Radiograf¨ªa del robo sist¨¦mico en Brasil

Existen varias maneras de seguir uno de los mayores casos de corrupci¨®n del mundo. Cabe informarse sobre la investigaci¨®n que ha sacudido los cimientos de buena parte de la pol¨ªtica latinoamericana, con sus tramas, subtramas, episodios dram¨¢ticos y giros inesperados, a trav¨¦s de la prensa tradicional. Y, al menos en Brasil, con los tuits de algunos de los protagonistas. Es una mara?a farragosa dif¨ªcil de seguir en detalle salvo para los especialistas. Pero tambi¨¦n se puede seguir a trav¨¦s de su versi¨®n condensada, dramatizada y de ficci¨®n, la serie O Mecanismo (titulada T¨²nel de corrupci¨®n en Espa?a) que el premiado director brasile?o Jos¨¦ Padilha ha hecho para Netflix. El estreno ayer de la segunda temporada del thriller pr¨¢cticamente ha coincidido con una de esas detenciones hace poco impensables que se van convirtiendo en rutina. Desde este jueves, Brasil vuelve a tener dos expresidentes entre rejas, Luiz In¨¢cio Lula da Silva y Michel Temer, en el poder hasta el 31 de diciembre. Mandatarios de distintos partidos, una de las claves del asunto, seg¨²n el director.

¡°Mi tesis es que nuestro robo es sist¨¦mico, ocurre a pesar del partido que asume el poder, y no tiene ideolog¨ªa. Ocurre en la izquierda y en la derecha¡±, explica Padilha en una entrevista por escrito. Es el director que familiariz¨® a la audiencia global con la polic¨ªa de R¨ªo de Janeiro en Tropa de ¨¦lite. ¡°Basicamente, defiendo que el funcionamiento democr¨¢tico brasile?o, desde su origen con Sarney y despu¨¦s Collor [primeros presidentes tras el fin de la dictadura en 1985], presupone la corrupci¨®n, el intercambio de una millonada en recursos p¨²blicos por financiaci¨®n electoral, y el enriquecimiento il¨ªcito de grandes proveedores del Gobierno, empresas y grandes bancos comerciales, y de pol¨ªticos del PMDB [partido de Temer], del PSDB [del expresidente Fernando Henrique Cardoso], del PT [de Lula]¡±. Es un mecanismo bien engrasado, de ah¨ª el t¨ªtulo original de la serie.

Todos los expresidentes vivos, salvo Cardoso, han sido investigados por el caso de sobornos que emana de Petrobras y que ha supuesto sin duda un terremoto pol¨ªtico en Brasil y en Per¨² con r¨¦plicas en las ¨²ltimas semanas y d¨ªas.

La nueva temporada lleva al espectador varios a?os atr¨¢s. A cuando Brasil ten¨ªa una presidenta que despu¨¦s ser¨ªa destituida ¡ªen lo que para Padilha fue ¡°un golpe¡±¡ª y el juez que dirig¨ªa las pesquisas era solo un cruzado anticorrupci¨®n (hoy es ministro de Justicia de Bolsonaro). En T¨²nel de corrupci¨®n, el polic¨ªa retirado Ruffo es el alma de una investigaci¨®n que dirige sobre el terreno la inspectora Verena contra los hombres m¨¢s poderosos de la pol¨ªtica y los negocios del pa¨ªs sin perder de vista a Ibrahim, un aparente secundario con un papel clave en el mecanismo que corrompe las entra?as del Estado. Ellos comparten protagonismo en estos nuevos ocho cap¨ªtulos con el ficticio Ricardo Brecht. El verdadero Marcelo Odebrecht, empresario due?o de la constructora de la regi¨®n, soborn¨® a buena parte de la clase pol¨ªtica latinoamericana.

Crear una producci¨®n de semificci¨®n sobre un caso judicial tan vivo supone un desaf¨ªo que Padilha asumi¨® al parir la serie, basada en un libro de Vladimir Netto. ¡°La Lava Jato estar¨¢ abierta mucho tiempo. Sobre todos los casos brasile?os que acabaron en el Supremo, que es la corte m¨¢s lenta del mundo para juzgar a pol¨ªticos y personas con inmunidad parlamentaria acusadas de corrupci¨®n¡­ de manera que no hab¨ªa posibilidad de esperar que acabaran las investigaciones¡±.

Aunque cualquiera que est¨¢ familiarizado con el caso judicial reconoce inmediatamente a los principales protagonistas reales en sus personajes de ficci¨®n, el grado de escrutinio de cada detalle, de cada frase, en Brasil es absoluto. En estos tiempos de desinformaci¨®n es importante para los implicados dejar claro qu¨¦ es real y qu¨¦ es ficci¨®n. La primera temporada fue muy duramente criticada por el Partido de los Trabajadores y enmarcada en la caza de brujas contra Lula, que amenaz¨® con llevar a Netflix a los tribunales.

El director recalca que no se arrepiente de c¨®mo ha retratado hasta ahora en la serie al juez Sergio Moro, que el pasado enero abandon¨® la toga para acompa?ar en el Gobierno al presidente Jair Bolsonaro como ministro. ¡°Moro es retratado de manera fiel a lo que hizo en esa ¨¦poca¡±, afirma para a?adir otro ejemplo: ¡°Quien vot¨® por Lula sindicalista, ?vot¨® por el sujeto que gobern¨® con Temer y particip¨® del Mensal?o [otro caso de corrupci¨®n] y el Petrol?o [este caso]? Ciertamente no. A esas alturas Lula a¨²n no hab¨ªa cometido los cr¨ªmenes¡±.

El caso real ha llevado a la reclusi¨®n de Lula y Temer, a Odebrecht, a un arresto domiciliario y en el episodio real m¨¢s dram¨¢tico, al expresidente peruano Alan Garc¨ªa al suicidio. Y a millones de latinoamericanos a una enorme desconfianza de toda la clase pol¨ªtica.