Adi¨®s, mu?eco
No hay demasiadas sorpresas, pero s¨ª alg¨²n pico imaginativo y, sobre todo, una cierta honestidad artesanal bajo el volumen de las llamativas im¨¢genes de s¨ªntesis
Disc¨ªpulo confeso de Shigeru Miyamoto, creador de videojuegos como Super Mario, The Legend of Zenda y Donkey Kong, Satoshi Tajiri convoc¨® en la creaci¨®n del universo Pok¨¦mon ecos que ven¨ªan de muy lejos: sus personajes parec¨ªan la fusi¨®n de los yokai, criaturas sobrenaturales del folklore japon¨¦s, y los daemon, deidades tutelares de la cultura cl¨¢sica que tambi¨¦n recicl¨® el Philip Pullman del ciclo La materia oscura. Unos toques del imaginario del kaiju eiga, subg¨¦nero presidido por Godzilla, y la habilidad para modular la mec¨¢nica adictiva de la cultura del videojuego hicieron el resto, convirtiendo la idea original en centro de un universo tentacular que conseguir¨ªa extender el fen¨®meno m¨¢s all¨¢ de su c¨ªrculo natural ¨Ccomo ejemplific¨® la fiebre Pok¨¦mon Go- y no cerrar¨ªa la puerta a acoger ficciones mutantes como la que ahora inspira la primera producci¨®n cinematogr¨¢fica de imagen real de la franquicia.
POK?MON DETECTIVE PIKACHU
Direcci¨®n: Rob Letterman.
Int¨¦rpretes: Justice Smith, Ryan Reynolds, Kathryn Newton, Bill Nighy.
G¨¦nero: ciencia-ficci¨®n. Estados Unidos, 2019.
Duraci¨®n: 104 minutos.
Este Pok¨¦mon Detective Pikachu del mismo Rob Letterman que ya hizo un trabajo notable de s¨ªntesis de un c¨¦lebre imaginario de consumo con su eficaz Pesadillas (2015) ¨Csobre el universo literario de R. L. Stine- no es un mash-up entre el corpus de Tajiri y los c¨®digos del cine negro que parta de cero: en 2016, The Pok¨¦mon Company ya lanz¨® para Nintendo DS el juego de aventuras Detective Pikachu que, lejos del frenes¨ª acumulativo y coleccionista del fen¨®meno Pok¨¦mon Go, conced¨ªa voz a una de las figuras m¨¢s ic¨®nicas de esa mitolog¨ªa para proponer una mucho m¨¢s reposada din¨¢mica narrativa de resoluci¨®n de enigmas. La pel¨ªcula parte de esa idea, incuestionablemente seductora, para nutrir una trama que se apropia de muchos otros referentes y acaba demostrando, como en su d¨ªa hizo Pesadillas, que la sombra del cine-espect¨¢culo de los 80 sigue siendo alargada, quiz¨¢ porque su capacidad para contener el exceso, sin dejar con hambre de asombro al espectador, se sigue echando de menos en la era del blockbuster desaforado.
En un entorno urbano donde conviven humanos y pok¨¦mons ¨Cuna derivaci¨®n de la Toon Town de ?Qui¨¦n enga?¨® a Roger Rabbit? (1988)-, un joven y un Pikachu, dotado para desgranar una versi¨®n pre-escolar de la verba hardboiled, afrontan la resoluci¨®n de un caso que desvelar¨¢ algo esencial sobre sus propios or¨ªgenes e identidades. No hay demasiadas sorpresas, pero s¨ª alg¨²n pico imaginativo ¨Cel interrogatorio del mimo; las monta?as vivas- y, sobre todo, una cierta honestidad artesanal bajo el volumen de las llamativas im¨¢genes de s¨ªntesis.
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