La radical independencia

M¨¢s que una biograf¨ªa sobre un compositor e int¨¦rprete de aureola maldita, Blaze es una canci¨®n de amor al country & western. A la m¨²sica, pero sobre todo a su esp¨ªritu, a sus garitos, a sus leyendas, a su modo de vida, a su honestidad, intensidad, sencillez y ambiente rural. Una pel¨ªcula con estructura de canci¨®n, con un estribillo en forma de secuencia que sirve de hilo conductor, un empaque formal inequ¨ªvocamente a la americana, y compuesta por una estrella de la interpretaci¨®n que cuando se ha acercado a la direcci¨®n lo ha hecho desde la m¨¢s radical independencia. Al Ethan Hawke cineasta le estaba esperando el cantante maldito Blaze Foley, fallecido en 1989.

Esos dos estribillos, constantes en un relato de ida y vuelta, con continuos recodos y digresiones en su estructura, son la ¨²ltima actuaci¨®n en directo de Blaze antes de su muerte y una entrevista radiof¨®nica con Townes Van Zandt, ¨¦ste s¨ª, triunfador (a ratos) en vida a pesar de su inesperado fallecimiento, amigo personal, int¨¦rprete de algunas de las letras de Foley, y al que pone rostro con poder¨ªo en la mirada y voz rotunda otro cantante country: Charlie Sexton.

Historia de amor a una m¨²sica e historia de amor en s¨ª misma, con el relato rom¨¢ntico entre el cantante protagonista y su pareja, la pel¨ªcula de Hawke adquiere los matices del country gracias al bell¨ªsimo trabajo fotogr¨¢fico de Steve Cosens, de uniforme tono ocre con leves variaciones. Blaze es una pel¨ªcula ocre, del color de los le?os del bosque donde habita la pareja, de sus guitarras y violines, de la cerveza y el whisky de sus garitos, de las portadas de tantos discos de americana y country, de las ¡°flores muertas cada ma?ana¡± de la m¨ªtica canci¨®n de los Rolling Stones.

Sin concesiones al p¨²blico, Hawke, amante del cine de John Cassavetes, de su cercan¨ªa, agilidad y espontaneidad, como ya demostr¨® en su muy interesante ¨®pera prima, Chelsea Walls (2001), desarrolla su relato con una independencia de veras: en la duraci¨®n del metraje, en la cantidad de canciones, en la composici¨®n de sus an¨¦cdotas, en la poes¨ªa de sus textos. De modo que muy probablemente sea una obra especial¨ªsima para los seguidores del g¨¦nero, pero que puede hacerse cuesta arriba a los refractarios al country. Algo que ni a Blaze ni a Hawke les importar¨¢ en absoluto.