castillo de naipes. Enrique hab¨ªa llegado a traer la paz a Italia, acabando con los reg¨ªmenes se?oriales y la prepotencia de la Iglesia y restableciendo la concordia entre el sol del papado y la luna del Imperio. Llegaba con el perd¨®n para todos los que implorasen misericordia, sin distinci¨®n de bandos, con la devoluci¨®n de los bienes confiscados a sus leg¨ªtimos propietarios y sin menoscabo de la autonom¨ªa de las ciudades (por m¨¢s que el proyecto de reforma monetaria pudiera inquietar en la capital financiera, la ciudad del flor¨ªn). Para Dante era el fin del destierro, con cuanto ello significaba, y la recuperaci¨®n del oficio de secretario y la oportunidad de poner sus competencias al servicio de g¨¹elfos ¡°blancos¡± y gibelinos.
Ahora, con esa muerte impensada, el ej¨¦rcito imperial y los que se le hab¨ªan unido se disuelven, los exiliados se disgregan, y a ¨¦l le cumple otear diferentes horizontes. Pero si algo tiene es la capacidad de reinventarse, de mudar opini¨®n meditando los cambios de circunstancias. Despu¨¦s de un decenio de contactos con familias feudales y tras las esperanzas de otra organizaci¨®n de la sociedad y del mundo de acuerdo con el proyecto de Enrique VII, Dante, el que todo lo juzgaba desde un punto de vista estrictamente florentino, el escritor que cifraba la nobleza en el ¨¢nimo y en la pertenencia al selecto c¨ªrculo de la cultura, prosigue su carrera de hombre y de literato ¡°arrog¨¢ndose una muy dudosa nobleza de sangre [...] y contempl¨¢ndola como centro ideol¨®gico, estilo de vida y programa pol¨ªtico¡±.
Elijo, un poco al azar, ese momento de la trayectoria del Alighieri para insinuar, con el resumen de algunas p¨¢ginas, la plenitud y la riqueza del libro que le ha dedicado Marco Santagata. No hay aspecto que se le escape y que no trence con los otros de cada tema: las incidencias y las vivencias particulares; los episodios p¨²blicos en su dimensi¨®n pol¨ªtica general, en sus varios protagonistas y en el talante con que el poeta los enfrenta, a corto y a largo plazo; punto por punto, los textos propios y ajenos que hacen al caso¡
Dante. La novela de su vida. El t¨ªtulo doble est¨¢ m¨¢s que justificado. Santagata no es solo uno de los m¨¢ximos estudiosos de la literatura italiana, antigua y moderna (pero en especial del Trescientos), sino adem¨¢s un acreditado novelista (y en esa condici¨®n ya conocido en Espa?a por Tal mujer enamorada y El maestro de los santos p¨¢lidos). La documentaci¨®n que maneja es exhaustiva, pero en las muchas lagunas que ella no cubre, cuando toca recurrir a la conjetura, nuestro autor procede con la exquisita verosimilitud de un narrador del realismo cl¨¢sico y con su misma fluidez de prosa.
Magistrales son en especial los retratos que va pintando del car¨¢cter y los humores dantescos, desde las huellas de la epilepsia hasta la presunci¨®n, el fervor combativo, los acentos prof¨¦ticos y la mala leche. El gran proscrito no sabe escribir una p¨¢gina en la que ¨¦l no est¨¦ presente, que no se cargue de resonancias autobiogr¨¢ficas: pero conviene entender que no siempre es la persona, sino a menudo el personaje (y aun como exemplum). Esta novela de una vida lo explica de maravilla y, por ah¨ª, es imprescindible para hacer justicia a toda la producci¨®n de Dante. Dan ganas de repetir, mutatis mutandis, el juicio (oral) de Jorge Luis Borges: ¡°Si le interesa la obra de Joyce, lea el estudio de Harry Levin o, en su defecto, el Ulysses¡±.
La Comedia tiende a elogiarse como conjunto, como monumental arquitectura, pero m¨¢s bien se disfruta en los detalles, por la bell¨ªsima intensidad, la armon¨ªa o el acierto epigram¨¢tico de multitud de versos (con frecuencia celeb¨¦rrimos:¡°La bocca mi basci¨° tutto tremante¡±, ¡°l¡¯avara povert¨¤ di Catalogna¡±, ¡°e caddi come corpo morto cade¡±). De ah¨ª que todas las ediciones y versiones comiencen por resumir ¡°el argumento de la obra¡±: las jornadas a la ultratumba, la estructura de sus tres reinos, la calidad de cada c¨ªrculo, etc¨¦tera. Pues bien, yo recomiendo al lector primerizo que pase volando por ese resumen, no se preocupe de tenerlo en mente y vaya picoteando en el texto y saboreando sin orden, a trocitos, sus incontables hallazgos. La visi¨®n global le surgir¨¢ si acaso en alg¨²n momento. El insufrible, nefasto Bembo, justamente alegado por Mic¨®, criticaba como errada la ambici¨®n de Dante que de hecho constituye su mayor logro: ¡°Escribir de cualquier cosa, aunque fuese poco adecuada para dicha en verso¡±.
Dante. La novela de su vida. Marco Santagata. Traducci¨®n de Giovanna Gabriele. C¨¢tedra, 2018. 528 p¨¢ginas. 28 euros.
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