Sotheby¡¯s saca a subasta la ¡®Papisa¡¯ perdida de Vel¨¢zquez
El rastro del retrato de Olimpia Pamphili, considerada la mujer m¨¢s poderosa de la Roma del siglo XVII, se esfum¨® casi tres siglos
La misma mirada dominante. Pero, donde Inocencio X revelaba sospecha y desconfianza, Olimpia Maidalchini Pamphili transmit¨ªa la curiosidad inteligente de la mujer que concentr¨® m¨¢s poder en la Roma del siglo XVII.
El retrato de la cu?ada (y, seg¨²n algunas versiones, amante) de aquel Papa, encargado por ella misma a Diego de Vel¨¢zquez durante su segunda visita a Italia, de 1649 a 1650, sale a subasta este mi¨¦rcoles en la galer¨ªa londinense de Sotheby¡¯s, con un precio inicial estimado de entre dos y tres millones de euros. El ¨²ltimo rastro registrado de la obra se remonta a 1724 y, desde entonces, se perdi¨® la pista de su paradero, hasta el punto de llevar a los expertos a la conclusi¨®n de que hab¨ªa podido ser destruida.
En los ochenta, resurgi¨® en el mercado de arte holand¨¦s, catalogado como un an¨®nimo de la Escuela Holandesa. Como tal fue entregado para subasta a Sotheby¡¯s de ?msterdam, donde las inscripciones cifradas en el reverso del lienzo llevaron a los expertos a sospechar que se trataba del retrato perdido. Un largo proceso investigador y de certificaci¨®n llev¨® a la conclusi¨®n de que la obra hab¨ªa salido de los pinceles de Vel¨¢zquez.
¡°Poco a poco, las piezas del rompecabezas fueron encajando. Todo el que la ve¨ªa estaba maravillado con esta obra, que se consider¨® perdida durante mucho tiempo, incluso destruida, y que ha acabado resurgiendo de sus cenizas¡±, explica James Macdonald, el especialista de Sotheby¡¯s en la pintura de los Antiguos Maestros. Aunque el retrato pueda ser adquirido por un particular, la previsi¨®n es que se acabe haciendo con ¨¦l alg¨²n museo importante.
La figura de Olimpia Pamphili despertaba admiraci¨®n y odio en su ¨¦poca. Influ¨ªa en la pol¨ªtica exterior del Vaticano, encumbraba o destronaba a los poderosos y participaba en cada una de las decisiones de Inocencio X.
Las admiradoras
¡°Muchos de los cardenales estaban horrorizados con ella. La llamaban 'puta' abiertamente y eran conscientes de que compart¨ªa el lecho con Inocencio X. Pero las mujeres la adoraban. Tuvo admiradoras que llegaban a Roma desde todo el orbe cat¨®lico y se apostaban a las puertas de su palacio, en Piazza Navona, para aclamarla cada vez que pasaba con su carruaje¡±, contaba esta semana a la BBC Eleanor Herman, escritora e historiadora estadounidense, autora del libro Mistress of The Vatican (La Amante del Vaticano).
El d¨ªa en que Giambattista Pamphili fue proclamado Papa, se dice que otro cardenal rival sentenci¨®: ¡°Acabamos de elegir a una Papisa¡±. Y las calles de Roma se llenaron de panfletos y carteles vejatorios que se refer¨ªan a ella como ¡°Papisa Olimpia I¡±.
Fue una mujer poderosa, que seg¨²n Herman nunca se lleg¨® a recuperar del intento de su padre de enclaustrarla en un convento y se conjur¨® para evitar el resto de su vida sufrir el encierro bajo la tiran¨ªa de los hombres. Se desvelaba por la suerte de las monjas y de las prostitutas de una Roma plagada en esa ¨¦poca de intrigas y corrupci¨®n. Y los pintores y escultores buscaban su apoyo y mecenazgo.
El Papa que sucedi¨® a Inocencio X, Fabio Chigi, quien pas¨® a ser Alejandro VII, ten¨ªa fama de incorruptible durante su mandato como Secretario de Estado y aborrec¨ªa a Olimpia. Orden¨® una investigaci¨®n para sacar a la luz todas las corruptelas y usurpaciones de la ¡°Papisa¡± de las joyas del Vaticano. Enviada al exilio, no pudo hacer frente a todas las acusaciones que se prepararon contra ella. La peste bub¨®nica, que azotaba Roma, la alcanz¨® en su palacio de las afueras a trav¨¦s de la picadura de un mosquito.
Abandonada por una servidumbre aterrorizada, Olimpia?Pamphili muri¨® en soledad el 26 de septiembre de 1657, a los 66 a?os.
La trayectoria oculta de una obra maestra
El cuadro de Olimpia Pamphili, pintado por Vel¨¢zquez en la misma ¨¦poca de apogeo en la que realiz¨® una obra cumbre como el retrato de Inocencio X, pas¨® por varias manos privadas hasta que se le perdi¨® el rastro. El nieto de la ¡°Papisa¡±, el cardenal Camillo Massimi, fue su primer propietario. Posteriormente, fue adquirido por Gaspar M¨¦ndez de Haro y Guzm¨¢n, s¨¦ptimo Marqu¨¦s del Carpio, que lleg¨® a acumular una colecci¨®n de hasta 1.800 obras de arte, incluidos seis cuadros de Vel¨¢zquez.
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