Muy r¨¢pido y limpio tercer encierro de San Ferm¨ªn 2019
Los toros de la ganader¨ªa Jos¨¦ Escolar recorren los 850 metros en manada y resguardados por los cabestros
Dos mozos heridos, uno con fractura abierta en un tobillo y el otro con una contusi¨®n craneal, es el balance de una rapid¨ªsima ¡ªdos minutos y trece segundos¡ª carrera de los toros de Jos¨¦ Escolar, que, en contra de las previsiones, han superado los 850 metros del tercer encierro de San Ferm¨ªn sin lanzar cornadas, en manada, resguardados por los cabestros y deseosos de alcanzar cuanto antes la meta so?ada de la dehesa en forma de corrales en la plaza.
La novedad m¨¢s sobresaliente, por otra parte, es que no llov¨ªa sobre Pamplona despu¨¦s del diluvio que cay¨® en la tarde de ayer y que oblig¨® a la suspensi¨®n de la corrida, una triste eventualidad que no suced¨ªa en esta feria desde hace veinte a?os.
No llov¨ªa, pero el suelo estaba h¨²medo y empapado, lo cual no fue motivo para que los animales, toros y cabestros, resbalaran y se produjeran las habituales ca¨ªdas y los ya lejanos montones en distintos puntos de la carrera. El efecto infalible del l¨ªquido antideslizante y la preparaci¨®n exhaustiva de los cabestros resta cada d¨ªa m¨¢s emoci¨®n al encierro. Todo est¨¢ tan dise?ado, tan previsto y tan ordenado que m¨¢s bien parece un desfile que una loca carrera de toros y atrevidos humanos.
Todo est¨¢ tan dise?ado, tan previsto y tan ordenado que m¨¢s bien parece un desfile que una loca carrera de toros atrevidos humanos
Otra noticia: ning¨²n toro de Jos¨¦ Escolar abandon¨® la manada y volvi¨® a los corrales a poco de pisar la Cuesta de Sano Domingo, como ya ocurriera en los a?os 2015, 2016 y 2017. Est¨¢ claro que en esta ocasi¨®n no funcion¨® el imaginario y sofisticado sistema de comunicaciones entre estos familiares de camada que, de a?o en a?o, se transmiten las novedades del encierro anterior, decididos a ocupar las portadas sanfermineras por la actitud rebelde de alguno de sus miembros.
Y, adem¨¢s, no les afect¨® el agua ca¨ªda. Claro que los toros de Escolar iniciaron la carrera con conocimiento de causa; durante la madrugada recorrieron el encierrillo -el traslado de los Corrales del Gas hasta la pista donde se inicia la carrera oficial- hermanados bajo la lluvia; pero ese no fue m¨¢s que un paseo, un entrenamiento sin p¨²blico, algo as¨ª como el tentadero en el campo con el que se ejercitan sus lidiadores vespertinos. El encierro, como la corrida, es otra historia.
Como ocurre todas las ma?anas, los cabestros tomaron la cabeza de carrera en la Cuesta de Santo Domingo. Hasta cuatro iniciaron el recorrido calle arriba, seguidos, piel con piel, por los c¨¢rdenos albaserradas. Menos gente que en d¨ªas anteriores, menos ca¨ªdas, tambi¨¦n, y todos, casi en fila india, ahora t¨², ahora yo, hasta la temida curva de Mercaderes, donde una legi¨®n de fot¨®grafos se desespera porque ya no se producen las espectaculares im¨¢genes de anta?o de toros y mozos por los suelos, hechos un amasijo de carne y pitones junto a los tablones que aguantan la fuerza descomunal de la vertiginosa carrera. Los de Escolar giraron a la derecha para tomar Estafeta como si fueran pamploneses de toda la vida, y acometieron la recta con la aparente seguridad de quienes conocen el recorrido y sus avatares.
Por fin, al final de la calle, donde se not¨® una mayor afluencia de mozos, el primer cabestro, embalado desde el inicio, resbal¨®, puso cara de susto, cay¨® al suelo, y ah¨ª se produjo una sucesi¨®n de gestos dignos de una c¨¢mara lenta. Tropez¨® un toro, despu¨¦s otro cabestro, un mozo se perdi¨® entre las patas de los animales y se ech¨® manos a la cabeza buscando un refugio inexistente, otro humano se perd¨ªa entre pieles bovinas, pero el montoncito no pas¨® a mayores. Todos se recuperaron con diligencia, se unieron a la carrera y el encierro acab¨® con rapidez y limpieza.
Dos minutos y trece segundos, y solos dos contusionados ante los toros de Jos¨¦ Escolar. Incre¨ªble, pero cierto. Mejor as¨ª. O no¡?
Aqu¨ª puede consultar un gr¨¢fico con el recorrido, menos de un kil¨®metro de tensi¨®n y carreras por las calles de Pamplona.
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