En un lugar dif¨ªcil
El C3A de C¨®rdoba repasa la producci¨®n de Leonor Serrano Rivas, escenarios que imbrican arte, teatro y movimiento
Hay multitud de espacios dif¨ªciles en la literatura. Unos ejemplos: Beckett en El despoblador (¡°Es el interior de un cilindro rebajado cuyas medidas son cincuenta metros de circunferencia y diecis¨¦is de altura por armon¨ªa. Luz. Su debilidad. Su amarillo. Su omnipresencia como si los casi ochenta mil cent¨ªmetros cuadrados de superficie total emitieran cada uno su luz. (¡) Suelo y muro son de caucho duro o similar. Golpeados con violencia con el pie con el pu?o o la cabeza apenas suenan. Es decir, el silencio del paso¡±). Borges, en La biblioteca de Babel (¡°Un n¨²mero indefinido, y tal vez infinito, de galer¨ªas hexagonales, con vastos pozos de ventilaci¨®n en el medio, cercados por barandas baj¨ªsimas¡±) y La casa de Asteri¨®n (¡°Asimismo hallar¨¢ una casa como no hay otra en la faz de la tierra¡±). El Centro de Creaci¨®n Contempor¨¢nea de Andaluc¨ªa (C3A) ha decidido contribuir, modestamente, a estos espacios temibles: est¨¢ construido como de hex¨¢gonos, en hormig¨®n armado, con tragaluces y con distintas alturas.
Se me ocurren muchas propuestas que se estrellar¨ªan contra el edificio. Justo por eso, esta exposici¨®n de Leonor Serrano Rivas, comisariada por ?lvaro Rodr¨ªguez Fominaya (director del centro), merece un comentario. Sue?o de la aventura apuesta por lo que pomposamente se llama ¡°experiencia inmersiva¡±: rodear al espectador y zambullirlo. Lo hace con habilidad. Tan pronto uno se despista se ve envuelto en v¨ªdeos con pretensiones escenogr¨¢ficas (¡°decorado¡± es una palabra fr¨ªvola) y de una cierta tramoya (esculturas de lat¨®n en las que se entrev¨¦n siluetas) muy convincente. Las esculturas alternan esas figuras silueteadas, el trazo y el vac¨ªo, generando formas que a veces se interrumpen y a veces se multiplican mediante reflejos. En ocasiones, ellas mismas est¨¢n suspendidas del techo, creando una sensaci¨®n de levedad (una idea muy explorada a lo largo de la exposici¨®n) muy singular. Este trabajo sobre los espacios, digamos, intersticiales adquiere una rotundidad admirable en la relaci¨®n entre El sue?o sigue la boca (de aquel que lo interpreta) (2018) y Sue?o de la boca (2018): el uno un v¨ªdeo en dos canales, en los que vemos a unos performers con unos recipientes de vidrio; el otro, unas esculturas formadas por varas met¨¢licas en las que se han colocado estos vasos. El continuo sonido del cristal, que salta de la pantalla a la sala, y la secuencia de luces con las que las piezas (transl¨²cidas y huecas) son alumbradas ofrecen al visitante un momento hermoso y po¨¦tico.
Sue?o de la aventura re¨²ne piezas de la producci¨®n de Serrano Rivas en los tres ¨²ltimos a?os. En la documentaci¨®n se alude a la obra de un soci¨®logo y a otras tantas referencias similares, todas ellas prescindibles para disfrutar de la exposici¨®n.
¡®Sue?o de la aventura¡¯. Leonor Serrano Rivas. C3A. C¨®rdoba. Hasta el 29 de septiembre.
Las obras de la artista apuestan por la ¡°experiencia inmersiva¡±: rodear al espectador y zambullirlo. Y lo hace con habilidad
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