La guerra de los j¨®venes poetas
¡®La lira de las masas¡¯, un ensayo de Mart¨ªn Rodr¨ªguez-Gaona, provoca la ira de las nuevas estrellas literarias por su retrato como fen¨®meno sociol¨®gico y mercantil, m¨¢s que art¨ªstico
Como si de un Juego de Tronos po¨¦tico se tratara, una nueva rivalidad generacional est¨¢ servida. De un lado, los siete reinos. De otro, los caminantes blancos. Elijan ustedes qu¨¦ bando otorgar a cada cual. En el caso de esta batalla entre la cr¨ªtica y la m¨¢s reciente hornada de poetas, tendr¨ªamos por un lado a los representantes de la ciudad letrada y del otro a los prosumidores. Son los t¨¦rminos pol¨¦micos que ha utilizado el poeta y cr¨ªtico Mart¨ªn Rodr¨ªguez-Gaona (Lima, 1969) en su ensayo La lira de las masas, publicado en P¨¢ginas de Espuma: un retrato a menudo cruel de los creadores millennials que han transformado la estructura y el mercado del g¨¦nero en espa?ol. Sus conclusiones les han levantado en armas.
Los cambios en los paradigmas de la literatura siempre generan cr¨ªticas. En este caso, creo que algunas de las opiniones negativas hacen m¨¢s ruido que bulto Elvira Sastre
Rodr¨ªguez-Gaona consigui¨® con esta obra el X Premio M¨¢laga de Ensayo. Se trata del primer estudio destacado sobre el fen¨®meno que lleva asombrando y desconcertando al mundo del libro y la creaci¨®n literaria en los ¨²ltimos a?os. Fue cuando empezamos a o¨ªr los nombres de Elvira Sastre, Loreto Sesma, Luna Miguel, Irene X, Marwan o Defreds¡ Ellos solitos, sin haber enviado un ejemplar a una editorial con sus poemarios, por medio de la autopromoci¨®n en internet, consiguieron que fueran las editoriales en su busca a colmarles de ofertas.
Se hab¨ªan cargado sin ser apenas conscientes de ello la rueda y el entramado cl¨¢sico del negocio. Hab¨ªan tumbado el sagrado veredicto de las jerarqu¨ªas y de aquellos jueces an¨®nimos que decid¨ªan qui¨¦n val¨ªa y qui¨¦n no, mientras llenaban auditorios en Espa?a y Am¨¦rica. La poes¨ªa pas¨® de fen¨®meno viral y multitudinario en las redes, adem¨¢s de oral en grandes citas, a vender decenas de miles de libros en el mercado tradicional. Obras de figuras emergentes que no hab¨ªan llegado en su inmensa mayor¨ªa a los 30 a?os y ya convocaban en torno a ellos multitudes.
¡°A inicios de los setenta, el prosumidor fue concebido por Marshall McLuhan, aunque ser¨ªa nombrado por Alvin Toffler una d¨¦cada despu¨¦s en La tercera ola. Es quien consume y produce mensajes medi¨¢ticos, simult¨¢nea y masivamente, gracias a las facilidades de la tecnolog¨ªa, a la cual termina por influenciar por su constante interactividad¡±, comenta Rodr¨ªguez-Gaona.
Los nuevos poetas son para ¨¦l, esencialmente, eso: prosumidores. El cr¨ªtico sostiene que m¨¢s que un fen¨®meno creativo se trata de una tendencia de mercado: ¡°La mayor¨ªa de los nativos digitales no es consciente, al igual que el resto de ciudadanos, de que la revoluci¨®n tecnol¨®gica corresponde a la hegemon¨ªa de un modelo econ¨®mico y a un dise?o de ingenier¨ªa social. La tecnolog¨ªa es ideolog¨ªa materializada¡±, sostiene.
Un entorno de espejismo donde se echa en falta una verdadera rebeld¨ªa, comenta Rodr¨ªguez-Gaona. ¡°Esta, desde hace mucho, es auspiciada como un simulacro asimilable al mercado s¨®lo si es superficial, deglutida en una tendencia de consumo. Todo esto propicia el ¨¦xito de las celebridades e influencers: publicistas, prescriptores comerciales, im¨¢genes en las que el discurso articulado verbalmente es m¨ªnimo¡±.
Es decir, que literatura, en ese entorno, siempre a su juicio, poca, m¨¢s all¨¢ de una etiqueta que ¨¦l mismo les aplica: poes¨ªa pop tardoadolescente. Un t¨¦rmino que se basa, seg¨²n describe Rodr¨ªguez-Gaona en el libro, ¡°por trabajar un lirismo primario, una sentimentalidad extrema, malditismo canalla y conflictos sociales pos 15-M¡±.
Imaginen ahora la reacci¨®n del otro lado. Bien es cierto que varios hablan de o¨ªdas y admiten no haber le¨ªdo el retrato del cr¨ªtico, ni quererlo leer. Pero se sienten realmente dolidos. ¡°Los cambios en los paradigmas de la literatura siempre generan cr¨ªticas. En este caso, creo que algunas de las opiniones negativas hacen m¨¢s ruido que bulto. Los lectores siguen leyendo y llenando librer¨ªas y eso tambi¨¦n deber¨ªa analizarse: por qu¨¦ antes no pasaba y ahora s¨ª¡±, dice Elvira Sastre.
Mi malditismo cool viene de una infancia en la que no ten¨ªa un pedazo de pan para llevarme a la boca Miguel Gane
A juicio de la poeta segoviana de 27 a?os, el ensayo de Rodr¨ªguez-Gaona se desliza por el lado arcaico: ¡°Olvida analizar muchos otros fen¨®menos m¨¢s interesantes, como que los libros de poes¨ªa est¨¦n en las listas de los m¨¢s vendidos, que la gente joven se haya reconciliado con el g¨¦nero o que exista una audiencia importante pagando por escuchar un recital de poes¨ªa. Me da la sensaci¨®n de que se queda en la superficie. Yo no he planeado nada, el ¨¦xito no forma parte de una conspiraci¨®n ni es lo que busco: escribo poes¨ªa y le gusta a la gente. No hay m¨¢s¡±.
Y en su caso, de manera global porque Sastre es una estrella en varios pa¨ªses de Am¨¦rica, como Luna Miguel (Alcal¨¢ de Henares, 1990). Ella despacha el ensayo de Rodr¨ªguez-Gaona con dos palabras: ¡°Superficial y enormemente aburrido¡±. Prefiere referirse a su generaci¨®n como un fen¨®meno de contagio donde constantemente se aprende de otros y en varias lenguas, no s¨®lo en espa?ol: ¡°Hoy m¨¢s que nunca siento que los j¨®venes autores est¨¢n en contacto con lo que se hace en otros pa¨ªses. Tal vez el primer nombre que se nos viene a todos a la mente sea el de Rupi Kaur, pero ah¨ª est¨¢n tambi¨¦n Danez Smith (Estados Unidos), Koleka Putuma desde Sud¨¢frica o C¨¦cile Coulon, en Francia. No s¨¦ c¨®mo definir mi generaci¨®n, pero definitivamente si s¨¦ que es una o son muchas o ninguna, y que por eso es imposible reducirla a un solo nombre, fen¨®meno de ventas o estilo¡±.
Un grupo compacto y disperso al que se juzga demasiadas veces con excesiva condescendencia y paternalismo, seg¨²n la zaragozana Loreto Sesma, de 23 a?os, ¨²ltimo Premio Ciudad de Melilla de poes¨ªa por Alzar el duelo (Visor). Seg¨²n la autora, a¨²n es demasiado pronto tanto para ensalzarlos como para condenarlos: ¡°Del mismo modo que nosotros debemos ser conscientes de que resulta necesario el filtro del tiempo para saber qui¨¦nes formaron parte de una moda y qui¨¦nes empezaron una trayectoria literaria, la cr¨ªtica debe atender a esa paciencia temporal. Es como si se juzga las capacidades atl¨¦ticas de una persona por c¨®mo gatea cuando es un beb¨¦¡±.
Pero quien m¨¢s contundente y beligerante se muestra contra el estudio de Rodr¨ªguez-Gaona es Miguel Gane. Con el poeta de 24 a?os y origen rumano, los calificativos suben de tono: ¡°Machista, envuelto en un halo de envidia y puritanismo, prepotente¡¡±. El ensayo, seg¨²n Gane, es grave para ellos, pero sobre todo para sus lectores: ¡°Una falta de respeto hacia ellos. Un los j¨®venes son imb¨¦ciles en forma de ensayo. Lo que contamos en Instagram o Twitter, no es lo que escribimos en nuestros libros. Creernos as¨ª de ingenuos demuestra soberbia y prepotencia, pero adem¨¢s una falta absoluta de lectura de nuestro trabajo. Mi malditismo cool viene de una infancia en la que no ten¨ªa un pedazo de pan para llevarme a la boca. Del racismo y la discriminaci¨®n sufrida muchos a?os y otros tantos problemas personales que ni le van ni le vienen¡±.
Babelia
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