Reencuentro con la fragata de La Fayette
La bella y aventurera ¡®Hermione¡¯, una r¨¦plica de la cual navega desde 2014, protagoniza un ¨¢lbum de c¨®mic sensacional
Todo el mundo tiene sus barcos favoritos. Yo tengo una debilidad por el Cutty Sark, el famoso cl¨ªper, una maqueta enorme del cual, ensamblada por mi padre y exhibida en una gran urna de cristal, era lo primero que te encontrabas al entrar en casa, para ir creando ambiente. Tambi¨¦n siento como muy m¨ªo el Bismarck, de abatido orgullo, y otros nav¨ªos: el drakar Gran Serpiente,? el Atlantis, la Bounty, la Compass Rose, la Hispaniola, el Pequod, el Patna, la Perla Negra (las dos, la de Sparrow y la de mi cu?ado), el schooner ruso Demeter, cargado con cincuenta ata¨²des repletos de tierra transilvana, que eso s¨ª que es compa?¨ªa animada para navegar... Entre toda esa heterog¨¦nea flota preferida, figura la hermosa fragata francesa de tres palos Hermione, ¡°la fr¨¦gate de la libert¨¦¡±, a la que me une estrechamente un afecto nacido de haber podido observar como la constru¨ªan. No la original, claro, de 1779, sino la r¨¦plica exacta que se construy¨® en el mismo arsenal de Rochefort de la primera y que fue botada el 7 de septiembre de 2014.
La Hermione, de 32 ca?ones, como precisar¨ªa Patrick O¡¯Brian*, 26 de ellos de 12 libras (lanzaban balas de 6 kilos), tiene una bella historia: fue el barco en el que el marqu¨¦s de La Fayette, esa curiosa y aventurera (hasta fue mosquetero) mezcla de arist¨®crata y revolucionario, viaj¨® a Norteam¨¦rica en 1780 para unirse a los rebeldes de las colonias brit¨¢nicas y confirmar oficialmente el apoyo del Reino de Francia a su guerra contra Inglaterra y el env¨ªo de tropas. Nuestros destinos, el de la fragata y el m¨ªo, se unieron en abril de 2007 por pura casualidad. Durante un viaje a La Rochelle consegu¨ª arrastrar aviesamente a mi familia a la cercana Rochefort con el secreto prop¨®sito de visitar la casa de Pierre Loti, una maravilla llena de objetos ex¨®ticos en la que el escritor y oficial de marina, que sirvi¨® en el arsenal de la localidad, ech¨® el resto de su fetichismo orientalista y en la que no dej¨¦ de probarme su m¨¢scara de esgrima. Apurando mi suerte, llev¨¦ a todos mis acompa?antes luego a la Antigua Escuela de Medicina Naval y Tropical (1722), donde se formaba a los cirujanos de la armada (como el hermano de Loti, Gustave), se exhiben cr¨¢neos, el esqueleto de un grumete (lo que entusiasm¨® a los ni?os) y se documenta la terrible llegada de los verdaderos nav¨ªos fantasmas de la escuadra de Jean-Baptiste de La Rochefoucauld de Roye, duque de Anville, enviada en 1746 a reconquistar Louisburg en Canad¨¢ y que fue diezmada por el escorbuto y el tifus. Vimos tambi¨¦n el bonito cenotafio del explorador teniente Joseph Ren¨¦ Bellot, criado en Rochefort y ahogado en el ?rtico en 1853 al caer de un t¨¦mpano mientras participaba en la b¨²squeda de Franklin y sus hombres.
Cuando se aproximaba la hora de comer y en el grupo ya reinaban el descontento, el desasosiego y el esp¨ªritu de revuelta, los convenc¨ª para una ¨²ltima visita al arsenal. Y cu¨¢l no ser¨ªa nuestra sorpresa al ver que all¨ª estaba la fragata a medio construir (se empez¨® en 1997) y era visitable, previo pago de 6 euros (¡°plein tarif¡±). El espect¨¢culo, en el dique de carena del astillero, dentro de una gigantesca carpa, era sensacional. El barco ¨Cpara el que se usaron los planos de una fragata de la misma serie, la Concorde, ya que los de la Hermione no se conservan¨C ya ten¨ªa todo el casco y los puentes y pod¨ªas observarlo desde un andamiaje.
La Hermione era una fragata de gama alta, por as¨ª decirlo, r¨¢pida (hasta 15 nudos), manejable y bien armada. Y bell¨ªsima, no en balde su nombre era el de la hija ¨²nica de Menelao y Helena de Troya. Se la acab¨® de construir (entonces se tard¨® solo un a?o) precisamente cuando se le encarg¨® la misi¨®n a La Fayette, as¨ª que llevar al marqu¨¦s a Norteam¨¦rica fue su primer viaje. Result¨® una traves¨ªa muy aventurera, tuvo que hacer frente al mal tiempo dos veces y se enfrent¨® a corsarios enemigos pero finalmente desembarc¨® a su ilustre pasajero en Boston para cumplir su hist¨®rico prop¨®sito. La fragata realiz¨® entonces varias misiones de guerra para los revolucionarios, con ¨¦xito (captur¨® 5 barcos ingleses en 1781) y con la audacia caracter¨ªstica de su capit¨¢n, Louis-Ren¨¦ de Latouche-Tr¨¦ville, un verdadero marino de raza (y primo lejano de Josefina) del que se ha dicho que si no hubiera muerto prematuramente en 1804, enfermo, a bordo del Bucentaure como comandante de la escuadra de Tol¨®n, otro gallo hubiera cantado en Trafalgar (le sucedi¨® Villeneuve). La Hermione original tuvo tambi¨¦n un final desgraciado: se hundi¨® a causa de un error de navegaci¨®n del piloto al chocar en 1793 con los baj¨ªos de Four.
La nueva Hermione, que est¨¢ motorizada, dispone de lavabos individuales, sus ca?ones son de pega (no se puede tener todo) y ha tenido una vida marinera desde que no nos vemos. En 2015, tras varias navegaciones de prueba, realiz¨® en la vieja estela de su predecesora el viaje a EE UU, donde fue recibida con entusiasmo. En 2018 hizo otro viaje por el Mediterr¨¢neo visitando varios puertos aunque, a causa del mal tiempo, no Barcelona, donde estaba anunciada y yo la esperaba con una botella de champ¨¢n y mi tricornio en la mano. Este a?o vuelve a estar paseando el recuerdo de La Fayette y lo ha hecho con mucha propiedad en Normand¨ªa, con la Armada de la Libert¨¦, durante la conmemoraci¨®n del 75? aniversario del D¨ªa D. Hubiera sido cosa de verse qu¨¦ cara hubieran puesto los alemanes entonces en sus casamatas al ver llegar una fragata francesa a todo trapo...
Mi reencuentro con la nave ha sido sin embargo en Par¨ªs, en la estupenda librer¨ªa n¨¢utica Outremer, rue Jacob 26,? en Saint-Germain-des-Pr¨¦s, donde adquir¨ª hace un par de semanas el fabuloso ¨¢lbum L¡¯Hermione, de Jean-Yves Delitte (Gl¨¦nant, serie Chasse-mar¨¦e), un c¨®mic que explica la historia de la construcci¨®n original de la fragata y su misi¨®n, invent¨¢ndose un emocionante complot brit¨¢nico para detenerla. Mezcla de historia real con una trama digna de Alejandro Dumas, el ¨¢lbum est¨¢ protagonizado por el capit¨¢n Latouche-Tr¨¦ville, el ch¨¦valier De Fresnes, miembro del servicio de seguridad del rey de Francia enviado para proteger la Hermione,? y un siniestro agente ingl¨¦s, un verdadero chacal dispuesto a asesinar a La Fayette. Los dibujos de la fragata, ya sea en el arsenal o navegando a toda vela, son una maravilla. El libro, que incluye un ap¨¦ndice con documentaci¨®n sobre el barco, los personajes y su misi¨®n, ha sido una manera fascinante de navegar en la Hermione y vivir su gran aventura. Estoy seguro de que la pr¨®xima vez que nos volvamos a encontrar ser¨¢ en el mar de verdad. No soy La Fayette, pero espero que la bella Hermione me recuerde.
*Por cierto, no hay que confundir la Hermione de La Fayette con el nav¨ªo brit¨¢nico del mismo nombre que protagoniz¨® uno de los episodios m¨¢s c¨¦lebres de la Marina inglesa durante las guerras napole¨®nicas. El HMS Hermione, de 32 ca?ones, fue construido en Bristol en 1782 y entregado a los espa?oles en 1797 por su tripulaci¨®n amotinada tras asesinar a su capit¨¢n y a nueve oficiales en las indias occidentales. El nav¨ªo fue recuperado en 1799 en una acci¨®n audaz y trepidante por botes del HMS Surprise bajo el mando del capit¨¢n sir Edward Hamilton en el puerto de Puerto Cabello, al precio de 200 espa?oles muertos o heridos y solo 10 ingleses heridos (seg¨²n las cuentas del Almirantazgo brit¨¢nico). El Hermione fue rebautizado Retaliation. La historia era una de las favoritas de Patrick O¡¯Brian y aparece contada en sus novelas n¨¢uticas.
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