La SGAE vuelve a tumbar la reforma de sus estatutos
La presidenta, Pilar Jurado, no logra el voto a favor necesario de dos tercios de los socios y complica su posici¨®n al frente de la entidad y ante el choque con Cultura
Hay algo que tarde o temprano sucede en la vida de cualquiera y, sin embargo, la SGAE nunca encuentra: normalidad. La entidad de gesti¨®n de derechos de autor m¨¢s importante de Espa?a ha rechazado por tercera vez consecutiva la reforma de sus estatutos: pasan los presidentes, aumentan los porcentajes de apoyo, pero queda, id¨¦ntico, el desenlace negativo. Y el impasse. En la Asamblea General, convocada hoy lunes, el 62,78% de los socios vot¨® a favor de la modificaci¨®n propuesta por la responsable, Pilar Jurado; pero un cambio de tal calado precisa de una mayor¨ªa de dos tercios, un 66,7%, de ah¨ª que el consenso siga siendo insuficiente.
La reforma es una necesidad impuesta por una directiva europea y por la Ley de Propiedad Intelectual. Es, tambi¨¦n, una exigencia del Ministerio de Cultura y de la CISAC, el organismo que re¨²ne a las sociedades de gesti¨®n de todo el mundo y que el 30 de mayo expuls¨® de forma temporal a la SGAE. Es decir, tras el tercer intento, la entidad contin¨²a siendo incapaz de llevar a cabo una reforma a la que est¨¢ obligada por ley y por su propia supervivencia. Adem¨¢s, ante la en¨¦sima asamblea presentada como trascendental, la opci¨®n mayoritaria fue, en realidad, la indiferencia: expresaron su preferencia 1.356 socios, de los cerca de 18.000 con derecho ¡ªhay 120.842 socios, pero solo pueden participar los que recauden al menos una cierta cantidad¡ª.
El rechazo a los estatutos legitima el castigo de la CISAC a la SGAE, a la vez que refuerza la posici¨®n del Ministerio de Cultura y la opci¨®n de que termine retirando la licencia a la entidad. En febrero, el ministro, Jos¨¦ Guirao, solicit¨® a la Audiencia Nacional el visto bueno para intervenir ¡°al menos seis meses¡± a la SGAE. Se basaba en tres pilares: exig¨ªa a la entidad reformar los estatutos, introducir el voto electr¨®nico en todos los procesos electorales y arreglar los desajustes de su reparto, ya que la m¨²sica emitida de madrugada en la televisi¨®n logra desde hace a?os embolsarse millones, pese a no tener apenas audiencia. Esta trama, conocida como la rueda, est¨¢ siendo investigada por la justicia; a la vez causa una guerra entre editoriales de las propias cadenas, interesadas en mantener este sistema, y multinacionales, deseosas de recuperar su pastel perdido. En medio, los autores de uno y otro bando, y la entidad, desangrada en peleas internas.
La semana pasada, la Audiencia Nacional tumb¨® la petici¨®n de Cultura, por fallos formales, lo que supuso aire para Jurado, que reivindica que ya solucion¨® los otros requisitos del ministerio. Cultura recurri¨® la decisi¨®n, a la vez que baraja presentar una nueva tentativa ante otro juzgado o retirar la licencia a la SGAE. Para ello, no precisa de autorizaciones judiciales, ya que la entidad es un organismo privado pero que act¨²a bajo tutela p¨²blica. El fracaso de la Asamblea General devuelve vida a los argumentos de Cultura para intervenir, debilitados tras el no de la Audiencia Nacional.
La posici¨®n de Jurado, en cambio, se tambalea. Lider¨® una campa?a por los estatutos centrada en dos extremos: sacarlos adelante supondr¨ªa el primer paso hacia el para¨ªso; rechazarlos, el infierno. Desde que asumi¨® la presidencia en marzo, afirm¨® que la SGAE afrontaba ¡°la ¨²ltima oportunidad¡±. La mandataria insisti¨® en que tumbar la modificaci¨®n ser¨ªa ¡°terrible para los creadores¡±, porque herir¨ªa a la SGAE ante sus rivales privados, desde que la ley abri¨® en la primavera de 2018 la gesti¨®n del derecho de autor al libre mercado. Con los nuevos estatutos, entre otras cosas, tambi¨¦n se creaba un ¨®rgano de control, todos los socios ganaban el derecho al voto y representantes de las multinacionales pod¨ªan volver a sentarse en la junta directiva.
La presidenta consigui¨® una mejora ¡ªHevia, responsable en la anterior asamblea, en diciembre, obtuvo el 58% de los apoyos¡ª, y sacar adelante las votaciones de cuestiones para las que bastaba con la mayor¨ªa simple, como la aprobaci¨®n de la gesti¨®n de Sastr¨®n y Hevia el a?o pasado o las cuentas de 2017 y 2018, donde los ingresos subieron hasta 314 millones de euros. Aunque el eterno orden del d¨ªa de la asamblea, con hasta 12 asuntos por tratar, era la mejor prueba de la lista de deberes pendientes de la entidad. Tambi¨¦n se aprob¨®, con el 71,74%, el mandato a los responsables legales para seguir adelante en su choque judicial con Cultura. En definitiva, Jurado logr¨® quedarse m¨¢s cerca que nunca de la cumbre, pero no superarla. Como S¨ªsifo, la SGAE vuelve a precipitarse al punto de partida, y afronta otro escenario impredecible. El consuelo, al menos, es que est¨¢ m¨¢s que acostumbrada.
El futuro incierto de la presidenta
Tras la en¨¦sima asamblea en balde, cuesta adelantar el destino de la presidenta de la SGAE. Jurado puso toda la carne en el asador, pero no ha logrado que se cocinara en su punto. Ahora, est¨¢ por ver si incluso se le acaba quemando la barbacoa.
La mayor¨ªa de votos a favor muestra que Jurado tiene respaldo entre los socios. Sin embargo, sus opositores pueden levantar los gritos de "dimisi¨®n". Al fin y al cabo, el no a los estatutos ya les cost¨® el liderazgo a sus dos antecesores, Sastr¨®n y Hevia. Sobre Jurado, adem¨¢s, pende la? sombra de otro exmandatario, Eduardo Teddy Bautista. El exl¨ªder de Los Canarios est¨¢ a la espera de acceder a la junta directiva, ya que el compositor Fernando Ill¨¢n dimiti¨® y el siguiente candidato m¨¢s votado es Bautista. "Es probable", concedi¨® antes de la Asamblea sobre su regreso. Y siempre dijo que no volver¨ªa para calentar un sill¨®n sino para ser presidente. Mientras, Bautista tambi¨¦n aguarda para saber cu¨¢ndo se sentar¨¢ en el banquillo: se enfrenta a siete a?os de c¨¢rcel, por presunta apropiaci¨®n indebida, tras la operaci¨®n policial que en 2011 le apart¨® de la presidencia y por la que a¨²n no hay fecha de juicio.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.