Jeff Koons, el artista del 1% m¨¢s rico
¡®Rabbit¡¯ convierte al escultor en el creador vivo m¨¢s cotizado. El r¨¦cord certifica la imparable expansi¨®n de un mercado multimillonario del que los museos est¨¢n excluidos
Jeff Koons volvi¨® a conquistar en la madrugada de ayer el trono del artista vivo m¨¢s cotizado. Fue durante una subasta organizada por Christie¡¯s en Nueva York. La escultura Rabbit (1986), una de sus piezas m¨¢s c¨¦lebres (y de su mejor ¨¦poca), fue adjudicada por 91,1 millones de d¨®lares (81,3 millones de euros). Era el lote estrella de la noche dedicada al arte de posguerra y contempor¨¢neo. La identidad del comprador, que se hallaba en la sala, se conoci¨® horas despu¨¦s: el marchante de arte Robert Mnuchin, padre del actual secretario del Tesoro de EE UU, Steven Mnuchin. Probablemente actu¨® en nombre de un cliente del que nada se sabe, m¨¢s all¨¢ de su probada capacidad adquisitiva.
La noticia, sumada a la plusmarca de la noche anterior (Meules de Monet se convirti¨® en el cuadro impresionista m¨¢s caro de la historia), gener¨® una fuerte conmoci¨®n en el mundo del arte, que dej¨® un reguero de interrogantes: ?La escalada de los precios del mercado no tiene fin? ?Se ha convertido el coleccionismo en el pasatiempo definitivo del 1% de s¨²per millonarios? ?En qu¨¦ lugar dejan estas cifras las posibilidades de los museos de incorporar nuevas piezas de creadores vivos de alto nivel?
El sector ha recibido con cierta sorpresa que el plusmarquista haya sido Koons, m¨¢s proclive a acaparar titulares ¨²ltimamente por acusaciones de plagio y pol¨¦micas como su intento de regalar una escultura, Bouquet of Tulips, a la ciudad de Par¨ªs que esta acab¨® rechazando. Y no es que sea un extra?o en la c¨²spide del mercado del arte. El anterior r¨¦cord para un artista vivo lo marc¨® con 90,3 millones de d¨®lares en noviembre David Hockney con Retrato de un artista. Piscina con dos figuras. Entonces desbanc¨® a¡ Koons, cuyo Balloon Dog (Orange) super¨® en 2013 los 58 millones.
Los grandes nombres nunca fallan, tampoco en ¨¦poca de crisis. El artista estadounidense es tomado por los analistas como un term¨®metro del mercado: cuando sus ventas est¨¢n bien, todo marcha mejor. En 2014, por ejemplo, marc¨® un hito en sus ventas anuales, al sumar cerca de 180 millones de d¨®lares en subastas. En los cuatro a?os de sequ¨ªa y recesi¨®n que siguieron, no super¨® los 60 millones. Para la publicaci¨®n especializada Artnet, la noticia de ayer corrobora su an¨¢lisis de que 2018 fue el a?o en el que el mercado del arte contempor¨¢neo volvi¨® ¡°con fuerza¡±.
Georgina Adam, periodista especializada en mercado del arte en The Art Newspaper y Financial Times, explica que parte de la raz¨®n del ¨¦xito de la pieza est¨¢ en que proviene de la ¡°famosa colecci¨®n de Si Newhouse¡±, fundador y l¨ªder durante medio siglo del emporio de la comunicaci¨®n Cond¨¦ Nast, propietario de Vogue, New Yorker o Vanity Fair. Muri¨® en 2017. ¡°Un adorno tan rutilante y redondo como ese se ha convertido en un must have de los multimillonarios¡±. Adam a?ade otro motivo: la lentitud a la hora de producir de Koons, cuyo taller de Nueva York ha llegado a emplear m¨¢s de un centenar de ayudantes (en 2017 registr¨® una severa reducci¨®n de plantilla). Esa parsimonia genera gran ansiedad entre sus compradores. ¡°Creo que quien lo ha adquirido ha visto la manera de obtener un koons directamente, ahorr¨¢ndose varios pasos. Su trabajo captura el signo de los tiempos: sus obras han demostrado ser excelentes inversiones, no se compran f¨¢cilmente y son un anuncio para el propietario de que tiene dinero. Trofeos en toda regla¡±.
Esa condici¨®n hace que no abunden en los museos. La ¨²nica instituci¨®n espa?ola que expone un koons (dos, en realidad) es el Guggenheim de Bilbao. El museo encarg¨® al artista, cuya carrera ech¨® a andar a finales de los setenta en Nueva York y eclosion¨® durante la explosi¨®n del mercado del arte en la d¨¦cada siguiente, la que tal vez sea su obra m¨¢s c¨¦lebre: el gigantesco perrito hecho de flores llamado Puppy. Cost¨® 1,2 millones de d¨®lares. Juan Ignacio Vidarte, director del museo bilba¨ªno, daba ayer por hecho que el centro nunca podr¨¢ volver a comprar una pieza de Koons (la otra que tiene la colecci¨®n pertenece a su serie de tulipanes de acero policromado). ¡°A los museos, que obviamente no compramos como inversi¨®n, nos toca desde hace 15 a?os ver el mercado del arte con inter¨¦s, pero como quien ve pasar algo inalcanzable. Hay mucho dinero y no est¨¢ necesariamente en Occidente. Las fortunas rusas, chinas o ¨¢rabes han trastocado las reglas del juego¡±.
Pura teor¨ªa econ¨®mica
Son esas nuevas concentraciones de dinero las que indican que al boom del mercado le queda expansi¨®n por delante. ¡°Por pura teor¨ªa econ¨®mica, nada puede subir infinitamente¡±, explica Adam, ¡°pero en este momento se da una circunstancia especial: la combinaci¨®n de un n¨²mero creciente de multimillonarios y la moda de las piezas-trofeo. Esa suma convierte el extremo superior del mercado en un acorazado a prueba de balas¡±.
A los dos hitos de esta semana, Koons y Monet, hay que a?adir las cifras de Buffalo II, de Robert Rauschenberg, que se subast¨® en la madrugada de ayer por 88,8 millones de d¨®lares, y de Spider, de Louise Bourgeois (32 millones). Ambas supusieron un r¨¦cord para cada uno de los artistas y contribuyeron a suministrar un bal¨®n de ox¨ªgeno a Sotheby¡¯s y Christie's, las dos principales casas de subastas del mundo, que han cerrado dos noches con las que olvidar los malos tiempos. La primera est¨¢ inmersa en un complicado proceso de renovaci¨®n interna. La segunda arrastra el tropiezo del Salvator Mundi, que tras su venta (y tras convertirse con su adjudicaci¨®n por 450 millones de d¨®lares en la obra de arte m¨¢s cara de todos los tiempos) no ha vuelto a salir a la luz p¨²blica, a la espera de que el Louvre certifique si es o no de Leonardo da Vinci. ¡°Las dos casas necesitaban estos buenos resultados para refundarse. Ahora Christie¡¯s vuelve a presentarse como un referente¡±, explica un asesor y coleccionista franc¨¦s, que prefiere no desvelar su nombre.
Otra experta espa?ola en mercado de arte contempor¨¢neo interpreta la simbiosis entre la casa de subastas y el artista como ¡°un excelente lavado de imagen¡±. ¡°Christie¡¯s ha usado a un Koons d¨¦bil, que estaba acosado por pol¨¦micas como la de Par¨ªs y lejos de sus plusmarcas, para relanzarlo y relanzarse¡±.
Hay una ¨²ltima derivada de la revancha de Koons, un artista que podr¨ªa construirse un rascacielos con las rese?as negativas que ha acumulado en los ¨²ltimos 30 a?os. ?Significa eso que la cr¨ªtica de arte ha perdido su influencia para aupar o hacer caer a este o aquel artista? Adam opina que s¨ª: ¡°Es preocupante esa p¨¦rdida de influencia. Lo peor ser¨ªa que la gente creyera que esos grandes precios implican que esas piezas son importantes en la historia del arte. Solo el tiempo dir¨¢¡±.
Babelia
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