?Ama de casa, yo?
Laura Freixas escribe con la valent¨ªa de sumergirse en su propia biograf¨ªa para abordar asuntos como la herencia machista, la tiran¨ªa de la belleza, el matrimonio, la maternidad y la ambici¨®n intelectual
El fil¨®sofo dan¨¦s S?ren Kierkegaard desarroll¨®, a mediados del siglo XIX, un pensamiento personal que se propon¨ªa salir al paso del sistema hegeliano, el cual, pese a la defensa suprema que hac¨ªa del esp¨ªritu, parec¨ªa negar el ser y el valor del individuo en favor de las totalidades. Podr¨ªa decirse que, culturalmente, nosotros venimos de la oposici¨®n Kierkegaard-Hegel, pues ambas posiciones generaron a su vez potentes doctrinas e ideolog¨ªas que atravesaron el siglo XX y todav¨ªa nos alcanzan. La verdad, sostendr¨¢ Kierkegaard, no se encuentra en los argumentos conceptuales, sino en el compromiso con la propia subjetividad. Y la mejor literatura autobiogr¨¢fica procede de este compromiso apuntado por el dan¨¦s, y antes formulado a su modo por Rousseau. Siempre he cre¨ªdo que esta era la mejor herramienta metodol¨®gica para juzgarla. No la ¨²nica, por supuesto, pero s¨ª la fundamental. Si no hay compromiso, cuando el sujeto tiende pertinazmente a la fuga, el pensar autobiogr¨¢ficamente resulta mucho m¨¢s dif¨ªcil.
Evoco al fil¨®sofo dan¨¦s para acercarme al nuevo libro de la escritora y feminista Laura Freixas. Un nuevo ejercicio autobiogr¨¢fico que a?adir a Adolescencia en Barcelona hacia 1970 y a sus dos entregas de diarios hasta la fecha, Una vida subterr¨¢nea (1991-1994) y Todos llevan m¨¢scara (1995-1996). Gracias a todo ello vamos conociendo ya con cierta profundidad el universo Freixas y su lucha por llevar una existencia aut¨¦ntica que la autora opone sistem¨¢ticamente a una existencia inaut¨¦ntica, ajena a su ideal de vida. La segunda se caracteriza por estar sometida al inter¨¦s, a la obediencia a unas convenciones que, trat¨¢ndose de una mujer, han sido y todav¨ªa son muy distintas a las de un hombre. La tiran¨ªa de la belleza, de la elegancia (cuando se procede de una familia de buena posici¨®n, y es su caso), del matrimonio como ¨²nica identidad relevante para la mujer, pues la fuente de su estatus social todav¨ªa proced¨ªa, en los a?os setenta y ochenta de los que habla, del acierto de su casamiento, son algunos aspectos que explican la dificultad de la construcci¨®n de una identidad femenina. Son aspectos que angustiaron mucho a la generaci¨®n de Freixas (y de ah¨ª la clave generacional de su autobiograf¨ªa anterior, con la que esta enlaza cronol¨®gicamente). La posibilidad de otro mundo m¨¢s aut¨®nomo era ya una l¨ªnea firme del horizonte, otros modos de realizaci¨®n personal se abr¨ªan camino con fuerza. Freixas se quer¨ªa muy lejos de la alienaci¨®n conyugal que ve¨ªa en las mujeres de su alrededor. Y de ah¨ª el t¨ªtulo del libro, A m¨ª no me iba a pasar. Es decir, yo (por la autora) no ser¨ªa una de esas mujeres de identidad borrosa, m¨¢s o menos forjada a la sombra de la ¨²nica voluntad que cuenta, la del marido y patria potestad de lo fungible y no fungible de una casa. La ¨²nica que proporcionaba hasta hace unos a?os el tan ansiado reconocimiento social. Y de alg¨²n modo, todos buscamos eso: ser vistos, ser considerados por los dem¨¢s, que nuestra labor merezca alg¨²n tipo de dignidad o de reconocimiento.
La angustia de la libertad y de la falta de ella es el tema que cruza la autobiograf¨ªa femenina espa?ola del siglo XX (Rosa Chacel, Mar¨ªa Teresa Le¨®n, Federica Montseny, Mercedes Formica, Lidia Falc¨®n¡) y esa angustia por ser, la honda melancol¨ªa derivada de la carencia de un verdadero lugar en el mundo ha constituido la principal preparaci¨®n mental y ps¨ªquica de la que han partido las mujeres a la hora de decidirse a romper su aislamiento existencial. Lo hacen ahora de forma n¨ªtida y asumiendo los riesgos que toda ruptura de la hegemon¨ªa conlleva. No siempre esa ruptura se practica con la delicadeza debida, es cierto (aunque al otro lado la delicadeza sea muy inferior y la contemos por muertes), pero por encima de todo es necesaria, es imprescindible para el futuro de la humanidad. Sin embargo, ?hasta d¨®nde puede llegar esa ruptura? ?Qu¨¦ hacemos con la maternidad, por ejemplo? ?C¨®mo se integra en la nueva autonom¨ªa femenina? La autora de A m¨ª no me iba a pasar es un mar de contradicciones: quiere y no quiere. Quiere el estatus, pero no sus servidumbres; quiere sentirse amada por un hombre pero necesita saberse igual a ¨¦l; quiere ser madre pero actuar con sus hijos como si fuera un padre (de los de antes); quiere ser escritora (eso por encima de todo) pero contando con que serlo le conllevar¨¢ dinero y reconocimiento. La autora, en fin, lo quiere todo porque es fruto de la herencia social que le inocul¨® su padre, acostumbrado a ser por el brillo del tener, pero tambi¨¦n es resultado de una herencia intelectual transmitida por su madre y que la conduce hasta el presente. Estas dos herencias moralmente entraron en disputa muy pronto y a ellas se vendr¨ªa a sumar la herencia biol¨®gica: es una mujer y la sociedad tiene determinados patrones establecidos para ella. En este libro, Freixas asume las tensiones que habitan en su interior (siempre lo hace), asume sus contradicciones, su desespero por ser, rechazando progresivamente lo que representa su marido: esto es, una vida mullida y segura.
?C¨®mo gestionar la ambici¨®n profesional cuando eres mujer y nadie espera que la tengas? La autora asume su sesgado punto de vista ¡ªcreo que es injusta con la opini¨®n que le merecen las amas de casa¡ª, y lo hace con una franqueza conmovedora. A Laura Freixas en A m¨ª no me iba a pasar la vemos de muchas formas, pero sobre todo la vemos valiente, con la valent¨ªa de sumergirse en la propia subjetividad para contar el largo y contradictorio camino hacia su ser actual, un ser sutilmente empoderado. Sin considerar si su personaje cae de pie. Se busca la verdad al modo kierkegaardiano. Y eso lo convierte en un gran libro.
A m¨ª no me iba a pasar. Laura Freixas. Ediciones B, 2019. 336 p¨¢ginas. 17,90 euros.
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